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un amigo de león

La cobra

Cada día te encuentras con nuevas expresiones que resaltan conductas de lo más normales, pero con denominaciones sorprendentes o de nuevo cuño aparentando que quien las dice goza de mayor conocimiento sobre las terminologías del momento.

Archivado en: Maximino Cañón, Bisbal, 'la cobra', Chenoa

Maximino Cañón
02/12/2016 - 03:33

Hasta ahora cuando alguien te sobrepasaba o adelantaba, bien andando o bien con un vehículo, decías.: "Éste va como una moto" o "Menuda pasada me ha dado". De lo que se trata es de manifestar la preocupación percibida, cuando sientes un adelantamiento inesperado. Si el mismo se produce por una bicicleta, las pasadas que te dan -bajando la Calle Ancha por ejemplo- te encomiendas al ángel de la guarda para que en una de ésas, el conductor del vehículo de dos ruedas no tenga un desvanecimiento y te lleve por delante.
Esto en términos descriptivos españoles lo conocemos como ‘anarquía vial'. Pero hete aquí que con el fin de ser originales uno escucha la palabra ‘sorpasso', derivada de la gran cultura emanada de intervenciones de políticos y medios de comunicación, para definir aquello tan viejo como: "Si no me aparto me lleva por delante".
A mayor abundamiento terminológico, salen a la palestra del espectáculo Chenoa y Bisbal -los cantantes de la primera Operación Triunfo televisiva (también conocidos por ‘triunfitos')-y dentro de la última intervención televisiva en la que actuaban juntos el dúo, al acercarle los labios Chenoa a Bisbal más de lo permitido, en lo que parecía un intento de robar un beso, Bisbal, en el calor de la canción, dio un giro espontáneo a la cabeza evitando que el encuentro entre ambos labios se produjera. En este momento irrumpe en todos los medios de comunicación, a toda plana, la interpretación de como Bisbal le hizo ‘la cobra' a Chenoa, siendo reproducido el celestial momento hasta la saciedad. Entonces, sesudos tertulianos, sin distinción ideológica alguna, te explican que no se trata de un desplante en toda regla, sino que es una ‘cobra' por la forma de la cara al rechazar el intento. Tenía más gracia lo que se producía en algunos bares y cafeterías, entre el parroquiano o cliente y el ‘barman' o camarero de turno, cuando el primero le entregaba un billete de curso legal para cobrar y le decía: "Toma, Juan, ‘cobra'. A lo que el ‘barman', sin casi inmutarse le contestaba: "Y tú, víbora". Y no se armaba tanto revuelo.

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