De grandes cenas están las sepulturas llenas
Este año las ‘cenas de empresa’ se han sustituido por ‘cenas de compañeros’. La Crisis manda, pero, aún así, nos resistimos a no celebrar con nuestros compañeros que se acaba este horroroso año de una vez. Los restaurantes y hoteles han ajustado el precio de sus cartas al bolsillo de los trabajadores, lo cual está muy bien aunque no deja de ser vergonzoso. ¿Que por qué? Porque no me parece de recibo que si quien paga es la empresa el cubierto cueste X y si quien paga es el trabajador cueste X menos Y. Es lo mismo que subir el precio de los hoteles cada vez que llega algún acontecimiento importante a la ciudad, como pasa con los ‘Pingüinos’ y por lo que cada vez se quejan más los moteros. Llegará un día en el que todo esto pase factura y entonces nuestra hostelería se eche las manos a la cabeza y demande a la administración nuevas ofertas turísticas para atraer a la gente que muchos de ellos habrán echado.
Ahora bien, no todo el mundo cena. Los políticos de primera línea de la Junta de Castilla y León han decidido ayunar y ahorrar y esa debió ser la razón por la que ninguno estuvo presente en la conocida subasta de capones de Cascajares en Madrid. Está visto que este año los sepultureros van a tener poco trabajo a cuenta de cenas opíparas.
Se impone la mesura y la apretura de cinturón ante el año que está por llegar. Nuestros representantes ya se están poniendo la venda ante las heridas que les esperan. Claro que, bien pensado, también habrá muchos empresarios que se ahorrarán el aguinaldo a los políticos.
Publicado el 22 de diciembre de 2011 a las 17:15.