A Marcos se le escapa el filtro
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Cámaras, micrófonos y grabadoras digitales pueblan las ruedas de prensa o los actos periodísticos en el mundo del deporte con la pretensión de lograr esa declaración explosiva o el titular llamativo que alegre al jefe. Al final, la mayoría de estos eventos deportivos acaban en una retahíla de preguntas insustanciales, poco rebuscadas y, en muchas ocasiones, con una respuesta otorgada por el propio periodista que ha preguntado ante la sorprendente mirada del protagonista.
Uno, que ha acudido a numerosas ruedas de prensa, sobre todo en el ámbito futbolístico, acaba tomando notas para, posteriormente, darle forma o sentido al rompecabezas. La mayoría de los deportistas, sobre todo cuando pertenecen a un colectivo, no dicen nada que se salga del protocolo, de lo establecido, nada que pueda provocar polémicas, el manjar del periodismo. Eso sí, a veces un 'calentón' verbal o esa tecla que alguien pulsa en un momento dado provoca la bomba informativa del día, ya sea en Kuala Lumpur o en Villarrobledo.
Con el descenso a la vuelta de la esquina, la tensión en el Real Valladolid clama al cielo. Su capitán, Alberto Marcos, perdió el norte en una de tantas declaraciones a los medios y se mostró partidario de dejar de lado a los jugadores que no demuestren en el verde que se están jugando la vida. "No quiero amigos, igual que ellos tampoco me deberían de querer a mí. Sólo quiero un tío que el domingo se juegue la vida por mí", señalaba el lateral izquierdo el pasado lunes el futbolista ante la supuesta incredulidad de los presentes.
Para deleite de los curiosos, propongo tres análisis o exposiciones periodísticos del mismo hecho. Con el vídeo correspondiente y un texto de EFE, la Radio Televisión de Castilla y León titulaba "soy partidario de dejar a algún jugador de la plantilla", palabras de Marcos. El Día de Valladolid apuntaba que 'Marcos tira de la manta' y El Norte de Castilla tira por el mismo sitio: 'Marcos levanta la alfombra'. Estos dos últimos titulares augura o advierten la existencia de mal rollo en el vestuario vallisotelano. Al igual que la casa propia es el templo de cada uno, el vestuario de un equipo debe ser un espacio privado donde se arreglen todos los problemas o discrepancias, sin airear los trapos sucios. Marcos ha perdido perdón, pero ha tirado la primera piedra. En boca cerrada no entran moscas.
Publicado el 9 de marzo de 2010 a las 12:15.
