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Tiempo muerto

Sevilla-Atlético, ¿la final de Copa?

Archivado en: Copa del Rey, fútbol, final, Atlético de Madrid, Rácing, Sevilla, Getafe

El Atlético de Madrid es un equipo imprevisible. El pasado domingo caía en el Calderón frente al Málaga (0-2). Cuatro días después, ha noqueado a un Rácing facilón con un brillante Simao. Eso sí, el 3-0 fue obra de Forlán, tras una falta fuera del área a Jurado que el colegiado consideró penalti. Un jugadón de Agüero propició una nueva pena máxima, está sí fue clarísima, transformada por el delantero uruguayo para completar la goleada. Sólo una hecatombe separa a los rojiblancos de la final. Hace muchos años que no ganan un título y éste sería un bálsamo para una entidad inestable por naturaleza.

El Sevilla se ha convertido en el otro gran favorito para llegar a la finalísima, después de vencer al Getafe por 2-0 en el Sánchez Pizjúan. El Getafe tuvo sus opciones, pero los chicos de Michel fallaron ante el marco contrario y tiene un reto tremendo en el Coliseo Alfonso Pérez: meterle tres a uno de los mejores equipos de España. Hubo dos detalles significativos durante el encuentro. Uno fue la pitada descomunal a Manolo Jímenez por sustituir a Negredo y dar entrada a Romaric durante la primera parte. Era un cambio táctico, aunque la grada no lo entendió. Finalmente, el técnico tenía razón. El otro fue el 'sombrerazo' de Luis Fabiano cuando hizo el primero de la noche. Al 'estilo Del Nido', cogió un sombrero y le brindó el gol al presidente del Sevilla como si estuviese en una plaza de toros. Si todo transcurre según el guión previsto, se avecina una final muy emocionante.

Publicado el 5 de febrero de 2010 a las 11:00.

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Un error defensivo del Celta sitúa al Atlético en semifinales coperas

Archivado en: Copa del Rey, fútbol, cuartos de final, Celta, Atlético de Madrid, Noguerol, Forlán, Balaídos

A Noguerol no se le va a olvidar este partido en la vida. Evidentemente, los futbolistas cometen errores como cualquier ser humano, pero pocas veces uno tuvo tanta repercusión. Minuto 26 de partido. Al central celeste le llega un balón aparentemente sencillo, a medio camino entre el área propia y el centro del campo. Siente el peligro. Toca mal. Tan mal que aquello se convierte en un pase para el delantero uruguayo, que, con su velocidad habitual, supera a Noguerol y bate por bajo a Yoel. Menudo jarro de agua fría. Al Atlético de Madrid le habían entregado un maravilloso guión. El Celta tenía que apretar y los de Quique Sánchez Flores sólo debían aguantar el resultado. El gol atlético alternó la génetica del encuentro, cuyo arranque demostraba la importancia del choque para ambos conjuntos, muy 'serios' sobre el césped de Balaídos. El Celta no renunciaba a su 'fútbol de balón', mezclado con el espíritu guerrillero de Segunda, y el Atlético daba sustos impulsivos.

Con el 0-1 de Forlán, los celestes perdieron un poco el norte, con el aliento de un estadio casi lleno, una escena que casi no se recordaba en Vigo. Sin embargo, poco a poco, el equipo de Eusebio volvió a tomarle el pulso al partido, aunque los rojiblancos lo tenían todo a favor. El Celta toca, pero, insistimos, le falta un delantero con un decente olfato de gol o esa capacidad para tener varios jugadores al remate cuando Abalo, Botelho, Toni o quien sea lleguen por banda. Asimismo, hubo muchos centros sin destinatarios, como si fuesen loterías que uno sella para ver si la suerte envía una sonrisa.

El Atlético de Madrid pudo golear durante la segunda parte, porque tuvieron numerosas opciones francas ante Yoel, pero los locales salían airosos de cada contra. La posesión nunca tuvo color rojiblanco, pero había muchos espacios debido a las prisas locales por anotar el tanto deseado que igualase la eliminatoria. La entrada de Joselu le dio otro aire al ataque vigués, se movió muy bien entre líneas, pero no acertó a definir en los últimos metros. Trashorras se creció con el paso de los minutos. Inventó un pase imposible al área que Abalo no consiguió rematar. Hubo quien pidió penalti. Además, marcó de falta un gol anulado por el colegiado. Estaban tomando notas. El Celta se vació y Joselu, con un cabezazo al larguero, estuvo a punto de lograr el empate después de una jugada alucinante por la línea de fondo. Sentó al defensa. La picó de forma exquisita con el exterior. Al larguero.

El 'Kun' Agüero y, sobre todo, Forlán, seguían a lo suyo. El uruguayo tiene mucha clase. Ayer andaba con la pólvora mojada, pero un certero disparo fue suficiente. Los rojiblancos perdieron todo el tiempo del mundo con cambios, supuestas lesiones y demás detalles. Lograron lo que buscaban. Están en semifinales y tienen muchas opciones de ganar la Copa. Para el Celta, se acabó un sueño. El conjunto de Eusebio debe volver a su realidad con la frente alta. Así, por este camino algún día volverá al sitio que le corresponde.

Publicado el 29 de enero de 2010 a las 11:00.

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Baño celeste en el Calderón

Archivado en: fútbol, Copa del Rey, cuartos de final, Atlético de Madrid, Celta, Vicente Calderón

Atlético de Madrid y Celta de Vigo empataron a uno en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey, que tuvo lugar en el Vicente Calderón. Los vigueses merecieron un triunfo abultado por ocasiones, fútbol, atrevimiento y lucha, pero les faltó definición. El equipo colchonero, un juguete roto sobre el campo, transmitió una imagen lamentable en esta eliminatoria que, por fortuna para los de Quique, todavía tiene solución en la vuelta. El choque de Balaídos en siete días promete emociones fuertes. Tiene aspecto de lotería rusa.

Con más de 40.000 espectadores en las gradas del Calderón y una nutrida presencia de aficionados celestes en el Fondo Norte, se enfrentaban sobre el césped, a priori, un equipo de Primera contra otro de Segunda. Visto lo sucedido, los papeles parecían invertidos. Los rojiblancos llegaban al envite después de tres triunfos consecutivas, incluyendo esa remontada copera ante el Recreativo. El Celta de Eusebio, invicto en esta competición, aparecía por Madrid con una progresiva mejoría en su funcionamiento futbolístico, aunque sigue en la parte baja de la categoría de plata. Con este contexto, arrancó un choque que dinamitaron Iago Aspas y Trashorras en tres minutos.

Ese fue el tiempo que tardó el Celta en asustar a la parroquia rojiblanca y a los once pupilos de Quique Sánchez Flores. Cerca de la frontal, Aspas, que se encontraba de espaldas a la carrera de Trashorras, suelta un taconazo primoroso que dejaba al lucense sólo ante De Egea. El céltico colocó el balón en el fondo de las redes atléticas y subió el 0-1 al marcador. A todo esto, con anterioridad, una caída del visitante Michu pudo suponer un penalti favorable a los vigueses. Al Atlético le costó horrores bajar la pelota, llevar el dominio del partido. Se siente más cómodo al contraataque, a impulsos. Esta teoría se caía por su propio peso con el tanto celeste. Poco después, en la segunda llegada local al área contraria, Tiago, nuevo fichaje rojiblanco, marcaba de cabeza el 1-1 tras un saque de esquina. Menos mal que lograron ese tanto, porque esta acción puntual, la falta de puntería viguesa en ataque y la excelente actuación de De Egea, guardameta local, salvaron al Atlético de una derrota dolorosa.

El Celta ofreció un recital de juego y actitud en el Calderón. Bien posicionado sobre campo, con la agresividad necesaria para controlar la calidad rojiblanca, elaboró una y otra vez buscando la portería contraria. Si tuviesen un '9' con olfato de gol, la eliminatoria estaría sentenciada. El 'fútbol de salón' que transmite Eusebio a los suyos sufre en Segunda, porque allí priman otros conceptos (dureza defensiva, líneas muy juntas, muchas patadas y un gol como llave para la victoria) distintos a los que propuso el Atlético, incapaz de imponer sus recursos técnicos y la velocidad en los movimientos que distinguen a ambas categorías. Quique probó con varios sistemas, pero la depresión psicológica que se instala en la plantilla atlética en determinados encuentros merece un profundo estudio. Un buen ejemplo es Perea, coreado por los aficionados visitantes debido a su facilidad para cometer errores en defensa.

Si la primera parte tuvo color celeste, el segundo período continúo en la misma línea. El despliegue físico de los 45 minutos iniciales no pasó factura a los visitantes. Pudo más la motivación y Eusebio oxigenó la media con inteligencia. La aparición de Forlán en el cuadro rojiblanco no mejoró las prestaciones ofensivas del Atlético, que apenas inquietó un par de veces a Yoel. Trashorras marcaba el ritmo de los celestes y se sucedieron las oportunidades viguesas a la contra, debido a los numerosos lanzamientos de córner o a faltas laterales. El citado centrocampista céltico y Iago Aspas, éste por dos veces, se encontraron con De Gea y el Atlético salió vivo de su propio estadio.

El sueño acabará en Balaídos para uno de los dos conjuntos la próxima semana. En el caso colchonero, ésta es la gran ocasión de conseguir un título que les hace falta. Por su parte, el Celta contempla la competición copera como un sueño necesario, teniendo en cuenta su situación liguera y que esto les ayuda a recuperar la autoestima perdida en los últimos años.

Publicado el 22 de enero de 2010 a las 10:30.

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Celtismo en estado puro

Archivado en: fútbol, Copa del Rey, cuartos de final, Atlético de Madrid, Celta, Vicente Calderón

Cuando uno sale de Pirámides camino del Calderón minutos antes del fútbol tiene la impresión de que son las tantas de la madrugada y el personal está a punto de meterse en una discoteca. Cientos y cientos personas hacen su particular botellón en los parques, a 300 metros del campo o colapsa los bares cercanos. Así demuestran que al fútbol no se puede entrar con sed. ¿Destino? Fondo Norte. Segundo Anfiteatro. Sector 508.

Allí se van a instalar los aficionados celestes procedentes de Vigo en varios autobuses, que han salido por mañana para ver a su equipo. ¡Un jueves! ¡Eso se llama a los colores! Sobre todo, en los tiempos que corren, con el equipo en Segunda y mal clasificado. Pase lo que pase. Ahí están. La vida no se acaba para ellos en el Celta, pero tampoco se entiende sin el Celta.

La puerta 7 reúne a viejos conocidos, amigos o integrantes de la misma fiebre celeste. Suben todos a la grada. Hace un frío tremendo. La perspectiva es buena, porque el diseño del Calderón ayuda. Eso sí, cuando llueve no hay quien se salve. ¿Habría 200 aficionados del Celta en las gradas? Por lo menos.

Los que estaban allí no pararon de cantar, de animar a los suyos, de soltar algún improperio que otro y de llevarse las ganas a cabeza por dos motivos. ¿El primero? Estaban alucinando con el partido de sus jugadores. ¿El segundo? No se creían que aquello pudiese acabar 1-1. A todo esto, Hubo reproches mutuos con algunos aficionados atléticos que estaban cerca y muy aburridos por el partido.

Cuando acabó la fiesta, se vació el estadio. Luego, salieron los turistas vigueses con dirección al autobús. Más de uno tenía que entrar a trabajar a las 8 de la mañana. Eso es afición. Lo demás son tonterías. Una vigilante de seguridad mira a varios aficionados y les dice: "Sois la mejor afición que ha pasado por aquí". La respuesta, instantánea. "¡Sómos muy 'bueniños'!". Muy gallego. Balaídos dictará sentencia. La semifinales están a la vuelta de la esquina.

Publicado el 22 de enero de 2010 a las 10:30.

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El Sevilla tumba al todopoderoso Barça en los octavos de la Copa

Archivado en: Copa del Rey, Sevilla, Barcelona, cuartos de final, Osasuna, Getafe, Deportivo, Atlético de Madrid, Celta de Vigo

El Sevilla rentabilizó el 1-2 de la ida y, después de perder 0-1 en su campo, consiguió el pase a cuartos de final, eliminando al todopoderoso Barcelona. El equipo de Guardiola tuvo sus oportunidades en un partido de poder a poder, pero la excelente actuación de Palop impidió una victoria más holgada de los barcelonistas. Un golazo de Xavi fue el único tanto del encuentro.

De este modo, el Sevilla se enfrentará al Deportivo por un puesto en las semifinales. El equipo de Lotina remontó un 0-2 inicial, causado por los tantos de Zigic, en una segunda parte portentosa. Luis Filipe y Juan Rodríguez igualaron el choque. El 1-2 de la ida le sirvió al cuadro coruñés para continuar en la competición. El Getafe de Michel, que atraviesa un gran momento de forma, derrotó por 5-1 al Málaga en su estadio y espera en cuartos al ganador de la eliminatoria Mallorca-Rayo.

Asimismo, Osasuna-Racing será otro de los enfrentamientos en cuartos de final. Los de Camacho se colaron en la nueva ronda después de superar por 1-0 al Hércules y los de Miguel Ángel Portugal no pasaron del empate a cero en casa contra el Alcorcón, pero el 2-3 de la ida hizo el resto. Pese a todo, la actuación de un Segunda B como el Alcorcón en la Copa ha sido espectacular.

Por último, el Atlético de Madrid busca esta noche una heroicidad frente al Recreativo de Huelva en el Vicente Calderón. La derrota por 3-0 en el Colombino le obliga a vencer por cuatro goles de diferencia. Quien pase de los dos se enfrentará al Celta de Vigo, una de las sorpresas de la competición. Los gallegos se cargaron el pasado martes al Villarreal al vencer por 0-1 en campo contrario, después del 1-1 final de Balaídos. Un penalti más que dudoso y transformado por Trashorras en el último minuto propició el pase celeste. 

Publicado el 14 de enero de 2010 a las 08:30.

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El eterno suplente

El eterno suplente

El míster te mira. ¿Vas a salir?, dice. Desde el banquillo, uno también juega su particular partido. Hablas, organizas, gritas, sufres, encestas, tiras a portería, sueltas un revés o cambias de marcha al llegar a la curva más peligrosa del circuito. No eres el protagonista ante las cámaras, pero te sientes vivo porque eres un loco del deporte. El deporte mueve masas y es un gran espejo para el ser humano que busca emociones fuertes y no entiende de límites.

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