¿De qué se queja ahora la UCI en el caso Contador?
Dejar la pelota en su tejado para después criticar la decisión. Así es como se ha comportado la Unión Ciclista Internacional (UCI) con la decisión de la Real Federación Española de Ciclismo (FEC) en el presunto caso de dopaje de Alberto Contador.
La UCI puso entre la espada y la pared a la FEC. El máximo organismo mundial dejó que fuera la propia Federación la que se la jugara con el mayor icono del ciclismo actual. Los trapos sucios se lavan en casa, pero si no quedan limpios del todo, ya vendrá algún vecino a criticarte. Eso es lo que ha sucedido en esta ocasión, aunque la UCI tuvo la oportunidad de poner en lejía la prenda que le envió a la FEC.
No había vuelta atrás. La FEC se veía en una encrucijada: castigar a Contador de cara a preservarse de una más que probable crítica internacional o hacer caso a las alegaciones del ciclista de Pinto. Eso es lo que quedó patente con la propuesta de sanción por un año: por un lado se reconocía cierto temor a las críticas sobre la supuesta permisividad con el dopaje en España, pero por otro se dejaba claro que Contador no era culpable del todo. Un año de inhabilitación era una medida a medio a camino.
Sin embargo, fue la propia UCI la que envió una carta dejando muy claro que se desechaba cualquier posibilidad que no fuera la ingesta accidental de carne adulterada. Esa fue la premisa de la que partió la defensa de Contador. Con esa conclusión de la UCI, el camino estaba allanado.
Por eso, resulta cuanto menos chocante que ahora salga Pat McQuaid criticando la decisión de inhabilitar a Contador. El ciclismo de hoy tiene muchas sombras sobre las que arrojar luz para que las dudas en torno a este bello deporte pasen a la historia. Los profesionales de verdad, los aficionados y los sponsors que deciden patrocinar a los equipos así lo merecen.
Publicado el 17 de febrero de 2011 a las 14:00.