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Blog de Alberto Castillo

Sin acritud

Las chicas de oro de Madrid

Archivado en: Esperanza Aguirre, Ana Botella, Cristina Cifuentes

Tres mujeres ostentan la máxima representación institucional en la comunidad de Madrid. Un trío de ases formado por la presidenta Esperanza Aguirre, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y la última en llegar, la nueva delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes. Las tres tienen maneras diferentes de ejercer la política pero cuentan con el nexo común de la experiencia y la valía profesional demostrada en las distintas responsabilidades que cada una de ellas ha ido asumiendo. Estamos acostumbrados a nombramientos propios de laboratorio del quimicefa que han dado auténticos floreros de la políticos barnizados de paridad, en los que no se tuvo en cuenta la capacidad e idoneidad para el cargo, por lo que es de suponer que esta nueva fase de la política repercutirá positivamente en un mejor servicio a los ciudadanos. La nueva delegada del Gobierno se ha marcado por delante tres grandes retos: acabar con el repunte de la criminalidad y la inseguridad del sector comercial, especialmente el castigado gremio de joyeros; acabar con la impunidad con que los okupas asaltan a su antojo pisos y edificios, y garantizar la convivencia y el mantenimiento del orden público ante la radicalización de los movimientos de indignados. En definitiva, garantizar los derechos y libertades de los ciudadanos. Para ello va a contar con la máxima colaboración y apoyo del ministro del Interior y del director general de la Policía, que han apostado por convertir Madrid en una de las capitales más seguras de Europa. Este fin de semana y horas antes de tomar posesión, un grupo de radicales ya le anticiparon que tendrá que aplicarse a fondo en sus propósitos, tras un intento de asaltar el metro de Callao respondiendo a la convocatoria del movimiento "yo no pago", que impulsa la desobediencia civil mediante acciones como la de colarse sin pagar en el transporte público. Cristina Cifuentes, en su toma de posesión, se refirió a ello. De cara a alcanzar acuerdos para la  la imprescindible convivencia, el diálogo entre las partes es el mejor instrumento posible, pero esa convivencia se garantizará desde la firmeza de la ley. Un aviso a navegantes de que la etapa que comienza nada va a tener con la de su predecesora Dolores Carrión. Como tampoco será igual la relación institucional entre Comunidad y Ayuntamiento. Este lunes tendrá lugar el primer encuentro entre las dos damas de la política madrileña con el que arranca un tiempo de entendimiento entre las dos administraciones ajeno a tensiones y suspicacias del que sin duda se beneficiarán los ciudadanos.

Publicado el 19 de enero de 2012 a las 15:00.

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Un alcalde que quería ver el mar

Archivado en: Alberto Ruiz-Gallardón, ministro de justicia, Ana Botella

Alberto Ruiz-Gallardón lleva 28 años trabajando por Madrid. Primero, como concejal, donde fue elegido en 1983 y cuatro años mas tarde, como diputado por la Asamblea de Madrid. Tras dos legislaturas en la oposición contra Joaquín Leguina, consiguió arrebatarle por mayoría absoluta la presidencia en 1996. Otros cuatro años en la Comunidad hasta que Aznar le pidió encabezar la candidatura al ayuntamiento de la capital en 2003. En sus tres legislaturas, ganadas por abrumadora mayoría, ha vencido a los tres candidatos que le puso enfrente el PSOE: Trinidad Jiménez, Miguel Sebastián y Jaime Lissabetzky, convirtiendo a Madrid en una codiciada e inexpugnable plaza para el socialismo. Con estas credenciales Gallardón necesitaba ver el mar, asomarse a la ventana y respirar el aire fresco de la política nacional. Madrid hace tiempo que se le quedó pequeño. Hace cuatro años cometió el error de expresar públicamente su deseo de concurrir como número dos del PP por Madrid a las Elecciones Generales, lo que provocó un agrio enfrentamiento con Esperanza Aguirre y un quebradero de cabeza para Mariano Rajoy, que finalmente optó por dejarle fuera de las listas. A punto estuvo de abandonar la política. Pero si algo caracteriza a Alberto Ruiz Gallardón es la tenacidad y no estaba dispuesto a tirar la toalla. Se convirtió en el más leal servidor de Rajoy y se lo demostró en el Congreso de Valencia en el que su liderazgo fue cuestionado, entre otros, por Esperanza Aguirre. Ha pasado en los últimos tres años de ser el verso suelto del PP a ser uno de los más cercanos colaboradores de Rajoy y una de las piezas claves del núcleo duro del presidente del Gobierno. Ahora le ha llegado su penúltimo reto, formar parte del Gobierno de la nación. Desde su nuevo destino en el ministerio de Justicia, tiene por delante una magnífica oportunidad para aplicar su espíritu reformista a una de las instituciones que más necesitan de un cambio en profundidad que permita recuperar la confianza de los ciudadanos en la Justicia y propiciar su independencia e imparcialidad. Trabajo no le va a faltar. Tiene pendiente la renovación del Tribunal Constitucional y el cambio en el sistema de elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial. y el reto de hacer compatibles los distintos sistemas informáticos de los diferentes tribunales españoles. La salida de Gallardón trae consigo el relevo en el ayuntamiento, donde por primera vez una mujer ocupará el sillón consistorial. Antes del 3 de enero, Ana Botella será la nueva alcaldesa

Publicado el 21 de diciembre de 2011 a las 21:15.

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Ruiz-Gallardón y la lista de Madrid

Archivado en: Ruiz-Gallardón, alcalde, ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, Partido Popular

El alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, finalmente va a figurar entre los cinco primeros puestos de la lista del Partido Popular por Madrid a las elecciones generales. Ruiz-Gallardón culmina así una de sus viejas aspiraciones, la de volver a la política nacional en la que nunca dejó de tener un ojo puesto desde su atalaya local y anteriormente autonómica. Es un animal político, un peso pesado del partido y un viejo zorro, como diría el juez del Olmo más afortunadamente que en su última sentencia. Su presencia en las lista por Madrid reforzará la candidatura popular, aunque se le pueden hacer muchas otras lecturas. La primera, que su incorporación ya no es tan necesaria como hace cuatro años, pues Rajoy parte con una ventaja galáctica de la que carecía en anteriores comicios. Pero el alcalde tiene cierta necesidad de salir del Palacio de Cibeles que tanto nos ha costado remodelar. Después de ocho años al frente del Ayuntamiento, Ruiz-Gallardón acusa el desgaste de dos legislaturas en las que ha situado a la capital en el top de la deuda de las administraciones españolas. A cambio ha impulsado grandes infraestructuras que han modernizado la ciudad hasta convertirla en referencia mundial. Pero para muchos madrileños, el peaje de las subidas de impuestos y el endeudamiento que ha dejado en las arcas municipales no compensan las zanjas y las grúas. La pérdida de votos ha sido acusada a pesar de haber vuelto a revalidar la mayoría absoluta por tercera vez, así que se va y deja la deuda para Ana Botella y para que la paguen los demás. Rajoy se lo lleva con él, que es una forma de tenerle controlado. En dos legislaturas se habrá plantado con 61 años y probablemente ya habrá salido otra generación de políticos que tomen la alternativa, por lo que no será un grano para el gallego. Tampoco en esta ocasión el entorno de Esperanza Aguirre ha planteado la batalla como ocurrió hace cuatro años para impedirlo, pues las relaciones entre el alcalde y la presidenta pasan por el mejor momento, como así se encarga Esperanza Aguirre de recordar cada vez que los periodistas preguntan, que es continuamente. Las vivencias personales que ambos han sufrido de lleno en relación con la enfermedad les han acercado como nunca. Y no olvidemos que la salida de Gallardón del Ayuntamiento deja el camino libre para que, si el experimento Botella no cuaja, Esperanza Aguirre pueda culminar su brillante carrera política en el Ayuntamiento más representativo de España para resolver el desaguisado de elegir una alcaldesa a dedo.

Publicado el 14 de octubre de 2011 a las 13:45.

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Alberto Castillo

Alberto Castillo

Director de Gente en Madrid. Periodista madrileño, de 46 años, cuenta con una dilatada experiencia en medios. Ha sido subdirector general de la Agencia de Noticias Servimedia. Gran parte de su carrera profesional ha estado vinculado a la radio en distintas cadenas. Comenzó en la Cadena Rato en los años 80 y de ahí pasó a la COPE, cadena en la que fue redactor de informativos locales, redactor jefe del informativo matinal "La Mañana" (con el desaparecido Antonio Herrero), redactor jefe de informativos de fin de semana y jefe de prensa. Su última etapa en la radio fue en la extinta Radio España-Cadena Ibérica.

 

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