¿No hay alternativa a la subida de impuestos?
En política, la ejemplaridad es tan importante como la honestidad. La subida de impuestos es una de las medidas más impopulares que puede adoptar un gobernante, sobre todo cuando hay otras alternativas. Rajoy llegó al poder con el objetivo de recortar 16.000 millones para cuadrar las cuentas y se encontró con un déficit dos puntos por encima del reconocido y comprometido ante la UE, que era del 6 por ciento, y un agujero que se acerca a los 40.000 millones. Hay que ser muy ingenuo para creerse los datos que manejaba el anterior Gobierno, cuando ha dado tantas muestras de prestidigitación política. Sorprende que Rajoy no tuviera un plan alternativo por si le bailaban las cifras del Estado, como apuntaban todos los indicios. Al final ha tenido que improvisar una subida de impuestos, decisión que coloca al presidente del Gobierno frente a sus votantes, que le dieron la confianza mayoritaria entre otras, por su promesa de no subir impuestos. Rajoy prometió que si los datos que facilitaba el PSOE reflejaban la realidad de las cuentas no subiría los impuestos. Fue deliberadamente ambiguo ante la posibilidad, sospechada por todos, de que lo que iba a encontrar debajo de las alfombras superaría con creces las previsiones más pesimistas. ¿Mintió Rajoy? No. Mintió el gobierno saliente y ahora pagamos las consecuencias todos los españoles a los que nos afecta la subida del IRPF. El agujero es tan grande que no es suficiente con reducir el gasto si no se aplican medidas adicionales para aumentar los ingresos por la vía impositiva. El problema es que se ha permitido a los políticos gobernar a base de excesos, gastando alegremente lo que no tenían. En la economía de los hogares es sagrado que si tienes 100 no puedes gastar 120, y que cuando los ingresos son menores que los gastos lo que hay que hacer es gastar menos. En definitiva, hacer los deberes. La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, los ha hecho. Fue la primera comunidad que adoptó medidas de ajuste cuando la crisis empezaba a asomar y su deuda no llega al 8% del PIB regional. Por eso se ha permitido el lujo de desmarcarse de Rajoy anunciando que estudia una rebaja de medio punto acumulativo del IRPF en el tramo que se aplica en la región. Lo que parece un desafío de Esperanza Aguirre no es más que los frutos de una política fiscal seria. Madrid cumple holgadamente el objetivo del 1,3% fijado para el año pasado gracias a los fuertes ajustes en el gasto público que ha venido aplicando. Y de justicia es que esos esfuerzos reviertan en los ciudadanos.
Publicado el 16 de enero de 2012 a las 12:45.







