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Gente en León

La conexión

La hora de la verdad

Llegó la hora de la verdad, la hora de hacer gobernables los ayuntamientos de media España mediante pactos de todo tipo. Hay expectación en muchos lugares de la provincia de León y del resto de España por lo que pueda pasar en las sesiones constitutivas de los ayuntamientos de mañana sábado. Hasta ahora ha habido negociaciones de todo tipo, protagonizadas en la mayoría de los casos por los dos partidos emergentes, convertidos en llaves del gobierno municipal de muchas ciudades, por ejemplo, la capital leonesa.

Archivado en: Francisco J. Martínez Carrión, la conexión, Antonio Silván, Ciudadanos

Martínez Carrión
12/6/2015 - 05:50

Aunque, la verdad, es que en León, la sorpresa la ha dado la ruptura del diálogo entre los partidos de izquierda en torno al PSOE. Esa falta de acuerdo hace más alcaldable al exconsejero Silván, quien podría gobernar con tan sólo diez concejales y, eso sí, con mucha mano izquierda y voluntad de negociar, punto a punto, su programa de gobierno. El apoyo de Ciudadanos le daría a Silván más estabilidad, pero ya no es tan necesario como hace tan sólo unos días.
Al menos en la capital leonesa queda eliminado el tan temido por algunos síndrome de la ingobernabilidad, ante la ausencia de una clara mayoría absoluta. Ahora, quizás, el peligro más serio podría venir del propio Silván, ya que no parece tener muy claras sus prioridades: ¿será alcalde de León las 24 horas al día?, ¿cuántas horas y días dedicará a su estrategia de alzarse como sucesor del presidente de la Comunidad, Herrera, en su más que probable salida a corto o medio plazo? ¿cómo compatibilizará la Alcaldía y el cumplimiento de su programa con sus responsabilidades como procurador en las Cortes autonómicas? Las respuestas vendrán dadas tras la toma de posesión, cuando conforme su equipo de gobierno municipal y se vea quién va a ser su número dos o primer ministro, es decir quien vaya a llevar de verdad la gestión del Ayuntamiento día a día, junto a un muy reducido núcleo duro en la toma de decisiones.
En cualquier caso, se abre un largo periodo de margen de confianza política a la espera de los organigramas, prioridades, primeras propuestas, gestos, declaraciones y forma de actuar en el día a día.
Por todo ello, el sábado se demostrará que la falta de mayorías absolutas no es ningún drama, ni un augurio de caos infernal ni de actitud guerracivilistas de ningún tipo. La ausencia de esas mayorías absolutas puede y debe ser una bendición, ya que obliga a los políticos a sacar lo mejor de ellos mismos: su capacidad de diálogo, la voluntad de negociación y la decisión de pactar acciones y programas. Se acabaron los rodillos y las imposiciones. Habrá desacuerdos, crisis, rupturas y hasta mociones de censura, que se deberán sustanciar con nuevas dosis de diálogo, negociación y pactos. Así son los gobiernos en minoría: ponen a prueba la cintura, la inteligencia, el sentido común, la estrategia, la capacidad de juego, el riesgo y la praxis de los políticos.
El martes pasado en la Casa de León en Madrid conversaba con el veterano político de la UCD y exministro de Sanidad, Manuel Núñez Pérez, quien acababa de participar en el homenaje que todos los políticos de la Transición, de todos los colores e ideologías, acaban de rendir a Alfonso Guerra, en su día el socialista más poderoso, temido y con la lengua más viperina de todas. Guerra se retira de la vida pública con el reconocimiento de su valía y aportación a la política española por parte de sus antagónicos. ¿Hay mejor ejemplo para esta nueva etapa que ahora se inicia en España?

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