Bajar los impuestos y reducir los gastos es el camino
La expresidenta de la Comunidad de Madrid y presidenta del PP en la región se ha desmarcado de la posición oficial del Partido Popular sobre los impuestos y ha abierto un debate que Rajoy se ha apresurado a cerrar, pero que amenaza con extenderse por otros feudos populares porque va cargado de sentido común. Hace unos días, Aguirre reclamaba a Rajoy una reforma radical de la Administración, que dejara de subir impuestos y que incidiera más en el recorte del gasto público. Supuestamente este es el ADN del PP, por lo que a nadie debería haber sorprendido sus palabras. Otro de los barones regionales, el presidente extremeño José Antonio Monago, se ha sumado a este carro y ha anunciado que su gobierno ultima una rebaja de impuestos para crear un marco favorable y atraer inversiones. El debate es oportuno y pone en evidencia la necesidad de plantearse, si llegados a este punto, conviene dar un giro a la política económica. Todo parece indicar que sí.
Rajoy no consigue convencer a la opinión pública de que su dura política de recortes, que ha llevado al incumplimiento sistemático del programa con el que ganó las elecciones, -hasta 30 subidas de impuestos en 16 meses- era necesaria para evitar el colapso de la economía española e impedir el temido rescate que hasta hace unos meses parecía inevitable. Hay un fallo clamoroso de comunicación del Gobierno con la sociedad, y por encima de todo, lo que hay es un hastío ciudadano que ya no se cree los discursos oficiales. Promete Rajoy que en 2015 bajarán los impuestos. Lo mismo que dijo para 2014 y para 2013. Las promesas son gratis, los hechos no lo son.
Cierto es que el esfuerzo para reducir el déficit ha propiciado que la UE flexibilice sus exigencias otorgando un margen adicional de dos años para cumplir los objetivos, pero no es menos cierto que esa corrección del déficit ha venido más como consecuencia de haber aumentado los ingresos por la subida de impuestos, que por la reducción de gastos de la Administración. Es de sentido común que ahora que se cuenta con ese margen adicional, que supone en la práctica unos 18.000 millones para el Estado, se comparta con los ciudadanos con una rebaja de impuestos. Esperanza Aguirre va a seguir insistiendo en esa línea, porque está convencida de que bajar impuestos es positivo para la recuperación, porque el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos y porque lo ha practicado en Madrid, donde una fiscalidad más ajustada que en el resto de comunidades ha propiciado que la actividad económica de la región sea más alta que en el resto de España
Publicado el 13 de mayo de 2013 a las 11:45.