Ver para creer
No gano para sorpresas y asombros. Mi estado de ánimo sufre las mismas alteraciones que cuando gobernaba Zapatero. Sigo sin entender qué le pasa a nuestra clase política. Hace unos años nos bajaron de los altares económicos a Rodrigo Rato para que se hiciera cargo de una de las entidades financieras más importantes de España. Él, que fue vicepresidente con Aznar y presidente del Fondo Monetario Internacional, se volvía a Madrid para abanderar la reforma bancaria que necesitaba España. ¡Qué alegría, qué alboroto! Pues otro al que ‘la crisis’ se ha llevado por medio y que ha tenido que hacer las maletas a toda prisa antes de que Bankia arrastre a los infiernos al resto de entidades bancarias nacionales. ¡Quién le ha visto y quién le ve!
No vayan a creer que ha sido solo Rato el que me ha dejado pasmado. La alcaldesa de Zamora también tiene miga. Media vida tachando al PSOE de sectario y ahora va ella y predica con el ejemplo. Resulta que va a cobrar el IBI a los edificios religiosos, mira tú que bien. ¿Y por qué no se lo cobra también a los edificios administrativos? Y lo que es mejor ¿por qué no lo cobran todos los ayuntamientos de España a todos los edificios, sean religiosos, administrativos, judiciales o embajadas?
El bando socialista también ha tenido lo suyo. Estos se han tomado la globalización, las civilizaciones y la Unión Europea como Dios les ha dado a entender. El pasado domingo, a cuenta de las elecciones en Francia, más bien parecía que fueran Rubalcaba y Elena Valenciano los embajadores del socialismo francés en España. Eso sí, porque ganaban, porque de Grecia no han dicho ni pío. En fin, ver para creer.
Publicado el 15 de mayo de 2012 a las 11:00.