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Un amigo de León

Cuentos de Navidad... y para seguir

El pistoletazo navideño los dan las vacaciones y el sorteo de la lotería. La verdad es que, tal como están las cosas, como esto no se arregle y la gente tenga comida, bebida y vestidos para todos, van ser unas navidades negras para esa gran mayoría que le toca aguantar estoicamente cada envite que otros producen. Este año hemos cambiado de Rey, aunque en este acaso no ha habido recortes y se ha cubierto la plaza sin necesidad de convocar oposiciones, dejando bien puesto en nivel y retribución, tanto al entrante como al saliente.

Archivado en: Maximino Cañón, mensaje navideño del nuevo rey, Felipe VI, Navidad, Juan Carlos I, turrón El Almendro

Maximino Cañón
23/12/2014 - 03:30

El otro día oí a dos parejas (dos hombres y dos mujeres) que comentaban con gran profusión, calentura diría yo, en el verdadero parlamento español: La barra de un bar. La cosa iba de parlamentarios y senadores nacionales y decidan: si todos votan lo mismo para que coños hacen falta todos los que hay con lo mal que está el erario y la mujer del que llevaba la voz cantante le decía: habla más bajo que te van a oír. Después siguieron con las Diputaciones, la Junta, los Ayuntamientos y el Sursum Corda, en otras palabras, sin dejar títere con cabeza. Y es que hay que entenderlo, (como el refrán) "el que tiene novia baila, y el que no se la pasea", la mayoría por la calle ancha que hay mucho ambiente y además es barato, porque hay quien ni para un café tiene, aunque le den churro de tapa. Son fechas de contradicción. Por un lado te sientes alegre y alumbrado, lo digo por las luces mixtas: los comerciantes (no todos) pagan el alquiler y el Ayuntamiento el consumo eléctrico, y por otro se te amontonan los recuerdos. En la TV echan películas blancas, muy blancas, para contribuir a echar unas lágrimas acorde con la ocasión. Inevitablemente se acuden a las añoranzas al oír determinado tintineos en las radios o en la citada TV del archifamoso anuncio de El Almendro que dice: ¡vuelve, a casa vuelve, por navidad! sabiendo que a algunos, por mucho que se les espere con villancicos, jamás volverán a casa. Y mientras tanto, ya se sabe, haciendo de tripas corazón y casi, sin un euro en el bolsillo, a esperar que los reyes, los de oriente me refiero, el año que viene nos dejen algunas cosas y en las próximas elecciones que gane el mejor, si es que lo hay.
Posdata navideña: En el portal de Belén no quedan muchos espacios, pues están cubiertos todos con gente de los desahucios
¡Felices Fiestas! Sin ironía.

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