El Alcalde de Colmenar Viejo recibe a los 20 niños saharauis que pasarán este verano con familias colmenareñas
El Alcalde de Colmenar Viejo, Miguel Ángel Santamaría, y la Concejala de Familia y Servicios Sociales, Carolina Calvo, han ofrecido esta mañana en el Salón de Plenos de la Casa Consistorial una Recepción a los 20 niños saharauis que este año pasarán el verano acogidos por familias colmenareñas.
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25/6/2014 - 16:58
"Como cada año, para nosotros es una alegría dar la bienvenida a estos niños que durante dos meses compartirán su vida con nosotros gracias a la generosidad de las familias colmenareñas que les acogen, les cuidan y les tratan como a sus propios hijos", ha destacado el Regidor colmenareño.
Con este acto, en el que también han estado presentes algunas de las familias de acogida así como diversos miembros de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Colmenar Viejo y en el que los menores han recibido un obsequio en nombre de todos los vecinos, el Ayuntamiento quiere, simbólicamente, abrir los brazos de la localidad a estos niños provenientes de los campamentos de refugiados de Tinduf que, como desde hace más de una década, convivirán con familias de acogida, dentro del proyecto ‘Vacaciones en Paz', promovido por la Asociación.
Este año son 20 los niños saharauis, de entre 8 y 12 años, los que pasarán el verano con familias colmenareñas, unos pequeños que llegaron el lunes 23 de junio y que volverán a los campamentos de refugiados el próximo 23 de agosto.
El 29 de junio todos ellos y sus familias de acogida participarán en una Fiesta de Bienvenida en el Parque El Vivero, en la que no faltará una haima, música, degustación de té y juegos infantiles. Además, a lo largo del verano, los menores compartirán con niños de la localidad los campamentos municipales (urbanos, de montaña y multiaventura), visitarán el Parque de Atracciones de Madrid, Aquopolis y Faunia, harán excursiones y viajarán a la playa.
El proyecto "Vacaciones en paz" comenzó a desarrollarse en 1996, cuando la entonces Asociación de Ayuda al Pueblo Saharaui realizó las primeras gestiones para facilitar la estancia de un grupo de niños saharauis en el municipio.
La población saharaui vive en campamentos de refugiados, en la zona más árida del desierto argelino y subsiste gracias a la ayuda internacional. Las condiciones de vida en los campamentos son duras a lo largo del año, pero se extreman en lo meses de verano, cuando la temperatura alcanza con facilidad los 50º centígrados.
Los niños que llegan a Colmenar Viejo tienen, al menos, una oportunidad anual para que se les realice una revisión médica general, que incluye visitas al oftalmólogo y al dentista así como a cualesquiera otros facultativos que necesitaran.
Pero, además, los dos meses que pasan en el municipio representan para los menores una época en la que reciben una alimentación variada, recuperan peso e incluso aprovechan para dar un estirón, lo que les permite pasar el resto del año en mejores condiciones físicas. Según la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Colmenar Viejo, estos niños proceden de familias estructuradas y forman parte de un fuerte tejido familiar, lo que hace que cuando termina su estancia en España, pese a las duras condiciones de vida que les espera, están deseando volver con los suyos.
La acogida de estos niños es una de la actividades contempladas en el Protocolo de Hermanamiento que firmaron en 2007 la localidad con La Daira 27 de Febrero, una población de cerca de 10.000 habitantes ubicada en el Campamento de refugiados de Tinduf, al suroeste de Argelia. Originariamente, en este enclave sólo existía la Escuela Nacional de Mujeres y el Hospital en el cual invierte la mayor parte de su ayuda la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Colmenar Viejo. La progresiva afluencia de población saharaui a ambas instalaciones fue convirtiendo a ese enclave en la Daira 27 de Febrero, un núcleo poblacional similar a un municipio que toma su nombre del día en la que fue fundada la República Árabe Saharaui Democrática.
La firma del Protocolo de Hermanamiento supone para las dos localidades hermanadas el inicio y mantenimiento de una colaboración para el fortalecimiento basado en la amistad, la cooperación y la solidaridad de ambas poblaciones.
La mutua colaboración se plasma en acciones dirigidas a impulsar las relaciones sociales, culturales, económicas, deportivas y de intercambio de menores y familias. Además, dentro de sus respectivas competencias, ambas localidades facilitan informaciones, ayudas y todo tipo de relaciones laborales y sociales.
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