viernes, 29 de marzo de 2024 11:24 www.gentedigital.es
Gente blogs

Gente Blogs

Blog de José Luis Gutiérrez Muñoz

Sonrisas de colores

Estaciones ferroviarias

Archivado en: estaciones ferroviarias, ADIF, fotografia, desarrollo, cooperación, india, bal mandir, ecuador, matruchhaya

imagen

Un nuevo convenio con ADIF, nos ha permitido volver a exponer fotografías de nuestros niños y niñas en dos estaciones ferroviarias: Campo Grande, en Valladolid, y Atocha, en Madrid. Las 24 fotografías de gran formato que componen esta muestra, pueden visitarse, desde el pasado lunes día 10, hasta el 24 de mayo, en la estación de Valladolid. Después serán trasladadas al jardín tropical de la estación de Atocha, en donde permanecerán desde el 25 de mayo, hasta el 9 de junio.

Estas imágenes, impresas en planchas especiales de aluminio, dan fe de nuestro trabajo durante 2009 en Sinincay, un "pueblo huérfano" de Ecuador; Bal Mandir, el orfanato nepalés en el que venimos trabajando desde 2006; y Matruchhaya, el orfanato indio al que, desde 2004, acudimos cada año, coincidiendo con sus vacaciones del Diwali.

Durante los próximos días, miles de personas se detendrán a contemplar las imágenes de estos niños y niñas, mientras ellos permanecen en sus hospicios ajenos al incesante trasiego de miradas curiosas que, a miles de kilómetros, les observan y analizan impúdicamente. Viajeros que probablemente, ante la necesidad de tener que esperar para la salida de su tren, recorrerán las 24 fotografías y paneles explicativos, examinando cada detalle, leyendo cada texto, para tratar de entender el sentido de la muestra. Muchos de ellos, supongo que intentarán hallar en los rostros de los menores la huella de su orfandad, alguna señal de la crudeza de sus circunstancias vitales, y posiblemente se sorprenderán ante la ausencia de signos de desánimo o sufrimiento.

La mayoría de los menores que habitan los orfanatos, al menos los que nosotros conocemos, son muy vitalistas y de carácter alegre. Yo diría que incluso más que nuestros propios niños y niñas que, aunque lo tengan todo, a menudo parecen aquejados por una especie de insatisfacción o infelicidad, cuya causa, ni ellos, ni sus mayores, alcanzan a comprender. Objetivamente, los menores que viven en Matruchhaya, Bal Mandir o Sinincay, tienen sobrados motivos para el abatimiento, y sin embargo, nada en su mirada ni en su expresión delata las duras condiciones de vida que soportan, ni los dramáticos acontecimientos que les han conducido al orfanato. Y precisamente eso es lo que más me gusta de ellos, la asombrosa capacidad que tienen para sobreponerse a la adversidad. Allí no hay lugar para la queja, la lamentación o la autocompasión, en esos niños, el deseo de vivir y salir adelante es tan pujante que repele cualquier sombra de tristeza.

Publicado el 14 de mayo de 2010 a las 08:15.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Puja

Archivado en: Bal Mandir, Kathmandu, Nepal, Matruchhaya, orfanatos, cooperación, desarrollo, ONG

imagen

Recientemente los alumnos del IES "Foramontanos", de Cabezón de la Sal, han decidido hacerse responsables de una niña de Bal Mandir llamada Puja. Ello significa que tratarán de recaudar el dinero necesario para pagar sus estudios y alojamiento en un buen colegio de Kathmandu en régimen de internado, de manera que regresará al orfanato únicamente en los periodos vacacionales. Algo similar a lo que ya están haciendo en el IES "Valle del Saja" con el niño llamado Sudip.

Puja en nepalés significa "ofrenda"

Recuerdo que en septiembre de 2007 Puja fue una de las niñas que con más entusiasmo trabajó en el mural que pintamos ese año. Supongo que llevaría poco tiempo viviendo en Bal Mandir, porque no recordaba haberla visto el año anterior, el primero que trabajábamos en ese orfanato de Kathmandu, y revisando los cientos de fotografías que guardo de aquel primer proyecto en Nepal, no encuentro ninguna en la que pueda identificar a Puja. Pienso que, a pesar de haber más de doscientos niños y niñas en Bal Mandir, de haber estado allí Puja en 2006, no me hubiera pasado desapercibida, porque en la edición de 2007 se convirtió en una de las protagonistas. Cada mañana acudía a nuestro encuentro corriendo con cierta dificultad y exhibiendo su preciosa sonrisa desdentada. Extremadamente flaca, me parecía que Puja podría quebrarse a cada paso, aunque su torpeza no derivaba de su delgadez, ni de ningún otro problema físico, sino de su precario calzado.

No sé cuál de los cinco alumnos de la Facultad de Bellas Artes que participaban en el proyecto de ese año empezó a llamarla cariñosamente "la tacones", y pronto todos los demás empezaron a referirse a ella con ese apodo, que derivaba del hecho de que Puja calzaba siempre unas chanclas de playa tan desgastadas, que ya no tenían suela en la parte posterior. El talón de su pie apoyaba directamente en el suelo, pese a lo cual, siempre llevaba perfectamente colocadas las mitades delanteras de sus chancletas. Iba medio descalza, aunque bien visto, era más afortunada que otros que iban completamente descalzos.

Pronto dejó de hacerme gracia aquel apelativo, y solicité a mis alumnos que se refirieran a la niña por su nombre, aunque inconscientemente, incluso hoy en día, siempre que alguien menciona a Puja, me viene a la memoria su apodo.

Ese año, adquirimos calzado para todos los niños y niñas de Bal Mandir, pero además mis alumnos compraron unas sandalias de playa nuevas, y se las regalaron a Puja. Cuando se las probó, y comprobamos que le estaban bien de tamaño, cogimos sus dos medias chanclas con la intención de tirarlas a la basura al salir del orfanato, pero ella inmediatamente, con una rapidez asombrosa, nos las arrebató, y con expresión de enfado se las guardó debajo del brazo izquierdo. A continuación sonrió, y se encogido de hombros con un gesto que nos pareció que trataba de hacernos entender que debía guardarlas en previsión de tiempos peores.

Publicado el 29 de abril de 2010 a las 08:15.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Telediario de la 2

Archivado en: TVE, la 2, cooperacion, desarrollo, universidad complutense de madrid, discapacidad intelectual

Ya son cuatro los jóvenes artistas con discapacidad intelectual que todos los jueves por la mañana acuden al "Taller de Técnicas de la Escultura" de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, acompañados por monitores de "Debajo del sombrero" y "Senda". Hace poco más de un año, nuestro Consejo de Departamento decidió abrir las puertas de este espacio creativo a Rubén y Luisma, dos muchachos con autismo, de la edad de nuestros alumnos, que empezaron a trabajar con enorme entusiasmo. Poco después se les sumó Antonio, sorprendentemente comunicativo y refinado al hablar, que al igual que sus compañeros, de inmediato se ilusionó con las enormes posibilidades que ofrecía ese singular lugar para desarrollar su fantasía creativa. En este tiempo han explorado las posibilidades de la piedra, la madera, la arcilla, el poliexpán o el hierro. Recientemente se les ha incorporado Belén, una joven con enorme talento artístico, que se concentra en su trabajo de tal manera, que se evade de cuanto le rodea.

Esta mañana han acudido unos periodistas de Televisión Española para grabar imágenes y recoger algunos testimonios de la labor que están desarrollando estos cuatro artistas.
Rubén había terminado un busto de madera en el que había retratado a Lola, la monitora de "Debajo del sombrero" que habitualmente le acompaña. Ya había empezado un nuevo busto, en esta ocasión de Luis, otro monitor. Tenía dibujos de su cabeza vista de frente, de perfil y de espaldas. También había empezado a trasladar los volúmenes a un bloque de poliexpán. Los bocetos preparatorios de la cabeza de Luis, y el busto de Lola me parecieron fantásticos. Los dibujos tenían el trazo ingenuo, pero seguro, de un niño; y la cabeza de madera de Lola era una interpretación fresca y desinhibida, resuelta en tan sólo tres sesiones, con un estilo que recordaba al expresionismo de Leiro.

Luisma estaba ensamblando fragmentos de madera que había pintado de llamativos colores durante las sesiones anteriores. Antonio tallaba un bloque de piedra, del que seguro que saldrá algo interesante; y Belén estaba concentrada en unos dibujos que le servirán para iniciar su próximo trabajo. Los cuatro podrían pasar por alumnos universitarios. Quizás lo único que les diferencia un poco de nuestros estudiantes sean sus momentos de indisimulada euforia, su frenesí creativo, y la contundente sinceridad de su expresión artística. Anoche a las 20:00 horas, el Telediario de la 2 emitió el reportaje. Aquí lo tenéis.

Publicado el 16 de abril de 2010 a las 09:00.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Fruto de vuestro esfuerzo

Archivado en: nepal, ONG, cooperacion, desarrollo

En Nepal el curso académico 2009-2010 acaba de concluir, aunque en algunos casos todavía quedan por hacer exámenes finales, y los alumnos aún no saben sus resultados.

Durante este último curso hemos ayudado a siete niñas y niños de Bal Mandir (Sudip, Subas, Shamjana, Susmita, Puja, Keshab y Janak), más siete chicas y chicos ex Bal Mandir (Grishma, Laxmi, Narendra, Kamala, Jagadiswor, Sumitra e Indira).

A los menores les hemos escolarizado en dos buenos colegios de Kathmandu (Wilson Academy y New Shrine School) con residencia. Lugares austeros pero, donde están recibiendo una buena educación, tres comidas al día y alojamiento digno. Al grupo de mayores de edad les estamos ayudando económicamente para que puedan terminar sus estudios, lo que implica pagarles gastos de alojamiento y manutención, además del coste de sus estudios.

Estamos impacientes por saber sus resultados pero, por lo que nos han ido avanzando Mahen (nuestro amigo de Kathmandu que controla a los mayores) y Bal Krishna (el director de Bal Mandir), creemos que los resultados serán buenos. El grupo de mayores ha tenido un seguimiento muy cercano por parte de Mahen, que ha hecho de tutor, y en ocasiones de padre, gracias a lo cual los siete han estado bastante centrados en sus estudios. Espero que los resultados avalen cuanto digo.

Para el próximo curso 2010-2011 queremos seguir apoyando a los siete menores, para que puedan continuar sus estudios en sus actuales escuelas. Al grupo de mayores, deseamos ayudarles a concluir sus estudios y, en la medida de nuestras posibilidades, facilitarles la incorporación al mundo laboral y el inicio de su vida autónoma e independiente. Es posible que nuevas chicas o chicos ex Bal Mandir soliciten nuestro apoyo. En ese caso, nos guiaremos por la valoración de Mahen y, si él lo aconseja, trataremos de respaldarles. Además, deseamos enviar a Trilochana y Aacriti, dos niñas ciegas de Bal Mandir, de cuatro años de edad, al Laboratory School, una escuela de Kathmandu, con residencia, en donde pueden recibir enseñanza en Braille.

Todo esto está siendo posible gracias al esfuerzo de los alumnos y alumnas del IES Valle del Saja, y de numerosos amigos y amigas que anónimamente están haciendo un esfuerzo encomiable. La venta de fotografías, y últimamente también calendarios y camisetas, está suponiendo un refuerzo para poder garantizar la continuidad de estas ayudas. Por otro lado, cada vez son más las familias que participan de la iniciativa "10 € al mes" que han puesto en marcha nuestros amigos de Cabezón de la Sal.

Nuestro amigo Pablo, experto en educación especial que formó parte del grupo de trabajo "Color en Bal Mandir diverso 2009", tras nuestro regreso, fundó "Dididai", una ONG que se ha marcado como objetivo prioritario la atención a los menores de Bal Mandir con alguna discapacidad. Gracias a ello, pudimos contratar a Pradip, el estudiante nepalés que ha participado en las cuatro ediciones de nuestro proyecto, y recientemente ha terminado sus estudios de Bellas Artes. Seis horas al día, seis días a la semana, Pradip está trabajando en Bal Mandir, tratando de estimular a Lata, Nimi, Roji, Sujata, Ram y Madushadam, quienes por su discapacidad, no están recibiendo ningún tipo de educación. El próximo sábado, Pablo viajará a Kathmandu, donde permanecerá dos semanas, para orientar a Pradip en su trabajo e intentar contratar a un fisioterapeuta que trabaje diariamente en el orfanato.

Aunque la situación de los menores que viven en Bal Mandir sigue siendo ignominiosa, resulta esperanzador comprobar cómo, lo que nació como una mera utopía, va creciendo lentamente, se va afianzando y empieza a dar frutos. Apenas queda sitio ya en nuestros corazones para el desánimo, porque sentimos el imparable empuje de cientos de personas que desean transformar aquella realidad.

 

Publicado el 31 de marzo de 2010 a las 12:45.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Color en Matruchhaya y en Bal Mandir 2010

Archivado en: Bal Mandir, Kathmandu, Nepal, Matruchhaya, orfanatos, cooperación, desarrollo, ONG

imagen

A finales del 2004 llevamos a cabo "Bellas Artes con Matruchhaya y Shishu Bhavan", nuestro primer proyecto de cooperación al desarrollo, planteado desde el ámbito específico de la creación artística. Un grupo de siete alumnos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, y yo, trabajamos durante aquellas vacaciones navideñas con los niños y niñas que habitaban esos dos orfanatos indios: Matruchhaya en Nadiad y Shishu Bhavan en Calcuta. La acción fue financiada por nuestra Universidad, a través de su primera convocatoria de proyectos de cooperación al desarrollo.

Inmediatamente entendimos que aquello tenía pleno sentido, que ese tipo de actividad beneficiaba enormemente a los menores, y para nosotros abría un nuevo campo de trabajo, alejado de los habituales centros neurálgicos del arte, y lleno de utilidad social.

Sentimos que debíamos hacer todo lo posible por dar continuidad a esa labor, no en Shishu Bhavan, el archiconocido orfanato fundado por la Madre Teresa de Calcuta, porque ya recibía el apoyo de numerosos voluntarios que acudían allí para prestar su ayuda; pero sí en Matruchhaya, donde nuestra visita fue algo absolutamente excepcional. Como la convocatoria anual de proyectos de nuestra Universidad, establece que no se puede seguir dando financiación a un mismo proyecto en ediciones posteriores, nos vimos obligados a buscar patrocinio externo.

Mi mujer y yo pensamos que lo más sencillo sería empezar por lo que teníamos más cerca: el Ayuntamiento de Pinto, el madrileño pueblo en el que vivimos. Recuerdo que a principios de 2005 solicité una entrevista con la concejala encargada del área de cooperación al desarrollo de dicho municipio, y acudí a ella con un proyecto en el que explicábamos detalladamente nuestro propósito, las actividades que nos proponíamos para llevarlo a cabo, y el coste detallado de la acción. A pesar de que estaba todo escrito, como la concejala me dio la oportunidad de hablar, y me pareció que no tenía prisas, le expliqué de manera apasionada nuestra intención. Mientras le hablaba, ella hojeaba el documento escrito, lleno de fotografías de nuestro trabajo anterior, hasta que llegó al final, la página en la que se pormenorizaba el presupuesto. Entonces creí que debía dar por concluida mi vehemente exposición, y en ese momento ella me dijo que podíamos contar con el apoyo del Ayuntamiento de Pinto.

Desde entonces, en Pinto ha habido gobiernos de izquierdas y de derechas, pero su respaldo a nuestro trabajo ha sido inquebrantable. Además, desde 2007, han sufragado un proyecto similar que desarrollamos cada año, por el mes de octubre, en el orfanato nepalés denominado Bal Mandir. Las disputas políticas en nuestro Ayuntamiento no han sido pocas, pero afortunadamente nuestras acciones en esos dos orfanatos de India y Nepal jamás han sido cuestionadas.

El Ayuntamiento de Pinto, como muchos otros, padece una grave crisis económica que le está obligando a abandonar iniciativas que parecían ya consolidadas, y nuestros proyectos no han sido menos. El año pasado recibimos los primeros signos de debilidad, por lo que transferimos buena parte de la responsabilidad económica del proyecto de Bal Mandir al Grupo Farmacéutico Pfizer, que generosamente se prestó a acudir en nuestro auxilio. Ahora sabemos que el Ayuntamiento de Pinto no podrá financiar ningún proyecto en 2010. Era algo que ya nos esperábamos.

Pero ésta debe de ser nuestra semana de la buena suerte, porque ayer supimos que el Consejo Social UCM costeará "Color en Matruchhaya 2010", y hoy mismo hemos recibido la buena noticia de que el Grupo Farmacéutico Pfizer asumirá completamente "Color en Bal Mandir diverso 2010". De distintas maneras, el Consejo Social de nuestra Universidad ha estado respaldando nuestras acciones, desde el inicio, pero durante los tres últimos años ha asumido el coste de una iniciativa similar a las de India y Nepal, que cada mes de julio hemos llevado a cabo en Ecuador, el primer año en orfanatos de Quito y Cuenca, y los dos últimos en un "pueblo huérfano" denominado Sinincay, un lugar donde numerosos niños y niñas viven en una situación de semiorfandad, a menudo más dura que la propia orfandad, provocada por la emigración de sus padres.

Obligados a establecer un orden de prioridades, decidimos dar preferencia a los proyectos que estaban ya más consolidados, por eso, "Color en Sinincay 2010" está ahora huérfano de patrocinio. A partir de este momento, cuando ya tenemos asegurada la financiación del proyecto de Matruchhaya y Bal Mandir, nos proponemos centrar todos nuestros esfuerzos en encontrar subvención para el proyecto de Sinincay.
Esperamos que nuestra buena suerte continúe, y que el trabajo con los niños y niñas de Sinincay no se tenga que ver interrumpido por culpa de esta crisis económica. Pero ahora es el momento de mostrar nuestra sincera gratitud al Ayuntamiento de Pinto, por su colaboración y por la confianza que ha depositado en nosotros durante todo este tiempo.

Publicado el 28 de enero de 2010 a las 08:30.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Educación especial

Archivado en: Bal Mandir, Kathmandu, Nepal, Matruchhaya, orfanatos, cooperación, desarrollo, ONG, pablo menendez, la voz de galicia

Pablo Menéndez ha sido uno de los dos expertos en educación especial, que agregamos a nuestro equipo de trabajo en Bal Mandir en la última edición, entre septiembre y octubre de 2009. En las tres ocasiones anteriores que habíamos trabajado en ese enorme orfanato, habíamos comprobado que varios de los menores con discapacidad severa, quedaban al margen de nuestras actividades por sus propias limitaciones, y porque nosotros nos sentíamos desbordados atendiendo a tantos niños y niñas deseosos de participar, y no podíamos dedicarles la atención individualizada que ellos requerían.

Por eso, esta vez nos marcamos como objetivo prioritario involucrar a esos menores en las labores creativas que desarrollásemos con el resto; y cuando ello no fuera posible, por las propias condiciones del menor, diseñar otras actividades adaptadas a sus posibilidades.

Creo que fue un acierto incluir a Pablo en nuestro grupo de trabajo, por dos motivos: por la formidable labor que él y Luis (el otro experto en educación especial) realizaron allí con los menores con discapacidad, especialmente con los más desfavorecidos (Lata, Roji, Nimi, Ram, Sujata, Madhusadham y Jayanti); y porque Pablo no ha parado de pensar en modos de ayudar a estos niños.

Su reto, nuestro reto, es lograr que esos menores que no reciben ningún tipo de educación, estimulación o terapia rehabilitadora, tengan una atención especializada. La contratación de Pradip, el alumno de Bellas Artes nepalés que ha colaborado con nosotros en las cuatro ediciones de este proyecto, para que trabaje seis horas diarias, durante seis días a la semana, con esos menores excluidos del derecho a la educación por su discapacidad, ha sido sólo un primer paso.

Pablo aspira a mucho más. Desea, deseamos, poder contratar también a un fisioterapeuta y a un educador especial que desarrollen su jornada laboral completa en Bal Mandir. Y puestos a soñar, ya que no hay en Kathmandu centros educativos especiales para atender a menores con discapacidades de esta índole, Pablo aspira, aspiramos, a que Bal Mandir pueda alojar en su interior un pequeño centro de educación especial.

La Voz de Galicia publicó en sus páginas centrales un artículo que recoge las impresiones de Pablo tras su experiencia en Bal Mandir: http://www.lavozdegalicia.es/sociedad/2009/12/27/0003_8194294.htm.

 

Publicado el 11 de enero de 2010 a las 08:30.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Niños discapacitados en el orfanato de Bal Mandir: Jayanti

Archivado en: Bal Mandir, Kathmandu, Nepal, Matruchhaya, orfanatos, cooperación, desarrollo, ONG

imagen

El pasado viernes 4 de diciembre, tuve un encuentro con los alumnos del Instituto de Educación Secundaria "Valle del Saja" de Cabezón de la Sal (Cantabria), para hablarles del trabajo que durante 2009 hemos realizado en Ecuador, India y Nepal. Dediqué más tiempo a Bal Mandir, el orfanato de Nepal, porque los estudiantes de este Instituto están becando a cinco niñas y niños de allí. Fue una manera de trasladarles la gratitud de Sudeep, Subas, Susmita, Samjhana y Puja; y ofrecer detalladas explicaciones a quienes, con mucho esfuerzo e ilusión, están haciendo posible que esos cinco menores de uno de los orfanatos más pobres del mundo, puedan educarse y residir en una buena escuela, regresando al orfanato sólo por vacaciones.

Les expliqué que una de las novedades de la edición de 2009 de Bal Mandir había sido que, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Pinto y el Grupo Farmacéutico Pfizer, habíamos podido dedicar atención especial a los menores del orfanato que padecen algún tipo de discapacidad severa. En Bal Mandir viven 250 menores, de los que 22 son discapacitados. Una escueta lista que nos proporcionó el director del orfanato, refleja el nombre de cada uno de ellos, su edad y el tipo de discapacidad: sordera, ceguera, síndrome de Down, parálisis cerebral o retraso mental.

Leer texto completo »

Publicado el 9 de diciembre de 2009 a las 08:30.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Calendario

Archivado en: Bal Mandir, Kathmandu, Nepal, Matruchhaya, orfanatos, cooperación, desarrollo, ONG, calendario

imagen

Con mucha frecuencia siento que los acontecimientos van más deprisa de lo que yo hubiera imaginado al principio, y las iniciativas que nacieron como una mera utopía, de pronto cobran vida propia, y se hacen realidad gracias al empeño e ilusión que otras personas ponen en ello.

Un día, hace varios años, pensamos que nuestra ayuda a los niños y niñas que viven en el depauperado orfanato de Bal Mandir, deberían ir más allá de lo puramente lúdico o creativo, e imaginamos que la mejor manera de apoyar a esos menores sería tratando de financiarles una educación de calidad, en un buen colegio con alojamiento interno, lo que al mismo tiempo les permitiría vivir fuera del orfanato durante la mayor parte del año. Empezamos por Sudip. Del gasto que implicaba su beca se encargaron enteramente los alumnos y alumnas del Instituto de Educación Secundaria "Valle del Saja", de Cabezón de la Sal (Cantabria), pero fue tal su empeño recaudador, que muy pronto hicieron que se pudieran beneficiar de ese mismo tipo de ayuda otros niños y niñas de Bal Mandir.

Preocupados por ser capaces de dar continuidad a esta iniciativa, nuestros amigos de Cabezón de la Sal han impreso 1000 copias de un calendario, que ellos mismos han diseñado, con imágenes de "Color en Bal Mandir 2009". El precio del calendario es de 6 euros.

A todos los que estéis interesados, os ruego que contactéis con nuestra amiga Blanca Castañeda:

620 40 50 12
blanca.prensa@gmail.com

Publicado el 16 de noviembre de 2009 a las 11:45.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Ronak y Deep

Archivado en: Bal Mandir, Kathmandu, Nepal, Matruchhaya, orfanatos, cooperación, desarrollo, ONG

imagen

Aunque esta es la tercera vez que trabajamos con ellos, en realidad los hermanos Deep y Ronak llevan poco más de dos años en Matruchhaya. Dos poderosas razones les han conducido hasta aquí. La primera, el fallecimiento de su madre en 2005, cuando ellos tendrían unos cinco y cuatro años de edad respectivamente. Ahora Deep tiene nueve años, y su hermano Ronak ocho. La segunda circunstancia que marcó el destino de estos menores fue la afición de su padre por la bebida, que se acentuó a partir del fallecimiento de la madre.

Leer texto completo »

Publicado el 11 de noviembre de 2009 a las 08:30.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Parque acuático

Archivado en: Bal Mandir, Kathmandu, Nepal, Matruchhaya, orfanatos, cooperación, desarrollo, ONG

imagen

Aunque por mis limitaciones físicas no puedo participar en los bailes, ni en los juegos, ni en la mayoría de las actividades que nosotros mismos organizamos; en ningún momento me he sentido como un mero espectador, ni siquiera el pasado sábado 31 de octubre, cuando nos fuimos con todos los niños y niñas de Matruchhaya a un parque acuático y, mientras ellos se bañaban, yo tuve que conformarme con permanecer sentado en mi silla de ruedas observándoles.

A las siete de la mañana, un autobús grande esperaba en la puerta de Matruchhaya. Los habitantes del orfanato hacía días que conocían nuestro plan, y conforme se acercaba la fecha señalada, se les iba viendo más nerviosos. Guardamos comida, agua y toallas en el autocar, e hicimos un último recuento. 50 menores, más 20 adultos, entre los cuales estábamos nosotros cinco, un par de monjas, muchas cuidadoras, y el secretario del orfanato. A los más pequeños les colgaron del cuello unas tarjetas plastificadas que, en gujarati, llevaban anotadas su nombre, Matruchhaya y un número de teléfono en la parte posterior, por si alguno de ellos se extraviaba.

Aunque el parque acuático está en Baroda, a tan sólo 55 Km. de Nadiad, tardamos dos horas y media en llegar, y una vez allí, decidimos que lo mejor sería tomar el almuerzo previamente; en un bonito parque que se encontraba cerca. Como los niños y niñas estaban impacientes por ingresar en el recinto, en cuanto terminamos de comer, recogimos todo y entramos. En Matruchhaya pudimos solucionar la cuestión de los bañadores sólo para los niños, que podían utilizar un sencillo pantalón corto de deporte, y para algunas de las niñas más pequeñas, como Spana, Bavna, Kushi o Ravina; que utilizaron unos que las monjas tenían guardados, probablemente esperando una ocasión como ésta. Para el resto, tuvimos que alquilarlos.

Leer texto completo »

Publicado el 10 de noviembre de 2009 a las 10:00.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

José Luis Gutiérrez Muñoz

José Luis Gutiérrez Muñoz

José Luis Gutiérrez Muñoz (Madrid, 1963), pofesor Titular y Director del Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Director del Grupo de Investigación UCM "Arte al servicio de la sociedad". Responsable de diversos proyectos de cooperación al desarrollo que desde 2004 vienen llevándose a cabo en orfanatos de India, Nepal y Ecuador.

EN TU MAIL

Recibe los blogs de Gente en tu email

Introduce tu correo electrónico:

FeedBurner

Recibe este blog tu email

Introduce tu correo electrónico:

FeedBurner

Grupo de información GENTE · el líder nacional en prensa semanal gratuita según PGD-OJD