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Cristina Campos: "El deseo en las mujeres es un tema complejo; en los hombres va por otro lado"

La escritora barcelonesa es finalista del Premio Planeta de la mano de ‘Historias de mujeres casadas', novela en la que habla de los matrimonios contemporáneos.

Archivado en: entrevistas, cultura, literatura, Cristina Campos, Premio Planeta

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"El jurado ha valorado la valentía con la que expongo la intimidad femenina"

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Francisco Quirós Soriano
18/11/2022 - 00:05

El listón estaba muy alto tras su primera novela. ‘Pan de limón con semillas de amapola' ha sido traducida a diez idiomas y sigue siendo un éxito de ventas, pero ahora comparte protagonismo con ‘Historias de mujeres casadas', el título que le ha valido a Cristina Campos el reconocimiento de ser finalista del Premio Planeta 2022.

Han pasado unas semanas desde la gala del Premio Planeta. ¿Cómo está asimilando todo lo vivido?
Profundamente feliz, agradecida a Planeta y orgullosa de mí misma.

La anterior novela, 'Pan de limón con semillas de amapola', tuvo una adaptación cinematográfica que fue nominada a los Goya. ¿Qué vivió con más nervios, aquella gala de los Goya o esta del Planeta?
La gente se reirá, pero para aquella gala de los Goya me iba a poner una falda y finalmente decidí ponerme unos pantalones y unos zapatos normales porque sabía que el premio no iba a ser para mí. Sin embargo, sí que sentía e intuía que el finalista del Planeta era para mí.

¿Cuál fue el punto de origen de este 'Historias de mujeres casadas', cuándo empezó a pergeñar esta historia?
Cuando una amiga me dice que le es infiel a su marido, que se está enamorando de su amante, que este la desgarra por dentro y que se plantea separarse. No me lo contaba feliz, le rompía el corazón romper su familia por su amante. A ella le sabía mal hacer daño a sus hijos, romper todo lo que has construido durante muchos años de tu vida porque deseas a un hombre. Al final supone romper una estabilidad por una historia que no sabes si va a funcionar. No está casada con un imbécil, es un tío estupendo, inteligente, sensible, que la quiere. El deseo femenino, con el paso de los años, se desvanece. Hay un capítulo de la novela que a mí me encanta, se llama 'La nobleza del marido', es muy bonito porque hablo con mucha ternura de los hombres, son nobles para con los cuerpos de sus mujeres, pasa el tiempo y siguen deseándolas cada día. Sin embargo nosotras, las mujeres, vamos por otro lado.

La intimidad femenina es unos de los temas centrales de la novela. ¿Cree que habría sido posible publicar este libro 30 años atrás sin que supusiera un gran escándalo?
Bueno, 'Las edades de Lulú' de Almudena Grandes ya se publicó hace muchos años. Creo que el jurado ha premiado la valentía con la que yo expongo la intimidad femenina, cómo me desnudo psiquícamente para el lector. Si lees la novela te das cuenta de que es muy sencilla, pero he sido generosa al escribir, por eso he sido finalista, no porque haga filigranas ni tenga una gran capacidad de sinónimos y adverbios.

La rutina de pareja, las obligaciones laborales, la maternidad... La libido femenina tiene muchos obstáculos en este siglo XXI.
Desde luego, la mujer antes se limitaba a estar en casa, cocinar y hacer el amor con su marido. La novela habla de la complejidad del deseo y el placer de las mujeres, ese es el tema central. El placer masculino va por otro lado.

Años atrás se usaba la palabra adulterio para referirnos a relaciones extramatrimoniales, en cambio ahora se habla de relaciones abiertas y poliamor. ¿Está cambiando realmente en la sociedad la visión sobre las infidelidades?
Por supuesto. Pero nuestra generación, los que pasamos de los 40, venimos de la herencia del linaje, lo que nos han enseñado nuestros padres; en cambio ahora viene otra generación. mi hija tiene 20 años y habla de conceptos como el poliamor, que me parece maravilloso, divertidísimo, aunque creo que yo no estoy preparada para ello, mi marido y yo no nos lo planteamos.

Para que se den ese tipo de relaciones parece básico el consenso, un factor que exigimos en ámbitos como la política y que parece que practicamos poco en pareja...
Tiene cierta lógica esto del poliamor. Cuando tú te casas con alguien y eliges a esa persona no significa que en tu vida no se vayan a cruzar hombres interesantes, eso seguirá sucediendo, tanto para él como para ella.

Las protagonistas son tres, cuatro si contamos a la directora de la publicación en la que trabajan. ¿Cree que reflejan a ese espectro de mujeres de entre 40 y 50 años?
Blancas, europeas, privilegiadas e independientes económicamente de sus maridos, si no, no se entiende la historia. En ciudades como Barcelona o Madrid seguro que hay mujeres que no pueden permitirse el marcharse de casa porque dependen económicamente de sus maridos. Hablo de mujeres que se parecen un poco al entorno en el que yo me muevo.

 

Antes mencionábamos a la directora, Eugenia, la más mayor de las mujeres que aparecen en la novela. ¿Tiene el deseo fecha de caducidad?

Creo que no, no tiene fecha de caducidad. Yo todavía no la tengo, pero reivindico la menopausia, hay que acabar con ese estigma que hay en relación a ella. Pasamos más de 30 años sangrando por la vagina una vez al mes, es un rollo. Conozco a mujeres en esa etapa que se lo pasan de forma estupenda. Claro que siguen deseando, aunque no se puede generalizar.

Dada su relación con el mundo del cine, ¿cree que esta novela podría acabar siendo una serie o una película?
Ya hay productoras interesadas en comprar los derechos, pero ahora estoy disfrutando de todo lo que me pasa, de cada entrevista como si fuera la última porque el éxito es tan efímero, sobre todo en las disciplinas artísticas, tirando a lo alto, esto va a durar un año en mi vida, quién se acuerda del finalista del Planeta pasados unos años... quizás ni siquiera sepan quién es el finalista de este año. Prefiero disfrutar el aquí y el ahora.

Antes hablaba de aquella historia de una amiga suya que dio pie a escribir la novela. ¿Ha podido leerla alguien de su entorno?
Están en ello. Están felices, porque escucho bien pero, sobre todo, soy buena guardando secretos, camuflo nombres de calles, cambio profesiones... Nadie más que nosotras sabe esas historias íntimas.

¿Cuál es el mejor halago a nivel profesional que le ha llegado?
Me sale algo muy simple, como "qué bien me lo he pasado leyéndote". Con 'Pan de limón con semillas de amapola' alucinaba cuando alguien me decía que se la estaba leyendo por segunda vez.

¿Qué llena más, ese reconocimiento o ser finalista del Planeta?
Ser finalista del Planeta es un regalo para la vida, es algo tan bonito, tan mágico, tan inesperado... solo llevo siete años escribiendo, aunque también llevo veinte de fracaso, normalmente no solemos contarlo, el fracaso es camino y el camino me ha hecho llegar hasta aquí.

 

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