La política de gestos empieza a dar sus frutos
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La irrupción de UPyD en la política municipal y autonómica ha sido un soplo de aire fresco en las anquilosadas estructuras de poder madrileñas. Y de momento, su entrada en las instituciones no puede ser más positiva, por lo menos en cuanto a los primeros pasos que está dando. El portavoz de UPyD en el ayuntamiento ha renunciado a los cinco coches oficiales que corresponden a su grupo por los cinco concejales que obtuvo en las elecciones, cumpliendo así una de las medidas que contemplaba su programa electoral. En un gesto de coherencia digno de aplauso, han empezado por dar ejemplo de austeridad, en una decisión que deja en evidencia al resto de grupos políticos, cuyos concejales quedarán retratados si no secundan la medida y renuncian igualmente a los vehículos oficiales de los que han venido disfrutando. El primero en recoger el guante ha sido el alcalde en funciones, Alberto Ruiz-Gallardón, que ha propuesto limitar el número de coches oficiales a uno por distrito y por área de Gobierno, además del que conservará cada portavoz municipal. Hemos escuchado durante la campaña llamamientos para restringir el uso del vehículo privado en el centro en aras de una mayor sostenibilidad. Tendría, por tanto, muy buena acogida que los que reclaman a los ciudadanos que eviten el uso del coche particular y utilicen el transporte público, empezaran por hacer lo propio. En política, los gestos son muy importantes y los madrileños, votantes o no de UPyD, ven con muy buenos ojos que por fin alguien que aboga por regenerar la política predique con el ejemplo. Pero la diferencia entre el simple gesto y la verdadera coherencia, está en los hechos, por lo que tendrá que demostrar que hay una voluntad real de hacer política al servicio del bien común. Tiene por delante una magnífica oportunidad: UPyD es llave de gobierno en varios municipios, y durante la campaña ha repetido por activa y por pasiva que no pactaría con nadie que llevara en sus filas a imputados por corrupción. De momento parece que la medida está dando sus frutos. En Getafe, Pedro Castro se ha visto obligado a sacrificar a una concejala electa imputada en la adjudicación de un parking a la empresa de su marido, con tal de conseguir los apoyos necesarios para alcanzar en los despachos lo que no ha conseguido en las urnas. Confiemos en que UPyD no se deje llevar por los cantos de sirena y cumpla todas sus promesas, también la de permitir que gobierne la lista más votada. Lo contrario sería, una vez más, doblegar la voluntad de los ciudadanos.
Publicado el 3 de junio de 2011 a las 09:00.