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Gente en León

Un amigo de León

Terrazas

Con los albores de esta anticipada primavera, junto con los incontenibles deseos de los fumadores practicantes , vuelven a resurgir las terrazas en las calles gozando de estos privilegiados rayos de sol que nos iluminan, aunque sean por poco tiempo, anunciando que se acerca la primavera y, mientras tanto, muchos implorando al cielo para que la tan deseada semana Santa leonesa, y que tanto bien nos hace, en todos lo sentidos, venga acompañada de un buen tiempo y, en último caso, que por lo menos no llueva.

Archivado en: Maximino Cañón, terrazas, fumar

Maximino Cañón
21/3/2014 - 03:30

Antes, cuando las mujeres casi no alternaban solas, se conformaban con acompañar al marido a tomar un café, generalmente en un lugar con buena calefacción en invierno. Con el tiempo las mujeres, además de ocupar puestos de trabajo con alta calificación, y por merito propio, conquistaron el lugar que en la sociedad les corresponde sin tener que, en la mayoría de los casos, depender del marido, novio, o dicho de otra manera, del macho dominante que era quien, por aquellos años, les marcaba el territorio por donde debían de pisar. Terrazas son sinónimo de vida en libertad: Puedes fumar, ver al vecindario que pasa, exhibirte, etc. Hoy han pasado a tener un protagonismo fuera de lo normal, es decir, aparte de ser lugares donde te refrescabas en verano, lo de fumar a aire libre ha añadido un valor inusitado que antes no tenían. Reconozco que en León se tiene mérito el sentarte en una terraza fuera de los meses de verano (y no todos).

Al hilo de este comentario recuerdo con cierta simpatía lo que un antiguo jefe y amigo, Emilio Sánchez, oriundo de tierras de tierras extremeñas y que actualmente sienta sus reales en Andalucía, respecto a las terrazas (cuando no existía la prohibición de fumar en los lugares cerrados) me comentaba que circulaba por ahí el siguiente dicho: "tienes menos porvenir que una terraza en León", refiriéndose, naturalmente, al clima que aquí teníamos en comparación con el de su tierra. Aunque aquí no poseemos la guasa que se gastan por esas tierras, el otro día paseando, leí, en el cristal del Café Bar la Herrera IV lo siguiente: "no hay servicio de terraza, mayormente porque no hay, y, añadido a mano, terraza", lo que viene a demostrar que si bien nos falta la guasa del sur tenemos la retranca leonesa.

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