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Blog de Alberto Castillo

Sin acritud

Miró al soslayo, fuese y no hubo nada

Archivado en: Rubalcaba, PSOE, Elecciones

Con la misma decepción con que el magnífico estrambote del soneto de Cervantes describe el final de la que se avecinaba como una bronca imponente entre un soldado extasiado ante la grandeza de la tumba de Felipe II y un valentón que se chotea de él -"Y luego, incontinente, caló el chapeo, requirió la espada, miró al soslayo, fuese y no hubo nada"-, así ha pasado la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE que ha renovado la confianza de Alfredo Pérez Rubalcaba hasta que concluya su mandato en 2016. Los enfrentamientos internos en el partido socialista a causa de los estrepitosos fracasos en Galicia y el País Vasco, con amplios sectores del partido reclamando la dimisión del secretario general y exigiendo un giro radical para volver a recuperar la confianza de electores y simpatizantes, hacían prever una tumultuosa sesión que finalmente ha pasado sin apenas ruido. El cónclave socialista se ha resuelto con un cierre de filas en torno al liderazgo de Rubalcaba y sin que se alzaran voces discrepantes, hasta el punto de que el mismo que horas antes estaba en el disparadero proclamaba tras la reunión "Me he sentido unánimemente apoyado como secretario general". Nadie en la Ejecutiva le ha pedido que acelere la convocatoria de primarias para elegir al próximo candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, ni ha recibido crítica alguna hacia su liderazgo, ni le ha pedido que haga cambios en la dirección del partido. O al menos eso nos han contado. Todas las miradas estaban puestas en el presidente andaluz, José Antonio Griñán, que días atrás había personalizado el debate en el seno del PSOE a favor de un cambio de rumbo, pero en contra de lo que parecían sus intenciones, finalmente no pidió su dimisión ni se postuló para sucederle, quizás porque esté esperando un momento más propicio para dar la puntilla a Rubalcaba. Pero el tiempo juega en contra del PSOE, aunque abrir el debate sobre el liderazgo a semanas de una cita electoral sería acelerar el suicidio. El PSOE tiene un grave problema, que es su incapacidad de hacer autocrítica y de reconocer los errores cometidos, junto con la indefinición en la que le han sumido sus coqueteos con los partidos nacionalistas y sus pactos con Izquierda Unida. No es tanto una cuestión de nombres, aunque Rubalcaba sepa que su tiempo político se está agotando, sino del rumbo al que se quiere dirigir al partido y de la posición ideológica donde quiere situarse. Ese es el debate urgente, con claridad, para evitar más confusiones al electorado y abandonar la tierra de nadie.

Publicado el 30 de octubre de 2012 a las 16:15.

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Del más votado al más “botado”

Archivado en: Editorial, triunfo PP elecciones, derrota PSOE elecciones

Derrota Tomás Gómez

 

Tan apabullante ha sido el triunfo del Partido Popular en la Comunidad de Madrid como estrepitoso el batacazo del PSM, sin duda atribuible a la crisis económica y a la mala gestión de Rodríguez Zapatero, pero sin por ello dejar de reconocer la responsabilidad que corresponde a la pésima campaña de Tomás Gómez, artífice del peor resultado obtenido jamás por el socialismo en Madrid, que ha supuesto la pérdida de seis diputados en la Asamblea y un tercio de su electorado. El empecinamiento con el copago, estrategia que ya tumbó a su predecesor, Rafael Simancas; la división interna tras el rodillo que aplicó al vencer en las primarias; su falta de sintonía con alcaldes del sur, y algunas contradicciones como la polémica de negar que estudiara en un colegio privado, hábilmente puesto en evidencia por Esperanza Aguirre, son algunos de los motivos que explican el castigo de los electores. Aunque mucho había de plebiscito a Zapatero en el 22-M, también se ha premiado la buena gestión de los últimos ocho años del Gobierno de la Comunidad, y el innegable tirón de su presidenta, que sabe conectar con el público. De los 179 municipios de Madrid, los populares han sido la fuerza más votada en 147, de ellos 109 con mayoría absoluta y 38 con mayoría simple. Datos que confirman la larga travesía del desierto que le espera al socialismo para recuperar a su electorado. El codiciado objeto de deseo popular del "cinturón rojo", donde la presidenta envió a su "división acorazada Brunete", formada por sus hombres de confianza David Pérez, Juan Soler y Jesús Gómez, es el máximo exponente del hundimiento del PSM. Ha caído definitivamente el mito de que el sur es de izquierdas. Los socialistas dejarán de gobernar en feudos tradicionales como Alcorcón, Leganés, Aranjuez o Collado Villalba, y pierden las mayorías absolutas de Fuenlabrada y Parla, aunque mantendrán ambas alcaldías, mientras que Móstoles sigue siendo un bastión inexpugnable. UPyD, la gran sorpresa de las elecciones, deshoja en Getafe la margarita de permitir que gobierne el PP como lista más votada. La responsabilidad colectiva a la que apeló Tomás Gómez la noche de la derrota no parece suficiente. El sector crítico le reclama un Congreso Extraordinario para analizar qué se ha hecho mal y repensar el proyecto del PSM. No hay que olvidar que Gómez ha rebajado el listón que dejó Rafael Simancas, cuyos resultados se consideraban el suelo mínimo del socialismo en la comunidad y que provocaron su dimisión 2007.

Publicado el 27 de mayo de 2011 a las 09:15.

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Escenario tras la derrota

Archivado en: Editorial, elecciones autonómicas y municipales, derrota PSOE, nuevo secretario general PSOE

Talante ZP

 

La apabullante derrota del partido socialista en las autonómicas y municipales, el peor resultado obtenido por los socialistas en la democracia, y que ha supuesto la pérdida casi absoluta del poder municipal y regional, ha sido un voto de castigo sin precedentes que tiene que dar lugar a un ejercicio de autocrítica mayor que el de atribuir el masivo rechazo de las urnas a la crisis internacional. No hay que buscar más explicaciones que la lectura directa de los datos: los españoles están hartos de Zapatero, de su gestión, y de su incapacidad para hacer frente a la crisis. Han dejado claro que no quieren ser gobernados por el zapaterismo en sus ayuntamientos y comunidades, y han reclamado a gritos un cambio de rumbo que se traduce en 10 puntos y más de dos millones de votos de diferencia del PP sobre el PSOE. Por el contrario, las reacciones de los responsables de la debacle socialista, en primer lugar la del propio Rodríguez Zapatero, apuntan a que no habrá adelanto electoral y la maquinaria del aparato se apresta para preparar el proceso de primarias siguiendo la hoja de ruta prevista como si tal cosa. Aunque va a ser difícil frenar la marea interna que exige una profunda revisión del proyecto socialista en lugar de un simple debate de nombres. El lendakari Patxi López ha sido el primero que ha alzado la voz reclamando un congreso extraordinario para relevar a toda la dirección del PSOE. La propuesta de López, a la que se han sumado otros barones socialistas, pretende forzar la salida de Zapatero de la secretaría general y nombrar en su lugar cuanto antes a Rubalcaba. Pero no se trata de decidir entre Rubalcaba y Carme Chacón, ni de evitar el trance de enfrentar a las posibles alternativas que puedan reavivar las cenizas del PSOE. La solución no consiste en pasar página cuanto antes, ni en pactar un simulacro de primarias para elegir al nuevo candidato. No hay convivencia posible entre el candidato y el secretario general si no son la misma persona. Y eso pasa por retirar a Zapatero. La situación de España no permite seguir dilatando las medidas necesarias para salir de la crisis mientras se deshoja la margarita del liderazgo. Para afrontar con éxito la crisis económica hacen falta profundas reformas y capacidad para llevarlas a cabo y está por ver que Rodríguez Zapatero pueda hacerlo. Lo más sensato ante la extrema debilidad del presidente, vapuleado en las urnas y cuestionado por su propio partido, es convocar un congreso extraordinario y elegir en el mismo al nuevo secretario general y candidato, y convocar de inmediato elecciones.

Publicado el 26 de mayo de 2011 a las 09:15.

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Alberto Castillo

Alberto Castillo

Director de Gente en Madrid. Periodista madrileño, de 46 años, cuenta con una dilatada experiencia en medios. Ha sido subdirector general de la Agencia de Noticias Servimedia. Gran parte de su carrera profesional ha estado vinculado a la radio en distintas cadenas. Comenzó en la Cadena Rato en los años 80 y de ahí pasó a la COPE, cadena en la que fue redactor de informativos locales, redactor jefe del informativo matinal "La Mañana" (con el desaparecido Antonio Herrero), redactor jefe de informativos de fin de semana y jefe de prensa. Su última etapa en la radio fue en la extinta Radio España-Cadena Ibérica.

 

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