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Apuntes de una alcaldesa

Con Franco

Esta tarde, cuando estaba haciendo la compra, una señora de avanzada edad, se quejaba amargamente a la dependienta, de lo mal que estaban las cosas. Contaba muy apenada, buscando consuelo en la paciencia y la comprensión de aquella joven, que sus dos hijos ya entrados en años, habían perdido el trabajo y no lograban conseguir empleo.

Archivado en: Ana Isabel Ferreras, Franco, paro

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Ana Isabel Ferreras
07/2/2014 - 01:10

Uno de ellos se había dedicado siempre a la construcción y ahora buscaba cualquier cosa fuera de León, porque aquí no había manera humana de encontrar nada. El otro iba alternando el paro, con pequeños contratos por horas de corta duración. Los dos vivían de nuevo en su casa.La mujer no iba sola, estaba acompañada de otra señora de su misma edad, que asentía a todo lo que decía con la cabeza baja y la mirada fija en el suelo. Fueron apenas unos minutos los que estuve en la tienda, pero me impresionó tanto el tono de voz dulce y cansado de esta mujer, que no pude evitar fijar mi vista en ella. No se separaba del mostrador y no cesaba de hablar contando su pena, arrastrando las palabras, lamentándose una y otra vez de su impotencia.
De repente, coincidiendo con mi salida de la tienda, se arrancó con una inusual queja "estamos ahora mucho peor que con Franco" y no pude menos de sonreír. Afortunadamente no viví mucho en la época de la dictadura, lo único que recuerdo es la alegría que supuso el festejo de unas pequeñas vacaciones en pleno mes de noviembre, porque aquél que llamaban "el caudillo" había fallecido, ante las caras de susto y temor de los adultos de aquél momento, que parecían no saber muy bien si debían reír o llorar. No eran ni por asomo, tan libres como nosotros.
Supongo que esa mujer aprendió a vivir en unas condiciones muy diferentes a las nuestras y posiblemente tenga una visión muy sesgada de la realidad anterior. Cada uno es libre de comparar y hacer valoraciones de acuerdo a sus experiencias, pero a mi no me cabe ninguna duda de que esos cuarenta años de autoritarismo impuesto han marcado de una forma drástica, el desarrollo de este país y de sus gentes. Imaginar lo que hubiera sido de nosotros con esas décadas a mayores, de experiencia democrática, por desgracia no pasará de ser más que una imaginación, ya que esos años supusieron la invalidez total de un pueblo que no nos permitió avanzar al ritmo adecuado. Y por desgracia en estas fechas y después del esfuerzo que nos ha supuesto conseguir mejoras en nuestros derechos laborales, sociales y personales, parece que algún exalcalde convertido en ministro justiciero, blande su espada robándonos el derecho al aborto; otro de mirada torticera aplica leyes retrógradas en educación, además de los recortes en sanidad pública, servicios sociales, etc. etc. Estamos ante un nuevo tipo de asquerosa dictadura democrática que convierte a nuestros gobernantes en casi semidioses, capaces de todo con tal de robar y maltratar, eso sí... de forma totalmente legal, que ya se encargan ellos de apañar las leyes. Pareciera que alguno se hubiera reencarnado en unos cuantos....

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