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Sofía Ellar: "El arte y la música son libres y válidos en cualquiera de sus formas"

La artista, de origen londinense, tiene nuevo disco, ‘Libre', que se publicará el 2 de septiembre. Mientras, se prepara para un verano lleno de conciertos.

Archivado en: entrevistas, cultura, música, Sofía Ellar

Francisco Quirós Soriano
03/6/2022 - 00:21

Con apenas 28 años, Sofía Ellar tiene todo preparado para el lanzamiento de su tercer álbum de estudio. El 2 de septiembre llegará ‘Libre', un disco que, en sus propias palabras, supone un punto de inflexión en su carrera. Por el momento tiene dos adelantos: ‘Y 23' y ‘Canción de radio'.

'Y 23' es la carta de presentación de 'Libre'. Parece una canción muy acorde para un verano que ya está a la vuelta de la esquina.
Es mi estación favorita, cuando me visto de color y cuando me gusta girar y hacer conciertos, es la etapa del año en la que más feliz me siento. Creo que todos necesitamos ahora un poco de música, un chute de energía positiva, que ya llevamos mucho tiempo de penas y covid.

¿Qué nos vamos a encontrar en el disco, va muy en la línea del primer single?
'Libre' es mi tercer disco autoproducido. Tengo muchas ganas de sacarlo, aunque ahora parece que la gente pasa del concepto de disco, se consume la música más de canciones. Como soy cantautora considero que cada disco cuenta una etapa de un artista y mola acompañarle en ese crecimiento. Es mi tercer bebé musical, tiene diez canciones. Creo que sigo siendo muy yo, pero tiene un sonido estridente más popero y donde va a haber más ritmo.

¿Hay una parte de vivencia personal en esta canción?
Lo primero que la gente me ha preguntado es qué pasa con esta cifra y por qué pongo títulos tan raros a las canciones. Yo les contesto que ya me compraron así (entre risas). El 23 es un número que ha sido muy especial para mí desde que apareció en mi vida hace un año. En el videoclip se cuenta una historia entre un chico y una chica, una especie de amor de verano, pero por cosas de la vida al final su relación no cuaja. A pesar de ello son personas vitamina, ese tipo de personas que aparecen en tu vida para ponerla, no sé si del revés o del derecho, pero siempre para cambiarlo de un modo positivo.

¿De qué se siente libre ahora mismo Sofía Ellar?
Libre siempre me he sentido porque, en el fondo, realmente siempre he repetido el mensaje de la libertad como concepto de vida. En mi primer disco, 'Seis peniques', hay una alusión al coste de la felicidad. El segundo, 'Nota en do', es por la primera nota de la escala. Y ahora es 'Libre'. Ese concepto siempre ha estado en mis canciones, como 'Amor de anticuario', quizás con la canción con la que despegué y la gente empezó a conocerme, donde digo que soy "esa niña cansada de oficinas que se busca la vida cantando esta canción". También el concepto de libre viene de un momento en el que nos hemos sentido tan presos, mundialmente hemos estado apagados, grises, viviendo algo tan surrealista como esta pandemia; ahora nos toca otra vez volar.

Aseguras que este tercer disco es un punto de inflexión en tu carrera.
Considero que sí. Realmente no he parado demasiado, de hecho en el verano de 2020 estuve haciendo cosas, tengo mucha energía y necesito estar haciendo cosas siempre, pero sí que es verdad que en la industria de la música todo ha estado congelado, con aforos reducidos. Ahora es cuando todo vuelve. Nos estamos poniendo un poco de presión por volver a arrancar con fuerza y con ganas, porque además nos toca. Odio hablar del confinamiento, pero es una etapa en la que se escucharon muchas canciones, creo que los músicos hicimos, más que nunca, buena la frase de "por amor al arte", hemos acompañado al público haciendo nuestro trabajo con conciertos gratuitos y hacer más ameno ese periodo. Ahora toca volver y que se vuelva a confiar en nosotros para recibir el amor que nos merecemos.

"Ya descansaré en otra etapa de mi vida, es divertido ser polifacética"

Tradicionalmente hemos concebido al cantautor como alguien que se ciñe a componer y tocar canciones. ¿Consideras que eres una artista que está ayudando a cambiar ese concepto?
Sí. Parece que cuando dices la palabra cantautor va a venir alguien que da pereza con una guitarra cantando un tema en el que habla de penas. No tiene por qué ser así. Las canciones son libres, no entiendo por qué no puedes hacer, si te apetece, un reguetón siendo cantautor y dedicándome a algo tan libre como el arte, si no, me meto en una oficina. Es recurrente la crítica de que un artista se ha vendido por hacer determinadas cosas, y hay que luchar contra ello. La música y el arte son libres y son válidos en cualquiera de sus formas.

La autoproducción te da libertad, pero también te obliga a estar más involucrada en otras facetas. ¿Sientes que tienes que invertir más energía que otros artistas para sacar tus discos?
Cada artista tiene su proyecto y sus engranajes, lo importante es tener un buen equipo. Es cierto que es más difícil cuando vas de independiente por la vida, pero más que nada porque tienes que asumir una serie de roles que se escapan de las manos. Me gusta ser polifacética, es divertido, ayuda el hecho de que soy un torbellino. Amortizo las 24 horas del día, ya descansaré en otra etapa de la vida, tengo energía y vitalidad, así que hasta que el cuerpo aguante hay que aprovechar la cresta de la ola.

¿Cómo se gestiona un periodo de tanta incertidumbre como una pandemia siendo artista independiente?
Me quedé en un momento de duda, no sabía qué hacer y me planteaba, incluso, si salir de gira con mi banda era irresponsable. Lo di muchas vueltas y me di cuenta de que había miedo, nadie quería que surgiera un brote de contagios por un concierto. Siempre tengo presente el mensaje de "confía". Los conciertos de 2020 empezaron con un minuto de silencio, también para que la gente, desde el primer instante, no olvidara de dónde veníamos. Rendíamos homenaje a la gente que se había ido y a un colectivo tan importante como los sanitarios, sin dejar de disfrutar de las canciones, pero desde el respeto, sentado en una silla y con mascarilla. Fue una manera muy buena de concienciar a la gente de que sí, íbamos a tocar, pero esto no era ninguna broma. El público fue muy respetuoso y entendió el mensaje. Al final, confiar me ayudó. Además, ser líder de un proyecto te obliga a pensar en las bocas que se alimentan de él, aunque las cuentas no salieran. En 2020 trabajé gratis, palmando dinero, pero con la responsabilidad de mantener a un equipo que agradeció mucho ese gesto.

"Cuando estás sobre el escenario y sientes esa energía, es casi como una droga"

'Humanidad en paro' fue un ejemplo de solidaridad, tan necesaria en estos tiempos. ¿Te hace sentirte un poco más orgullosa, si cabe, de tu trayectoria artística?
No, orgullosa no es la palabra. Estamos en la vida una vez, estamos de paso, es nuestro deber ser persona. Si tengo la capacidad de escribir una canción como 'Humanidad en paro', que me salió del alma, ese tema debe tener un fin social. La música es medicina para el alma, pero también para ayudar a los demás.

Para una artista como tú parece indispensable la imagen en redes sociales. ¿Tienes 'haters'?
Seguramente sí, pero por norma general tengo un público que me quiere mucho. Creo que mi familia virtual es un piña; mientras haya amor, todo vale. Tenemos una comunidad muy bonita, con una relación casi fraternal. A veces voy por la calle y, cuando alguien me reconoce, me transmite mucha cercanía, eso es puntazo.

Colgaste el cartel de 'No hay billetes' en el WiZink Center. Dentro de poco, el 11 de junio, estarás en el Fan Fan Fest. ¿Qué supone para ti actuar en Madrid?
Tocar en casa siempre supone más nervios y un extra a la responsabilidad habitual de hacerlo bien. Siempre es un reto. Vuelven los festivales, los carteles compartidos con amigos y amigas de la industria, que tenemos ganas de compartir escenarios, de vernos en los camerinos y compartir nuestro arte. Los festivales han estado muy apagados, los hemos echado de menos, no hay nada peor que un artista frustrado en su casa. Es momento de volver a llenar los escenarios de color, que la gente baile y disfrute de la música en directo, que es lo que nos llena el corazón y la razón por la que nos dedicamos a este mundo tan bonito y, a la vez, tan sacrificado. Cuando estás sobre el escenario y sientes esa energía es casi como una droga.

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