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Gente en León

Opinión

Hay un tipo de intervenciones…

Jaime Torcida
28/10/2016 - 08:00

Que hacen especial a la brigada. Es ese tipo de intervenciones las que me aterran. Hablamos de nuestra Policía Local y lo hacemos desde el respeto que a cualquier persona bien nacida le produce hablar de Policía Local.
Leo, estupefacto, que a “uno le pegamos con la porra en la cabeza y parecía como en los dibujos animados, ni se inmutaba” mientras la Policía Nacional preguntaba a un interlocutor ciudadano si el dibujo animado al que la Policía Local golpeaba con esa fruición, era o no era un “yihadista”. Sobre todo, pienso yo que, se le notaba mucho la militancia en el integrismo en su cualidad encajadora de golpes. Solamente el fanatismo yihadista es capaz de aguantar vergajazos propios de dibujos animados. A esto se le llamaría repeler una agresión sin inmutarse.
La ‘agresión’ estaba protagonizada por dos ciudadanos franceses que se negaron en un bar a pagar unas consumiciones con alcohol, que en el caso de un musulmán respetuoso con su religión, y un integrista islámico lo es, estarían proscritas. Teníamos claro que además de franceses no parecían yihadistas, antes del lío bebían alcohol, pero sin la sospecha de que estos dos franceses borrachos fuesen terroristas,más bien parecían Maciste y su hermanito en árabe, “golpearlos con la porra en la cabeza y parecía como en los dibujos animados” nos parecería una barbaridad. El matiz, ese matiz que hace cómico y de mal gusto la pretendida heroicidad de nuestras fuerzas del orden, es una aberración capaz de ocultar otras labores más prosaicas, más heroicas y menos valoradas. ¿Cuánto hace que no ve un Policía uniformado ayudando a una señora mayor a llevar las bolsas de la compra? ¿Cuánto hace que no vemos a un Policía Local regulando el tráfico rodado?, no poniendo multas. ¿Cuánto hace que no le da los buenos días el Policía de su barrio? Entre quienes en un momento dado de su actuación profesional pueden utilizar la fuerza contra un ciudadano y nunca contra la ciudadanía, y los propios ciudadanos, la proximidad de ciudadanos y agentes de Policía debería de ser un hecho premiable, pero no es tan relevante ayudar a una anciana a cruzar como recibir una “mano de hostias de unos presuntos yihadistas”, y al final conseguir detenerlos y que no sean integristas islámicos, si no un boxeador francés y su hermano que vienen a León nos crean un problema gordo, les emociona el Barrio Húmedo, la noche les confunde y los precios parece que no les quitan la sed ni las ganas de armar camorra. Cosa que, después de intentarla sin éxito en algún que otro bar, consiguen gracias a la desafortunada intervención de esa Brigada tan Especial que hace cosas tan especiales.
“Estamos bien pagados, pero esto no se hace por dinero”, uff ¡¡¡ menos mal…, ya me maliciaba yo…, porque si lo de pegar porrazos no fuera vocacional habría que pensar que la Policía está llena de profesionales de las artes marciales y no de ciudadanos al servicio del mantenimiento del orden y la legalidad vigente en su comunidad.
Además de no estar mal pagados y sufrir atentados como el de estos dos borrachos franceses a los que de no confundirlos con presuntos mujaidines les hubiéramos abierto la cabeza a porrazos en defensa de la legalidad establecida y al confundirlos con yihadistas nuestro respeto a su ideología religiosa hizo evidentemente que la cantidad de golpes recibida fuera sustancialmente inferior y el francés grande ni se inmutara. Quiera el diablo que no le estuviéramos arreando estopa al imán, que la hubiésemos cagado más…

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