Eurovegas
Que un inversor con dinero contante y sonante apueste en estos tiempos por España no es cosa menor. No sólo es una muestra de confianza en nuestras posibilidades como país, sino un espejo para atraer capital extranjero y nuevas inversiones. Por tanto, la llegada de Eurovegas a Alcorcón es una buena noticia, se quiera o no reconocer, porque va a generar puestos de trabajo y riqueza cuando más necesitados estamos. El consejero delegado de Las Vegas Sands, Michael Leven, ofreció la cifra en la presentación junto al presidente de la Comunidad. 200.000 empleos directos, la mayor parte provenientes de España. Aunque finalmente no se alcanzara esa cifra total, los puestos de trabajo necesarios para la construcción del complejo, más los que se requerirán para su desarrollo y explotación, son argumentos suficientes para estar a favor. La izquierda en bloque se ha lanzado a cuestionar el proyecto. El aluvión de críticas, las exageraciones, las pancartas y los comentarios de los defensores de no se sabe bien qué modelo de progreso se daban por descontadas, pero la realidad es que la avalancha de currículos que se está recibiendo en el ayuntamiento de Alcorcón y en otros cercanos indica que son mayores las expectativas que el proyecto genera que las críticas que despierta. Ciertamente, Eurovegas tendrá un alto coste medioambiental, dada su extensión y concepto, por la explotación de los recursos hidrológicos y energéticos que requerirá y habrá que prestar especial atención a las garantías de sostenibilidad del complejo. Es una duda razonable. Pero de ahí a decir que estamos abriendo las puertas a la ciudad del vicio, la lujuria y el puterío, hay una avenida más larga que la que contempla la principal arteria del complejo. Madrid se va a convertir en unos años en uno de los grandes referentes mundiales del turismo de ocio y convenciones. Si la llegada de turistas internacionales es uno de los pocos indicadores positivos que hemos tenido en estos años de crisis, el refuerzo adicional de millones de turistas, en su mayoría europeos, que atraerá Eurovegas, es razón más que suficiente para congratularse de que sea España, y no otra ubicación, la elegida. Los críticos hablan de modelo equivocado, pero no olvidemos que hemos vivido años, y muy bien, de los réditos que el turismo ha dejado en nuestro país y seguir apostando por ello no es negativo. Son exageradas las críticas, sobre todo provenientes del PSM, al supuesto traje legal y fiscal a medida que se ha hecho al proyecto. ¿Es acaso la primera vez que un gobierno, nacional, autonómico o local ofrece las mayores facilidades posibles para que se instale una empresa en su territorio?
Publicado el 15 de febrero de 2013 a las 12:15.







