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Blog de Alberto Castillo

Sin acritud

El cazador cazado y la grandeza de la disculpa

Archivado en: Rey, monarquía, cacería, Corinna Zu Sayn Wittgenstein, Botsuana

No se sabe a ciencia cierta, aunque se intuye, si el Rey salía a las tantas de la madrugada del bungalow después de haber abatido la codiciada presa, o se disponía a iniciar la cacería. Lo cierto es que la testosterona le jugó una mala pasada y un inoportuno traspié ha permitido que media España esté haciendo coña con las muescas en la culata de su regia arma. El nombre de Corinna Zu Sayn Wittgenstein corre de boca en boca y bate registros en las búsquedas de Google. Pero el desliz real es más que un asunto de sábanas y el polémico viaje ha abierto un boquete en el agrietado casco de la Monarquía de graves consecuencias que el Rey ha sabido reconducir con su pública disculpa. No se debe minimizar el daño a la imagen de la Institución aplicando paños calientes como la apelación al carácter privado del viaje, o que no ha tenido coste alguno para el erario público. La ética y la estética van de la mano y se mire como se mire, la conducta del Rey ha sido poco ejemplar. Lo de menos es si lo ha pagado. Ir a Botsuana a matar elefantes acompañado de una amiga que actúa como intermediaria, con la prima de riesgo dislocada, los mercados hundidos, Repsol expoliada y el país al borde de la intervención, es una grave irresponsabilidad y una exhibición de despropósitos que echa por tierra el trabajo de años de servicio impagable a la consolidación de la Democracia, a la estabilidad del Estado y a la consecución de los intereses de España. El celo con el que tan cuidadosamente se ha edificado el prestigio de la Corona en los últimos treinta años ha saltado por los aires dando pie a los cazadores furtivos a salir de los matojos para abrir fuego a discreción. Algunos, como Tomás Gómez, expresaron en público lo que muchos opinan en privado, que el Jefe del Estado se debía plantear elegir entre sus responsabilidades públicas y la abdicación. Puede ser exagerado aprovechar este error garrafal para intentar tumbar la Monarquía, pero la insensatez de su conducta, unido al creciente deterioro de imagen de su entorno provocada por la imputación a Urdangarín, los correos electrónicos de su ex socio que comprometen a la Infanta Cristina o la irresponsabilidad de Jaime de Marichalar por el accidente de Froilán, exigen de la Institución un cambio radical en su comportamiento y formas. No sabemos si de motu propio, aconsejado por la Reina, o porque Don Felipe ha dado un puñetazo en la mesa exigiendo de su familia la ejemplaridad a la que él nos tiene acostumbrados, pero al menos la grandeza que ha tenido el Rey al pedir perdón y reconocer su error es un primer paso y un gesto que le honra. Ha sabido rectificar a tiempo. ¡Qué lección para la clase política!.

Publicado el 16 de abril de 2012 a las 18:00.

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No solo hay que ser honrado, sino parecerlo

Archivado en: Urdangarín, Monarquía

Iñaki Urdangarín es el primer miembro de la Familia Real que acude a declarar como imputado a un juzgado. No hay precedentes en la monarquía de un vendaval que haya socavado los cimientos de la institución con el ímpetu con que lo está haciendo el caso Urdangarín, cuyo comportamiento, reconocido por la propia Casa Real, no ha sido especialmente ejemplar. La imagen de la monarquía ha quedado seriamente dañada, aún cuando pueda demostrarse la inocencia del Duque. La opinión pública está demasiado acostumbrada a los escándalos protagonizados por políticos corruptos, pero no está preparada para que la monarquía, cuyo principal sustento se basa en la ejemplaridad, ocupe portadas de periódicos y telediarios porque uno de sus miembros ha utilizado la imagen de la Corona para enriquecerse. Es un caso que provoca especial repulsa por afectar a la mas alta institución del Estado y no es de extrañar que el pueblo haya salido en tromba a opinar sobre la conducta del yernísimo, y de paso, cuestionar la propia existencia de la monarquía. Lo primero que hay que recordar es que todos somos iguales ante la ley. Lo dijo el Rey en su discurso de nochebuena:"Cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley porque la justicia es igual para todos". Así que si todos somos iguales, también estamos sujetos a las críticas por nuestro comportamiento, más aún aquellos miembros de instituciones de las que se espera un comportamiento ejemplar. Cierto es que por las circunstancias del caso, y por ser quien es y por lo que representa, el Duque de Palma ya ha sido juzgado y condenado por la opinión pública. Todo el espectáculo, más parecido a un circo, montado en torno al caso y a la declaración de Urdangarín, le ha hecho aparecer como un delincuente de guante blanco y no como un imputado sobre el que pesa la presunción de inocencia. Aunque es poco verosimil que toda la responsabilidad la tuviera el ex socio Diego Torres, o que desconociera los movimioentos de dinero en el Instituto Noos. Mientras no se demuestre lo contrario, el marido de la Infanta Cristina es inocente, y si se demuestra su culpabilidad, que los jueces dicten la sentencia que corresponda. Demos la oportunidad a la justicia para que se pronuncie, pero entre tanto, no nos rasguemos las vestiduras por la reacción de repulsa que el caso provoca, porque ni siquiera la presunción de inocencia puede hurtar el derecho de los ciudadanos a opinar libremente, y la realidad es que aquí huele a podrido.

Publicado el 2 de marzo de 2012 a las 10:15.

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Alberto Castillo

Alberto Castillo

Director de Gente en Madrid. Periodista madrileño, de 46 años, cuenta con una dilatada experiencia en medios. Ha sido subdirector general de la Agencia de Noticias Servimedia. Gran parte de su carrera profesional ha estado vinculado a la radio en distintas cadenas. Comenzó en la Cadena Rato en los años 80 y de ahí pasó a la COPE, cadena en la que fue redactor de informativos locales, redactor jefe del informativo matinal "La Mañana" (con el desaparecido Antonio Herrero), redactor jefe de informativos de fin de semana y jefe de prensa. Su última etapa en la radio fue en la extinta Radio España-Cadena Ibérica.

 

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