Juan de Vicente: "La educación pública debe dar respuesta a todos los alumnos"
El profesor del IES Miguel Catalán de Coslada ha resultado ganador del Certamen D+I al docente más innovador de España por su contribución a la innovación educativa por su capacidad de actuar fuera del aula
Juan de Vicente, durante la entrevista / CHEMA MARTÍNEZ/GENTE
"Nos echamos las manos a la cabeza cuando hay un suicidio por acoso"
gentedigital.es / Daniel Nebreda
15/7/2016 - 08:37
Juan de Vicente Abad no es el típico profesor que está en el aula y que es muy innovador sólo con sus alumnos. Este orientador y profesor de Educación para la Ciudadanía y Psicología en el IES Miguel Catalán de Coslada ha diseñado e impulsado un modelo educativo basado en proyectos interdepartamentales, en los que el papel protagonista lo tienen los estudiantes. "Trabajo con equipos", explica a este periódico. Gracias a su sistema, que él denomina de "aprendizaje y servicio", ha resultado ganador del Certamen D+I al Docente más Innovador de España por su contribución a la innovación educativa por su capacidad para actuar no sólo en el espacio de la clase, sino también en el entorno, fomentando la implicación en el proceso educativo de las familias y las instituciones del ambiente más cercano.
Con él, y con la intervención de todo el profesorado de este instituto cosladeño, los chavales ponen en práctica los conocimientos que aprenden en distintas asignaturas con la prestación de un servicio en la comunidad que corresponde a unas necesidades sociales. De esta manera, De Vicente ha logrado que el alumnado se haya involucrado en el curso escolar que ya ha finalizado en más de una veintena de iniciativas. De ellas, destaca el maratón de sangre del pasado mes de abril. En esta actividad, los alumnos lograron elevar las donaciones en un 56%. En este caso concreto, en Biología se estudiaron los diferentes tipos de sangre; en Inglés, todo el vocabulario relacionado; y en Cultura Clásica, todos sus mitos. Otra actuación fue la campaña de adopción de animales, donde todos los viernes acudían a la perrera para visitar a los canes y ayudar en su sociabilización. Asimismo, De Vicente también recalca un proyecto sobre la memoria histórica a través de un recetario de cocina de la guerra y la posguerra facilitado por los mayores del municipio.
"Están muy acostumbrados a participar en este centro", resume el orientador ante la pregunta de cómo se consigue involucrar a todo el alumnado en estos proyectos. Tal es el grado de implicación que cuando los padres con hijos en sexto de primaria acuden a este instituto público antes de matricularles, son los propios alumnos quienes dan una charla y cuentan su experiencia entre estas aulas.
MOTIVACIÓN
El IES Miguel Catalán está por encima de la media en resultados académicos de la Comunidad de Madrid. El 88,33% de los alumnos matriculados en la ESO finalizan esta etapa, mientras que en el resto de la región la tasa se sitúa en 82,22%, según los últimos datos publicados por la Consejería de Educación. En Bachillerato, la cifra es de, 78,57% frente al 66,34. Para De Vicente, conseguir un buen aprendizaje pasa por tener unas buenas condiciones en el aula y en el centro, donde los chicos se sientan agusto. Aunque no es suficiente, explica que el bienestar emocional es imprescindible. Así, cuando los chicos participan en proyectos de aprendizaje y servicio "mejoran su motivación y su interés por las materias", subraya.
En los casos de los alumnos que no se logran integrar, hay mecanismos para compensar sus desigualdades, generadas bien porque no tengan las mismas capacidades que otros compañeros o bien porque no cuenten con un entorno protector donde la familia no se interesa por los estudios. "Para salir adelante, el alumno se tiene que sentir acompañado", explica De Vicente. "Los profesores nos implicamos en su educación, pero no le ayudamos bajando el nivel, sino que se buscan muchos caminos específicos para él. La educación pública debe de darles una respuesta, sino, se quedarían fuera", agrega.
ACOSO ESCOLAR
Juan de Vicente, autor del libro ‘7 ideas clave. Escuelas sostenibles en convivencia', convierte los conflictos de la vida diaria en una ocasión para aprender. De esta manera, su innovador sistema también trabaja en la prevención del acoso escolar. Durante 2015, la Asociación Madrileña contra el Acoso Escolar tramitó 71 casos, cuatro veces más que en 2014, cuando atendieron a diecisiete jóvenes. "La mejor solución pasa por trabajar con los espectadores", asegura. Cuenta que para entender estas persecuciones hay que mirar a los hostigadores, a las víctimas y a los espectadores pasivos, que son quienes alimentan esas agresiones. "Si les conviertes en espectadores activos, el acoso no prosperará", afirma. El docente explica que siempre van a existir relaciones asimétricas, con dominadores y sometidos, pero la clave está en tener mecanismos de intervención rápida donde no se llegue a dar una situación de acoso. "Con este sistema, -continúa De Vicente- los chicos participan, observan, detectan e intervienen para que esas situaciones no progresen".
En este modelo, el agresor tiene una oportunidad para tomar conciencia de las consecuencias de sus actos, para aprender cómo ha afectado a los demás y va a tener ocasión de cambiar. "No creemos en la justicia restaurativa, ya que no se producen cambios reales cuando eres apartado del sistema", reflexiona. Antes de llegar a este extremo, en el centro cosladeño existen mecanismos para que los agresores empaticen con las víctimas. "No funciona al 100%", contesta sincero y matiza que no siempre estas conductas provienen de un problema intelectual, sino de no tener un repertorio alternativo de actuación.
En cuanto a los casos de acoso a través de las redes sociales, el docente asegura que el móvil "no es necesariamente malo". En las redes hay más probabilidades de generar conflictos, ya que pueden matizar los mensajes y de la mala interpretación surgen muchos problemas. "Tiene sus riesgos y sus oportunidades", agrega De Vicente, quien dice que no se les puede dejar fuera a los chicos, "aunque también puede funcionar bien, como cuando comentan los deberes o se organizan para hacer los trabajos grupales".
Este sistema requiere tiempo. Por este motivo, pide a las instituciones que se impliquen en la educación y que les den estabilidad normativa y más recursos, además de una apuesta decidida por lo socioemocional, al igual que se hizo con el bilingüismo, ya que "el reto es grande y la importancia, decisiva". "Nos echamos las manos a la cabeza cuando hay un suicidio por acoso, pero no metemos esta materia en el currículo académico", enfatiza.
El profesor tiene claro que es su deber sacar a todos los chicos adelante porque en su ADN profesional está la inclusión. "Es muy motivador cuando conseguimos que los alumnos aprendan haciendo", dice De Vicente sobre su programa de aprendizaje y servicio. "Además, ellos mismos ven el resultado final, por lo que mucha más gente se incorpora al sistema".
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