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Gente en Castilla y León

Mentiras y engaños

Entre dos aguas

En esta tierra cazurra hacemos como nadie eso de enfrentar a unos y a otros para obtener un beneficio, tirando la piedra y escondiendo la mano por si la pedrada no da los frutos esperados y como un boomerang vuelve ‘pa' darnos la ostia. Somos especialistas en dejarnos engañar "por el bien común (o el interés privado)" para que otros obtengan aguas abajo los beneficios a cambio de ahogarnos en nuestra miseria.

Archivado en: Nicolás Pérez Hidalgo, Carrizo de la Ribera, balsas, pantanos, Confederación Hidrográfica del Duero

Nicolás Pérez Hidalgo
30/10/2015 - 01:10

Lo último es el trágala que la Confederación Hidrográfica del Duero quiere dar a comulgar a los habitantes de los alrededores de Carrizo con la construcción de dos pantanos (que no balsas, como torticeramente vienen largando desde hace meses), uno de ellos más grande que el de Villameca y el otro ligeramente inferior.
Como quiera que de pantanos estamos cansados y resabiados en esta provincia, los listos e interesados de villabajo llevan años tratando de vendernos la burra vieja del déficit hídrico en épocas de estiaje, de la regulación de las avenidas, de la mejora de los sistemas de riego... Años intentando mafiosamente la compraventa de dirigentes de las comunidades de regantes, de políticos analfabetos, de los sindicatos agrarios y de colectivos varios para que se pongan (fotos de familia incluidas) del lado del pantanazo.
Con conocimiento de causa llevo tiempo comprobando como unos y otros (salvo los ‘listos') desconocen en qué consiste el proyecto y qué alternativas existen al margen de la aberración de construir "las balsas". Pocos conocen porque se quieren construir y menos conocen con detalle el gasto desorbitado en millones de euros (que siempre gana alguien, ¡estamos buenos!) que supone construirlos primero y llenarlos después ya que en ninguno de esos valles hay agua que embalsar de forma natural.
Tras comprobar como otras patrañadas como San Glorio (un pelotazo urbanístico encubierto) o la Sama-Velilla (un pelotazo energético), en lo que lo de menos era el esquí y la evacuación de una energía que no existía, van quedando en eso... en historias que alguien se inventó para trincar dinero público, esperaremos que ésta vaya madurando. Y sobre todo que quién proteste tenga suficiente cabeza para argumentar con criterio científico-técnico que existen otras muchas alternativas, ya bien entrado el siglo XXI, para poder regar el terruño, sin joder ni robar a nadie.

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