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Sin acritud

Ruiz-Gallardón y la lista de Madrid

Archivado en: Ruiz-Gallardón, alcalde, ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, Partido Popular

El alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, finalmente va a figurar entre los cinco primeros puestos de la lista del Partido Popular por Madrid a las elecciones generales. Ruiz-Gallardón culmina así una de sus viejas aspiraciones, la de volver a la política nacional en la que nunca dejó de tener un ojo puesto desde su atalaya local y anteriormente autonómica. Es un animal político, un peso pesado del partido y un viejo zorro, como diría el juez del Olmo más afortunadamente que en su última sentencia. Su presencia en las lista por Madrid reforzará la candidatura popular, aunque se le pueden hacer muchas otras lecturas. La primera, que su incorporación ya no es tan necesaria como hace cuatro años, pues Rajoy parte con una ventaja galáctica de la que carecía en anteriores comicios. Pero el alcalde tiene cierta necesidad de salir del Palacio de Cibeles que tanto nos ha costado remodelar. Después de ocho años al frente del Ayuntamiento, Ruiz-Gallardón acusa el desgaste de dos legislaturas en las que ha situado a la capital en el top de la deuda de las administraciones españolas. A cambio ha impulsado grandes infraestructuras que han modernizado la ciudad hasta convertirla en referencia mundial. Pero para muchos madrileños, el peaje de las subidas de impuestos y el endeudamiento que ha dejado en las arcas municipales no compensan las zanjas y las grúas. La pérdida de votos ha sido acusada a pesar de haber vuelto a revalidar la mayoría absoluta por tercera vez, así que se va y deja la deuda para Ana Botella y para que la paguen los demás. Rajoy se lo lleva con él, que es una forma de tenerle controlado. En dos legislaturas se habrá plantado con 61 años y probablemente ya habrá salido otra generación de políticos que tomen la alternativa, por lo que no será un grano para el gallego. Tampoco en esta ocasión el entorno de Esperanza Aguirre ha planteado la batalla como ocurrió hace cuatro años para impedirlo, pues las relaciones entre el alcalde y la presidenta pasan por el mejor momento, como así se encarga Esperanza Aguirre de recordar cada vez que los periodistas preguntan, que es continuamente. Las vivencias personales que ambos han sufrido de lleno en relación con la enfermedad les han acercado como nunca. Y no olvidemos que la salida de Gallardón del Ayuntamiento deja el camino libre para que, si el experimento Botella no cuaja, Esperanza Aguirre pueda culminar su brillante carrera política en el Ayuntamiento más representativo de España para resolver el desaguisado de elegir una alcaldesa a dedo.

Publicado el 14 de octubre de 2011 a las 13:45.

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Madrid 2020, claro que sí

Archivado en: Editorial, Olimpiadas 2020, Madrid

Dice el refrán que el que la sigue la consigue. Y eso ha debido pensar Alberto Ruiz Gallardón al tomar la decisión de presentar por tercera vez la candidatura de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos. Cuenta con el respaldo del Gobierno de la Nación y del Partido Popular; de empresarios, sindicatos y deportistas. Sin embargo no ha conseguido embaucar con los cantos de sirena del sueño olímpico a UPyD ni a IU. Tiene su razón de ser que estos partidos defiendan que no están las arcas municipales como para meterse en este dispendio. Hablamos, como mínimo, de 24 millones de euros aunque el grueso del gasto para las infraestructuras necesarias ya está hecho y el alcalde ha insistido en que no va a gastar un euro hasta que no sepa que Madrid es oficialmente la organizadora de los juegos. Pero no deja de ser una pasta en un momento en que los ciudadanos están apretándose el cinturón hasta límites donde el cuero ya no alcanza y les espera un subidón del IBI para pagar las faraónicas obras de la legislatura pasada. Son muchos los que piensan que las prioridades deben ser otras. En este contexto de obligada austeridad va a ser muy difícil que la ciudad se vuelque masivamente en el apoyo a la candidatura como hizo en la anterior ocasión. Pero hay que ser positivos. La crisis no va a durar toda la vida. La designación olímpica puede suponer un punto de inflexión y un impulso económico importante para la ciudad. Hemos de recuperar la capacidad de ilusionarnos y confiar en que un evento de esta naturaleza puede reportar grandes beneficios. Necesitamos volver a creer en nuestra capacidad para superar las adversidades y no arrojar la toalla así como así. Esa es precisamente la grandeza del deporte, que cobra en el olimpismo su máxima expresión. Lo importante no es ganar, sino participar y tratar de llegar a la meta. Si el esfuerzo para completar las infraestructuras pendientes recae, como pretende el alcalde, principalmente en la inversión privada y no supone un mayor endeudamiento para la ciudad, el esfuerzo merecerá la pena en comparación con los posibles beneficios para Madrid y para España. Según la norma no escrita del Comité Olímpico Internacional, tras una Olimpiada en Europa la siguiente edición se celebrará fuera de ella. Para 2020 tocaría Europa, con el argumento a favor de que Madrid es la única de las capitales europeas que jamás ha organizado unos Juegos. Estamos pues ante el mejor escenario posible para que Madrid sea finalmente la elegida, aunque también en el peor de los escenarios económicos.

Publicado el 15 de julio de 2011 a las 09:45.

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La pataleta de Tomás Gómez

Archivado en: Editorial, Tomás Gómez, constitución Mesa Asamblea de Madrid

 

Tomás Gómez

Tomás Gómez ha tenido un mal comienzo en su estreno parlamentario. Su debut en el pleno de constitución de la Asamblea de Madrid no ha podido ser más desafortunado. Después de cuatro años sin poder medirse en la tribuna con la peor de sus pesadillas, su primera intervención en el hemiciclo se ha saldado con una pataleta por el reparto de miembros de la Mesa, y el anuncio de recurrir en amparo al Tribunal Constitucional. Se ha quedado con un palmo de narices por el acuerdo alcanzado entre el resto de los grupos, PP, IU, y los novatos de UPyD, que ha hecho al PSM perder uno de los dos puestos de la Mesa que le corresponderían por sus 36 diputados, para dárselo a UPyD, y que en el principal órgano de dirección del Parlamento regional estén representados los cuatro grupos. Tiene todo el sentido que todos los grupos políticos que forman la cámara tengan representación en sus órganos directivos, por más que le pese a Gómez, cuyo talante ha demostrado a la primera de cambio. Sí sorprende lo lejos de la paridad que ha quedado la Mesa, en la que sólo hay una mujer, como bien ha denunciado el Grupo Socialista, aunque podía haber dado un paso en este sentido y haber designado a Matilde Fernández en lugar de a Juan Barranco, ya que no ha conseguido colocar a ambos. Pero no es sólo que el PSM no haya podido copar uno de los dos puestos; lo que más le escuece al flamante líder de la oposición es la cruda realidad: Izquierda Unida le ha dado calabazas a pesar de las innumerables declaraciones de amor que le profesó durante la campaña y a la primera de cambio le ha levantado la cartera. También UPyD le está saliendo rana. Confiaba en que la formación magenta impediría que el PP gobernara en Getafe, Leganés, Coslada y Alcalá de Henares, donde los populares han ganado sin mayoría absoluta, pero nada más lejos de su ánimo. Va a tener que compartir un escenario político con el que no contaba y está solo ante el peligro. Frente al PP, que le ha barrido en las urnas; frente a IU, que va a hacer valer su propio discurso, y frente a UPyD que ha demostrado que tiene mucho que decir en la política local y nacional. La novena legislatura se antoja dura y complicada, más a medida que se vaya acercando la fecha de las elecciones generales, y el tono con el que ha comenzado hace prever por donde van a ir los tiros, valga el desafortunado símil. Esperemos que el nuevo Presidente de la Asamblea, José Ignacio Echeverría, el hombre del metrobús, supere el elevado listón de su predecesora y sea capaz de sosegar a sus señorías.

Publicado el 10 de junio de 2011 a las 09:45.

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Desaire del Gobierno a los madrileños

Archivado en: Editorial, fiestas Dos de Mayo, Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre

 

5.000.000 de parados

Había buen rollo en la fiesta. Exquisiteces de la región regadas con caldos de Madrid.  Cordialidad entre contendientes que esperemos se mantenga en las dos semanas de campaña electoral. La tradicional recepción en la Puerta del Sol con motivo del Dos de Mayo fue de las más multitudinarias que se recuerdan. No cabía un alfiler en la sede del Gobierno Regional entre los más de 1.500 políticos, periodistas, actores, toreros, personajes del mundo de la cultura, el espectáculo, la sociedad civil y los clásicos profesionales del canapé que nunca fallan en este tipo de actos. Pero en contraste, no hubo un sólo ministro. No estaban, aunque se les esperaba, al menos a alguno de ellos, en representación del Gobierno. Siempre ha sido así. Ni en los ocho años de presidencia de Esperanza Aguirre, ni en los de gobiernos anteriores había faltado nunca un ministro a los actos institucionales del Día de la Comunidad, un feo que la propia Aguirre se encargó de recordar y para el que no se encuentra justificación, salvo que dan por perdido Madrid como se comentaba en los corrillos. No era, desde luego, el mejor día para los socialistas. La EPA les acababa de fastidiar el fin de semana con unos datos demoledores de casi cinco millones de parados. Y para terminar de aguar el puente, el lunes amanecía con la publicación de sendas encuestas en El País y Público, dos medios amigos, augurando pésimos resultados para el socialismo en Madrid. Así que optaron por hace mutis por el Foro y dejar solos a Jaime Lissavetzky y Tomás Gómez, que tuvieron que tragar lo indecible para tratar de justificar el plantón institucional, pues la espantada del Gobierno de Zapatero sólo se entiende en el deseo de escurrir el bulto cuando vienen mal dadas, en hacer un desaire a Esperanza Aguirre, o ambas cosas. Lo malo es que el desaire del Gobierno no es a Esperanza Aguirre, es a todos los madrileños, por lo que no puede quedar en la anécdota de la fiesta ni en el enfado de la Presidenta. Sería deseable una disculpa, o al menos una aclaración convincente que justifique por qué nadie acudió a los actos institucionales, que no son actos de partido. Por lo demás, el clima reinante denotaba las buenas relaciones internas que goza el PP en contraste con épocas pasadas. Qué tiempos aquellos en los que la recepción del Dos de Mayo despertaba el morbo del desencuentro entre Gallardón y Aguirre. Por no haber, ni siquiera hubo besamanos de la Presidenta. Ya ni el jamón sabe a jamón...

 

Publicado el 6 de mayo de 2011 a las 10:00.

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Huelga salvaje, sentencia ejemplar

Archivado en: Editorial, huelga Metro Madrid, sentencia, sindicatos

La reciente sentencia que ha declarado ilegal la huelga salvaje que protagonizaron los sindicatos del metro de Madrid, los mismos que amenazaron con reventar -y reventaron- la ciudad el pasado mes de junio, y que consiguieron cerrar el metro durante 48 horas, va a marcar un antes y un después en el ejercicio del derecho de huelga, pues por primera vez en la historia un juez declara ilegal una huelga. La sentencia del juzgado de lo social de Madrid es de tal contundencia que no deja lugar a dudas: considera que el servicio que presta el metro es esencial para los ciudadanos y por tanto, no puede quedar lesionado o puesto en peligro por cualquier situación de huelga. La magistrada, además, califica de extralimitada y desproporcionada la actuación de los sindicatos responsables del paro. La sentencia detalla cómo durante el 29 y el 30 de junio "miles de ciudadanos se vieron impedidos o dificultados para realizar sus desplazamientos en la Comunidad de Madrid, lo que produjo un caos circulatorio al no poder absorber los transportes públicos alternativos, a pesar de ser reforzados, la demanda de los habitualmente usuarios del Metro". Como consecuencia de este pulso de los sindicatos, 3,5 millones de viajeros se quedaron bloqueados durante esos dos días; la compañía perdió 5,7 millones de euros por ingresos directos y, además, se generaron unas pérdidas totales de 4,7 millones. Verdaderamente pusieron la ciudad de Madrid patas arriba. Viendo el daño causado, la lectura de esta ejemplar sentencia, que pone a cada uno en su sitio, ayuda a devolver la confianza en la justicia. Los sindicatos deberían leerla con detenimiento y extraer sus conclusiones, la primera y más importante, asumir que un derecho que se ejerce de forma abusiva o antisocial no está amparado por la Ley. El fallo no pone en cuestión el derecho a la huelga, pero no deja resquicios en el ordenamiento jurídico para una huelga ilegal. Quienes la convoquen deben saber que el enorme daño provocado no les saldrá gratis. Aunque en este caso la huelga del metro era más política que de reivindicación laboral, pues lo que verdaderamente perseguía era poner contra las cuerdas a Esperanza Aguirre, pero los dirigentes sindicales se lo pensarán dos veces antes de volver a convocar una huelga salvaje. Ahora tendrán que hacer frente a la reclamación económica por los daños provocados. Se ha acabado el tiempo de sufrir sin pestañear los pulsos de ciertos colectivos cuya fuerza reside en el control que ejercen sobre servicios esenciales. Una sentencia ejemplar.

Publicado el 28 de enero de 2011 a las 11:00.

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Adiós tristeza; buenos días, buena suerte

Archivado en: Editorial, Atlético de Madrid, Fulham, Dinamo de Kiev, Hamburgo, Sánchez Flores, Forlán, UEFA Europa League 2010

Por la puerta grande. El Atlético de Madrid ha vuelto por derecho propio a lo más granado de la historia del fútbol, después de años de resignado complejo. Se acabó la mala suerte. Hamburgo se rindió a los pies del mejor. Atlético de Madrid, eres un grande como los más grandes. Y tu querida afición se lo merecía. Necesitaba del triunfo para romper el maleficio y el sentimiento trágico. Necesitaba del regalo de la confianza en su equipo, aunque nunca la perdió del todo. Una afición entregada, comprometida y sufrida como pocas, en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las penas, una hinchada que llevaba penando con sueños de delirio europeo veinticuatro años. Una eternidad, desde que el Atlético de Madrid disputó su última final europea, en 1986, frente al Dinamo de Kiev. Demasiados años suspirando por cambiar el signo del destino, y romper la leyenda negra y el peor de los complejos, el de la resignación. En esta final el Atlético de Madrid se jugaba más que el título. Tenía que reconciliarse con su historia para cambiar el rumbo y enderezar el camino, tocar el cielo con los dedos, pintarlo de rojo y blanco. Los madrileños estaban en Hamburgo, físicamente los más de 20.000 aficionados que tomaron la ciudad alemana, y con el corazón el resto de madrileños, porque en la noche del miércoles todos fuimos colchoneros, todos vibramos con la gesta de los de Sánchez Flores y todos nos emocionamos con el abrazo al dios Neptuno en la madrugada madrileña. Desde el primer gol de Forlán, que nos puso la miel en los labios y nos hizo acariciar la copa. Con el jarro de agua fría del empate del Fulham que alargó la agonía hasta el último segundo antes de la prórroga. Con el corazón en un puño por la presión de un equipo con posibilidades de ganar y con hambre de eternidad hasta que de nuevo Forlán, tocado con el duende que sólo gozan los elegidos para la gloria, esculpió el pedestal sobre el que depositar la copa más anhelada. Nada podía detener a la escuadra rojiblanca. Ni los que cayeron por el camino para llegar hasta la finalísima de Hamburgo, el Galatasaray, el Sporting de Lisboa, el Valencia y el Liverpool, ni siquiera las cenizas del volcán que tuvo en vilo a los seguidores en el aeropuerto, pudieron con la fuerza y el tesón de los del Manzanares. Fin de la agonía, bienvenidos al cielo. Por fin poder gritar, sin complejos: 'Adiós tristeza, buenos días, buena suerte'. Y ahora, a por la Copa del Rey.

Publicado el 14 de mayo de 2010 a las 14:45.

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Alberto Castillo

Alberto Castillo

Director de Gente en Madrid. Periodista madrileño, de 46 años, cuenta con una dilatada experiencia en medios. Ha sido subdirector general de la Agencia de Noticias Servimedia. Gran parte de su carrera profesional ha estado vinculado a la radio en distintas cadenas. Comenzó en la Cadena Rato en los años 80 y de ahí pasó a la COPE, cadena en la que fue redactor de informativos locales, redactor jefe del informativo matinal "La Mañana" (con el desaparecido Antonio Herrero), redactor jefe de informativos de fin de semana y jefe de prensa. Su última etapa en la radio fue en la extinta Radio España-Cadena Ibérica.

 

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