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ENTREVISTA / Salvador Tarodo Soria / Nuevo Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de León

“Derecho sirve para casi todo, no hay actividad que no esté regulada”

El edificio del rectorado de la Universidad de León (ULE) acogió el lunes 29 de junio la ceremonia de toma de posesión del profesor Salvador Tarodo Soria como nuevo Decano de la Facultad de Derecho, cargo para el que fue elegido en reunión de la Junta de Facultad celebrada el miércoles 22 de junio. Salvador Tarodo es Licenciado en Derecho y en Filosofía, así como Doctor en Derecho por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), y especialista en Docencia Universitaria por la Universidad de Valladolid. En la ULE es profesor Titular del Departamento de Derecho Público.

Archivado en: Salvador Tarodo Soria, Facultad de Derecho de León, Universidad de León, ULE

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“Tras estos cinco meses, la ULE está vacunada y será capaz de mantener una enseñanza de calidad en cualquiera de los escenarios posibles” - “La Facultad organiza un sinfín de eventos con expertos y no llegan a los ciudadanos.

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José Ramón Bajo
03/7/2020 - 08:00

El pasado 22 de junio salió elegido Decano de la Facultad de Derecho con un claro triunfo sobre María Teresa Mata Sierra con 39 votos a favor por 23 de su rival, más dos votos en blanco, de los 68 votos posibles de la Junta de Facultad. ¿Por qué se presentó para Decano y qué significa para usted este apoyo mayoritario de la Facultad?
Me he presentado, fundamentalmente porque en los últimos 14 años he venido realizando de forma continua tareas de gestión que me han permitido conocer con cierto grado de profundidad cada uno de los diferentes ámbitos de actuación de la Facultad. He pensado que podía aportar ese conocimiento directo de esas realidades para mejorar algunas cosas. La diferencia de votos no ha sido tan holgada como parece, 16 votos no son más que 8 miembros de la Junta que de haber cambiado el sentido del voto hubieran producido un resultado diverso. Lo importante es que producida la votación rememos todos en la misma dirección. No soy yo un experto marinero, pero cualquiera que haya alquilado una piragua o un patinete sabe lo que significa que alguno de los miembros de la embarcación no reme en la misma dirección. La Profesora María Teresa Mata Sierra es, sin lugar a dudas, uno de los mejores activos con los que cuenta la Facultad. La Facultad de Derecho no puede prescindir de ella y estoy seguro que ella, con la generosidad que le caracteriza, seguirá aportando en beneficio de la Facultad.

Usted ha sido vicedecano, pero lleva como Decano en funciones varios meses tras la dimisión de Juan José Fernández Domínguez al presentarse candidato a Rector. ¿Significa esto una línea continuista con la gestión de su antecesor?

En la dirección de una institución no creo que convenga hacer revoluciones, pero hay cosas que se pueden mejorar. Yo estoy muy agradecido al anterior Decano, el Profesor Juan José Fernández Domínguez, porque confió en mí y me ha dado la oportunidad de trabajar con un excelente equipo tanto en lo humano como en lo profesional (solo esto ya merecería la pena por sí mismo). La experiencia de estos últimos años ha sido la que, en buena medida, me ha ayudado a encontrarme en condiciones de asumir la responsabilidad actual. Pero esa misma experiencia también me ha permitido detectar a lo largo del paso del tiempo algunas cosas que creo que pueden ser mejorables.

Tras su elección como Decano de Derecho afirmó que llega al cargo con el propósito de acometer una modernización de las estructuras y establecer una distribución específica de funciones para ayudar a racionalizar la gestión de la Facultad. ¿En qué se concretará esta declaración de intenciones?
Sí, justamente éste es uno de los aspectos en los que creo que tenemos mayor margen de mejora. Las tareas de gestión son cada vez más complejas y venimos acometiéndolas con un diseño de funciones que no ha cambiado en más de tres décadas. La propia terminología habla por sí misma, hoy en día tenemos un Vicedecano primero y un Vicedecano segundo, que no tienen atribuidas unas funciones que les son propias, es un poco como decir: lo que no haga el uno que lo haga el otro. Ganaremos en eficiencia si atribuimos diversas funciones a cada uno, uno debería de ocuparse de ordenación académica y estudiantes; otro de calidad y relaciones institucionales. La mejora en la estructura repercutiría también en una mejor coordinación entre el equipo decanal y los coordinadores que dirigen cada una de las áreas de acción de la Facultad.   

También ha anunciado que quiere mejorar la comunicación con los alumnos y potenciar su representación y participación para que no se quede en un correo electrónico con un pdf adjunto. ¿Qué planes tiene para llevarlo a cabo? ¿Son los alumnos la clave de su programa?
No descubro nada si digo que los estudiantes son el centro de toda actividad educativa. Actualmente, nos comunicamos con ellos por medio de correos electrónicos institucionales masivos, que haga la prueba el lector de preguntar a los jóvenes universitarios de su entorno si abren esos correos. Es más que probable que le cueste encontrar alguno. Por si eso fuera poco el correo, una vez abierto suele contener un pdf de algunas páginas que nadie se entretiene en leer. Hoy en día existen otras formas de comunicación mucho más eficaces. La Universidad ha hecho un esfuerzo por mejorar la comunicación a través de su página web, del excelente equipo de comunicadores con el que cuenta y de las redes sociales. Nosotros tenemos que hacer uso de estas vías y cambiar tanto la vía de comunicación como la forma de comunicarnos, que debe ser mucho más directa.

Quiere también que la Facultad de Derecho se abra a la sociedad. ¿Cómo pretende hacerlo?
La Facultad organiza cada año un sinfín de actividades que traen a nuestra ciudad a los mejores expertos en ámbitos académicos de mucha relevancia. Los ciudadanos permanecen ajenos a estos eventos. No basta con hacer las cosas, hay que comunicarlas. Cuesta mucho esfuerzo organizar un evento académico y si el evento se queda dentro de las paredes de la Facultad, cuando no de un Área de conocimiento, ese esfuerzo se está desperdiciando. Hay que impulsar estas actividades, mejorar la comunicación y potenciar la colaboración con instituciones, empresas y tejido social de la provincia.

¿Qué otros retos se marca como Decano de Derecho…?
Me gustaría, también, incrementar la relevancia internacional de la Facultad. Cualquiera que se dedique a la ciencia sabe que no se construye de forma individual. Hasta el autodidacta Ramón y Cajal, que pasaba muchas horas encerrado en el laboratorio que tenía en su propia casa, buscó en los miembros de la Sociedad Anatómica Alemana el contraste de sus ideas. Es una tarea a medio y largo plazo, pero la mejora en la calidad de la docencia y de la investigación que se desarrolla en la Facultad pasa, sin lugar a dudas, por potenciar las relaciones internacionales. Debemos incrementar la presencia de la Facultad en redes internacionales a las que ya pertenecemos, como la Red Iberoamericana de Facultades y Escuelas de Derecho, involucrarnos en otras nuevas dirigidas a otros espacios geográficos, Europa, Magreb, China, por citar regiones y países con los que la Universidad de León mantiene estrechos lazos institucionales que hay que aprovechar. Pero no solo las relaciones institucionales, la solución para potenciar la internacionalización la tenemos también en casa, forman parte de nuestra plantilla profesores e investigadores que son referentes mundiales en sus materias, la Facultad debe reconocerlos y aprovechar su potencial; y, profesores visitantes y doctorandos venidos de fuera que nos honran eligiendo nuestra institución para realizar estancias de larga duración o cursar estudios de doctorado, con frecuencia, desconocemos su trabajo, no les aprovechamos lo suficiente.

Llega al cargo en un momento difícil por los efectos e incertidumbres generados por la pandemia del coronavirus. ¿Cómo ha llevado estos meses al frente de la Facultad de Derecho y cómo prevé que será el curso que viene? ¿Volverá la normalidad a las aulas universitarias o habrá que alternar la enseñanza presencial y la on line?
Me gustaría poner en valor la respuesta que se ha dado. Nos hemos visto obligados a afrontar unas circunstancias que hace apenas cinco meses hubiéramos calificado de ciencia-ficción y que son de una gravedad que la mayor parte de la sociedad no conocíamos. Todas las instituciones educativas, entre ellas la Universidad, han sido capaces de adaptar sus actividades, metodologías y recursos a la enseñanza a distancia. Esto no es en modo alguno sencillo. Por la parte que me toca, en la Facultad lo hemos conseguido, gracias fundamentalmente a la respuesta de los compañeros que ha sido ejemplar, llena de generosidad, profesionalidad y humanidad. Los estudiantes han demostrado también una muy notable capacidad de adaptación. Nadie se ha preocupado de sus intereses y todos han colaborado de forma incondicional. Desde la Universidad también se ha ayudado mucho, se ha gestionado muy bien la crisis dando una respuesta coordinada. Decretado el estado de alarma, en tan solo unos días, el Vicerrectorado de Ordenación Académica, por poner solo un ejemplo, fue capaz de elaborar una Guía con pautas para adaptar la educación a la modalidad a distancia. Se han incrementado los recursos, atendido de forma coordinada entre Departamentos, Centros y Rectorado, las particularidades de los estudiantes de movilidad y de aquellos otros que tenían dificultades de conexión a la red. Se han ofrecido cursos de formación en educación a distancia. En fin, una tarea para estar orgullosos.
El próximo curso, estamos preparándonos para dar diversas respuestas ante diferentes escenarios. Es incierto, porque a cualquiera se le ocurre que depende de algo que hoy por hoy no conocemos, la evolución de la pandemia. Pero la Universidad creo que después de estos cinco meses está vacunada y será capaz de mantener una enseñanza de calidad en cualquiera de los escenarios posibles.

La Facultad de Derecho de la Universidad de León tiene cerca de 800 alumnos. ¿Es una cifra adecuada o se puede entender que supera con creces la demanda de profesionales del Derecho?
Esos 800 estudiantes no son solo del Grado en Derecho, tenemos también estudiantes de Doctorado y de los dos Másteres que se imparten en la Facultad: el Máster de Abogacía y el de Derecho de la Ciberseguridad y Entorno Digital. El Grado en Derecho, además, distribuye sus estudiantes en cuatro cursos académicos. Cada año finalizan la titulación unos 80 estudiantes, es una cantidad más que asumible para una carrera de Derecho que tiene muchas salidas. Yo diría incluso que alguno de los títulos es poco conocido por la sociedad, y, en consecuencia, poco aprovechado por los estudiantes. León es un polo en la Ciberseguridad europea y la mayor parte de estudiantes que cursan ese posgrado vienen de fuera. La demanda de profesionales de esa titulación es muy superior a los titulados que se especializan en esa materia.

¿Cuáles son las principales salidas laborales para un licenciado en Derecho en León?
Derecho sirve para casi todo, no hay actividad que no esté regulada. Por un lado tendríamos las clásicas salidas a las que se puede acceder haciendo unas oposiciones, que son muchas, muy variadas y de todos los niveles: Judicaturas, fiscalía, letrados del Estado, notariado, hacienda pública, inspección laboral, administración pública, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado…, por otro, el trabajo en el sector privado, que puede ser también muy variado: ejercicio de la abogacía, asesores de empresa, delegado de protección de datos…

¿Tiene la Universidad de León que adaptar más sus estudios y grados a las necesidades laborales que demandan empresas y sociedad?
Sobre esto sostengo una opinión contraria. Aun siendo importante la colaboración con la empresa, la Universidad, y ésta es una opinión particular, no debe dejar de ser una referencia en la construcción del saber. La aplicación de los conocimientos es muy importante, no cabe duda, pero lo es aún más la investigación fundamental que la hace posible. Los grandes avances de la humanidad han venido de la mano de esos marcos teóricos o paradigmas que han ido cambiando y que exigen formación y reflexiones de carácter fundamental. La Universidad, además, no debe formar productores, sino ciudadanos.

Desde su larga experiencia como profesor titular del Departamento de Derecho Público, ¿cómo ve la situación de la Justicia en España? ¿Está demasiado politizada?
A mi juicio tenemos una visión demasiado negativa de “la política”. Política viene del griego “polis”, que significa ciudad, la política, por tanto, sería algo así como “lo que es del ciudadano”. Todos, en la medida en que compartimos un espacio público en la ciudad, somos políticos y, es más que conveniente que lo seamos, pues siéndolo nos formamos nuestras propias opiniones sobre los asuntos públicos que son de interés de todos y compartimos esas opiniones confrontándolas con los demás dialogando, es decir, construyendo a través del lenguaje y de razones opuestas (logos en griego significa palabra, pero también racionalidad), una racionalidad compartida. Los operadores jurídicos no son ajenos a esta realidad, también son seres políticos, tienen sus propias opiniones y desde luego no está nada mal que la tengan. A mí me gusta mucho una lectura de Kant que recomiendo, es un opúsculo muy breve, ¿Qué es la Ilustración? En él Kant diferencia el uso público de la razón del uso privado de la misma. Los servidores públicos en el ejercicio de su función pública deben comportarse como tales, es decir, aplicar la ley dejando de lado su ideología personal (los profesores en clase, hacemos algo así); lo que no quiere decir, que no puedan tener una ideología propia e incluso que puedan manifestarla llegando incluso a formular críticas a la misma, pues dichas críticas pueden contribuir al debate que permita mejorar la ley. Ahora estamos peor que con Kant, porque para mantener la independencia judicial confinamos (aprovecho que está de moda la palabra) a los jueces en su torre de marfil, creándonos la ilusión de que son seres sin ideología.

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