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Gente en León

Un amigo de León

'Yoni', el boxeador

Pasábamos mucho tiempo en la calle y era muy importante el mostrarte fuerte frente a los chavales de otros barrios, por aquello de amedrentar al rival. La fuerza se cultivaba en casa a base de, como dirían dirían, machacarte con cualquier artilugio que te hubieras agenciado (pesas rudimentarias, tensores y un largo etc.) pues, según informaciones de los experimentados en la cuestión, se te desarrollaban más los músculos.

Archivado en: Maximino Cañón, 'Yoni' el boxeador, El Universal, Club Radio

Maximino Cañón
28/2/2014 - 03:30

Casi todos los fines de semana se celebraban concurridos combates, actuando de teloneros boxeadores aficionados, los cuales iban provistos de camiseta, y cerraban las veladas combates de cierto pedigrí con profesionales, los cuales ‘a pecho descubierto' se batían entre el bullicio de los asistentes, fundamen- talmente en los ya desaparecidos lugares: ‘Club Radio' como lugar grande y cerrado y ‘El Universal' al aire libre, los cuales se llenaban hasta completar el aforo, como hoy se diría. Como en todo, había ídolos locales que atraían a las masas en cada velada. Ahora me referiré a uno al que todavía veo como una rosa, es decir sin quedar marcado por los golpes. Porque fue un duro pegador y no era de los que recibían. Me refiero a José Santos, el cual se calzaba los guantes bajo el seudónimo de ‘Yoni' que a decir de aquel entonces era un nombre muy peliculero. Tenía un físico impresionante cuando no se prodigaba el culto al cuerpo de la manera que hoy se practica. ‘Yoni' era el reclamo ideal para las veladas en las que participaba. Había que tener mucho valor para subirse a un ring y dar o recibir, según los casos, en presencia de cientos de seguidores que, cigarro en mano, coreaban su nombre. Pero ‘Yoni' lo tenía, como también tenía un trabajo que le permitía vivir holgadamente sin necesidad de pensar en vivir del boxeo que, aunque elogiado por muchos, otros lo denostaban. Tuvo la primera Bultazo Metralla en León suscitando la envidia entre los aficionados al motor de las dos ruedas y el miedo en quienes, como yo, fuimos a la grupa alguna vez. Después de su jornada laboral, sin otros vicios conocidos, iba a entrenar al gimnasio de Nando, sito en los aledaños del 18 de Julio y cuna de futuros profesionales. Hoy te traigo a esta columna porque aunque nuestra vida transcurrió por distintos caminos, y la juventud de hoy no se acuerda de quien era aquel ‘Yoni', fuiste un verdadero ‘ídolo local' en donde muchos se querían ver reflejados.

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