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La empatía, una tirita para sanar cualquier herida

La obra ‘Mapa de heridas' aborda el difícil asunto de la violencia sexual, borrando los límites entre verdugo y víctima. Permanecerá en el cartel de la Sala La Cuarta Pared hasta el domingo 28 de febrero.

Foto: Antonio Colomo

"Una de las funciones más saludables del teatro es sacudir prejuicios”

F. Q. Soriano
18/2/2021 - 18:20

Aunque parezca difícil creerlo, hace justo un año España hablaba de otras cosas que no tenían nada que ver con una pandemia. El famoso ‘solo sí es sí' se encontraba, a comienzos de marzo del 2020, a punto de convertirse en ley, contexto que propició que saliera a la luz un dato tan contundente como preocupante: cada mes se registraban en nuestro país más de mil denuncias por agresiones y abusos sexuales.

Detrás de esos fríos datos hay miles de historias, como la que aborda ‘Mapa de heridas', una obra de teatro que se exhibe hasta el 28 de febrero en la Sala La Cuarta Pared (calle Ercilla, 17): "La obra está pensada como un ritual escénico para unir fragmentos que están naturalmente separados en nuestra sociedad, como son, por ejemplo, el bando de víctimas y el de verdugos en temas candentes y actuales de violencia", justifica el autor del texto, Sergio Martínez Vila.

TRAMA CON ARISTAS
Para ponernos en situación, Ana, el personaje protagonista de la obra, se cita con cuatro hombres que no saben que ella es la hija de la mujer a la que violaron treinta años atrás. A partir de este planteamiento, Martínez Vila invita al público "a que pueda experimentar otros puntos de vista diferentes sobre esta problemática, precisamente porque entiendo que cada uno puede tener sus prejuicios, es algo natural, y creo que una de las funciones más saludables que puede tener el teatro es sacudir esas ideas preconcebidas".

Y hablando de prejuicios, que nadie crea que el asunto es tratado con banalidad o ligereza. "No es una libre elección, el tema me escogió más a mí que yo a él, es algo sobre lo que he estado escribiendo mucho tiempo y que me afecta personalmente. Tengo que ponerme al servicio, desde el arte, para tratar de arrojar luz u otras posibilidades de comprensión sobre algo que es tan problemático y que no va a desaparecer de ahí por el hecho de no mirarlo, es mejor mirarlo y reflexionar sobre ello entre todos", expone este dramaturgo, quien aspira a que en estas situaciones "se evite el odio". "Las cosas no suelen venir de la nada, nuestra intención es tratar de comprenderlo, no es para nada justificar realidades violentas ni minimizarlas, es precisamente por eso que pretendemos comprender cómo hemos llegado a esta situación. Cuando no te pones en una situación de polaridad y oposición, sino que tratas de ponerte en el lugar del otro, quizás ahí hay una posible salida a un conflicto enquistado", valora.

Para ese proceso, se antoja indispensable hacer uso de la empatía, una herramienta que, a juicio de Sergio Martínez Vila, "está en desuso porque ha pasado a ser una cosa muy ingenua". Ese razonamiento se basa en que, para él, "nuestro contexto actual, en lo político y en lo social, aborrece bastante este tipo de miradas", una carencia a la que trata de hacer frente con un enfoque teatral "muy vinculado con lo litúrgico, con lo espiritual", amparado en la creencia de "la capacidad movilizadora y transformadora que tienen tanto el amor como la empatía". "Si no lo creyera, no podría hacer esto", finaliza.

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Un reto mayúsculo para dos actores:

Para llevar al escenario ‘Mapa de heridas', se ha escogido a los actores Cristina de Anta y Óscar Oliver, a quienes, en palabras de Sergio Martínez, el texto les "sobrecogió". A Oliver "le interesó el hecho de trabajar en escena con cinco identidades a la vez". Tanto él como su compañera de reparto hacen un trabajo "excepcional".

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