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Gente en León

Mentiras y engaños

Leyes e injusticias

Hace ya unos cuantos años cierto cacique comentaba: "Si las leyes no te gustan, cámbialas". Y tras esa afirmación se asentaba la una de las afirmaciones biológicas más reales y deprimentes: "El perro se lame los huevos, porque puede". Porque quien lo decía podía cambiarlas y estaba acostumbrado a hacerlo a discreción.

Archivado en: Nicolas Pérez Hidalgo, leyes, injusticias

Nicolás Pérez Hidalgo
10/3/2017 - 03:30

Y eso es lo que sucede día tras día. Las leyes no las hacen los pobres. Ni siquiera pueden influir para que se haga una ley u otra. Tampoco las hace la clase media, esa tampoco. Es la clase pudiente (siempre es así en todas partes, no sólo en España) la que ocupa y se preocupa de los nichos de poder y por lo tanto es la que las redacta o influye en lo que éstas deben decir. Y por supuesto también los "poderosos" están en los puestos que dan lugar a decidir quién tiene que hacerlas cumplir (o no).
Ejemplos tenemos para dar y tomar. Cada poco surge la noticia de que algún pobre diablo tiene que entrar en la cárcel por unos delitos nimios. Y al tiempo asistimos atónitos a que personajillos (ya no presuntos sino con sentencias judiciales) que ha tomado el pelo a todo dios y trincado a diestro y siniestro, sigan tan campantes paseándose por las calles y viviendo a cuerpo de rey.
Quizás haya países con más leyes, decretos, ordenanzas y demás mandangadas que el nuestro. Pero seguro que ganamos por goleada a todos los demás en leyes que no se cumplen, en interpretaciones caciquiles de las mismas, en fiscales y jueces manipulables e influenciables, en oposiciones amañadas, y en reglamentos que se fabrican a voluntad para favorecer a unos y perjudicar a otros.
En definitiva, agárrense los machos, porque esto sólo ha hecho que empezar y a pesar de que vamos conociendo cada día nuevos casos de corrupción, los mecanismos que tiene el poder para evitarlos están permanentemente en guardia y activos. Lo mismo destituyen fiscales que amenazan la ‘estabilidad', que castigan o premian a un funcionario público para que hable o esté callado.
Y lo que es peor, ahora también parece que algunos periodistas han decidido que hay que de actuar sin tapujos para influir sobre la gente y están dispuestos a fabricar campañas sin poner pruebas encima de la mesa, ¿verdad Victoria?

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