La artista venezolana regresa con nuevo álbum, ‘Ilesa', cuyo segundo single está dedicado a la capital. Lo componen 16 canciones que repasan su vida y obra.
Archivado en: entrevistas, música, cultura, Edith Salazar
F. Q. Soriano
08/10/2021 - 00:07
Cantante, compositora, productora, ‘vocal coach'... Se antoja complicado encontrar en el panorama musical actual a alguien más polifacético que Edith Salazar. La artista venezolana vuelve al primer plano con el lanzamiento de un nuevo álbum, ‘Ilesa', que define como "uno de los mejores regalos" que se podría hacer a sí misma.
Recientemente se lanzaba 'Ilesa, tu nuevo disco. ¿Qué valoración haces de todo el proceso?
Estoy muy contenta, sobre todo porque me ha llevado cuatro años hacerlo, ha sido un parto muy difícil, interrumpido, ya que cuando parecía que lo iba a terminar nos confinaron. Finalmente vio la luz, sacamos el videoclip. Es un álbum muy especial para mí, son 16 canciones que yo tenía en el tintero sin salir a la luz, que repasan mi vida, mi carrera y que estaban locas por salir, ser grabadas y editadas y finalmente lo he conseguido. Este disco es para mí, es un regalo que me he hecho, y si ya le gusta a los demás será una bendición.
Como comentas, esos temas los has compuesto a lo largo de tu vida. ¿Hay alguno que te provoque una nostalgia especial?
Hay canciones compuestas en Venezuela, imagínate, llevo 37 años viviendo en España. De ese tiempo puedo hablar de 'Catalina', una canción a la que le tengo un amor increíble y que siempre había querido grabar, pero que por unas razones u otras nunca pude hacerlo. Esta canción parte de que todos los días pasaba por una avenida donde había una prostituta, una mujer guapísima que me llamaba mucho la atención. Una día me acerqué a ella y le pedí que me contara su historia para hacer una canción. Ese tema tiene un componente existencial y social de la historia real de una mujer. Hay otra, 'Lanza botellas', que creo que es el del año 1992, que le compuse a un hombre que iba todas las noches a un bar en el que yo tocaba todas las noches y al que íbamos con artistas como Miguel Bosé. El protagonista de la canción parecía indigente. Una noche me puse a hablar con él y me encontré un hombre muy interesante, inteligente y culto, que tenía una gran educación. Indagando sobre su vida, empezó a contarme su historia y me marcó tanto que tuve que hacer una canción: perdió a una hija y se culpabilizó tanto que se quedó en la calle. Iba mucho a ese bar porque era un gran melómano. Algunas de mis canciones son autobiográficas, no todas, hay otras existencialistas, una a Madrid, que será el segundo single, un tema muy nostálgico, porque el que se enamora de esta ciudad, cuando está fuera de ella, la echa mucho de menos. Madrid es un gran ciudad, es un lugar que acoge, una ciudad que da pertenencia, que es muy generosa, es maravillosa. Por eso hice esa canción.
"Me ha llevado cuatro años hacer este disco, ha sido un parto difícil" |
A pesar de que naciste en Venezuela, hablas maravillas de Madrid.
Madrid es mi hogar, y es un hogar porque yo lo decidí. Es una ciudad que me ha dado tanto, y me lo sigue dando, tan bella, tan luminosa y generosa... Cómo no hacerle una canción. Era una época en la que no estaba aquí y deseaba volver cuanto antes. Probé a vivir en Londres, pero me di cuenta que no podía vivir con tanta oscuridad. Volví a Madrid y había un sol espléndido que me dio la razón. Adoro Madrid, es una gran metrópolis y tiene muchas cosas positivas. Soy muy defensora de esta ciudad y lo seré siempre.
Tu abanico profesional es tremendo: cantante, pianista, productora, 'vocal coach'... ¿en cuál de todas esas facetas te sientes más realizada?
Quizás donde me siento libre es a la hora de componer. Me gusta mucho porque es un acto en soledad, que tiene mucho que ver con la improvisación, es un momento en el que buscas, en el que tratas de inspirarte, por eso me chifla. Pero hay algo que me gusta mucho más: el estudio de grabación. Es un sinfín de posibilidades, producir no solo lo mío, sino también lo de los demás. Estar en el escenario también me gusta, por supuesto, pero tiene esa parte de nervios que no existe en las otras dos áreas. Sobre las clases siempre digo que las voy a dejar porque estoy a mil cosas, pero me actualizan, me hacen crecer y me encanta descubrir el talento, sobre todo en gente trabajadora. Esta es una profesión de mucho trabajo, de tener claro que un día estás y al otro no. Puede sonar a tópico, pero es una profesión muy bella y dura a la vez, tienes que amarla para seguir en esto. Sacar un disco con 16 canciones mías, compuestas, interpretadas y producidas por mí, es uno de los mayores regalos que puedo tener en este momento de mi vida, a nivel existencial. Doy gracias al universo por haberme dado energía para sacarlo adelante, porque el año pasado fue muy duro y hay mucho coletazo todavía, hay artistas que lo están pasando muy mal.
Tras tantos años de trayectoria, ¿de qué experiencia puede Edith Salazar que ha salido ilesa?
De muchas. Esta vida nómada de artista me ha puesto en muchas situaciones, he tenido problemas graves de salud, en el 2013 estuve a punto de morir y me salvé. El año pasado fue duro, perdí amigos y gente que eran referentes para mí, pero aquí estoy. Echando la vista atrás, me doy cuenta de que, mientras estemos vivos, hay que seguir adelante. Estoy ilesa de muchas cosas, también emocionales, todos los seres humanos tenemos algún trauma de la niñez o la adolescencia, somos un cúmulo de emociones andantes. El arte es muy enriquecedor y apasionante, pero a veces muy frustrante, hay mucha inestabilidad en la vida del artista, no tienes un cheque al final de cada mes. Como soy muy práctica, cuando me siento de bajón hago terapia, soy una forofa, he hecho de mucho tipo: psicología, psiquiatría, psicoanálisis, constelaciones familiares... Todo lo que vea que me puede dar herramientas para llevar la vida, para estar preparado para todo eso que no es tan bonito, no hay ninguna rosa sin espinas.
"En una ocasión probé a vivir en Londres, pero necesitaba la luz de Madrid" |
Pudimos conocerte en tu faceta como 'coach' en 'OT', allá por 2005. En estos 16 años, desde tu perspectiva, ¿cómo ha cambiado la industria de la música?
Ha cambiado radicalmente. Cuando llegó Internet, en un principio, las compañías no supieron ver el gigante que tenían enfrente. La industria ha cambiado tanto que ya no se venden discos, pero yo soy muy partidaria de ello, para mí, un disco es la carta de presentación de un artista. Hay una cuestión interesante en el mundo digital que es la inmediatez, hoy cuelgas una canción y la puede escuchar una persona, independientemente de dónde esté. Al mismo tiempo está el asunto de que Internet ha convertido en artistas a mucha gente que no lo son. Tienes que trabajar el doble para poder destacar. Además, estamos en la era de la imagen, todo se hace en base a impactos auditivos y visuales. La gente se compra un tema, no un disco físico. La industria, sobre todo las multinacionales, ha empezado a abarcar otros campos, como el management, en el que antes no entraban, o la publicidad, se han buscado la vida, fichan a muy poca gente y a la que fichan, le ponen muy poco dinero. Cuando tocaba con Miguel Bosé, que trabajábamos con Warner, era una época opulenta, había muchísimos conciertos; ahora, el artista que tiene un verano con 30 actuaciones, se da con un canto en los dientes, cuando antes hacíamos 95 conciertos. Los artistas tenemos que irnos reciclando. Este disco es una autoproducción, todos mis ahorros han ido a parar a este álbum, trabajo para pagar mi propio lanzamiento. La industria apuesta por los jóvenes, por quienes tienen muchos seguidores, las redes sociales han sido la gran revolución, es agotador porque tienes que estar mucho tiempo subiendo contenido. Los jóvenes lo manejan con mucha facilidad porque se han criado con ello. A mí me parece un regalo de la vida haber podido ver la era anterior y la actual.
"La industria ha cambiado, la gente ya no compra discos sino canciones" |
Para alguien con tanta formación y experiencia, ¿qué artista es el que te ha impactado más sobre un escenario?
Muchos, no he sido muy fan de nadie, pero hay un artista al que he escuchado mucho y al que no podía dejar de ir a ver: Michael Jackson. Vi un concierto suyo en Madrid y otro de Prince en Estados Unidos que quizás son los dos que más me han impactado por ver la grandeza de la artista, el compromiso, la seriedad, ver que todo estaba perfectamente calculado, esa perfección sobre el escenario. Me gusta toda la música que me entre por la oreja y el corazón, no hago ascos a nada. Ahora hay una generación de gente con un talento increíble, que son capaces de tocar varios instrumentos, como Jacob Collier.
Y hablando de escenarios, ¿vamos a poder verte en algún concierto próximamente?
Claro que sí. Tengo ahora mismo un compromiso, que me apetece mucho hacer, en los Teatros del Canal, los días 9 y 10 de noviembre haciendo algo totalmente diferente: he compuesto la BSO de la película 'Metrópolis', de Fritz Lang, una joya del expresionismo alemán de 1927. Voy a estar tocando en directo esa banda sonora mientras se proyecta la película. Tras este compromiso comenzaré a preparar a fondo el directo de mi disco.
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