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Gente en León

Mentiras y engaños

Datos

De un tiempo a esta parte en determinados ámbitos no se habla de otra, que no sea de datos, datos, datos y más datos.... cuantos más mejor y sobre todo, de cómo procesarlos. Hasta tal punto, que se ha acuñado el concepto de Big Data para referirnos a datos masivos o datos a mogollón.

Archivado en: Nicolas Pérez Hidalgo, datos, información, informática, información confidencial

Nicolás Pérez Hidalgo
07/4/2017 - 02:20

Y esto, no es otra cosa que información en cantidades tan grandes, que el procesamiento de la misma es imposible con los métodos tradicionales. No sirve el lápiz ni el papel, ni las calculadoras, ni las aplicaciones informáticas tradicionales a nivel de usuario, si no que requieren de grandes computadoras y complicados programas matemáticos que son analizados por cerebritos.
Datos (o información) hay en cualquier ámbito (natural o artificial) y en cualquier actividad, lo único que hay que hacer es tomarlos correctamente y procesarlos para analizarlos (más correctamente aún) y obtener después unas conclusiones con las que diseñar políticas de empresas e instituciones.
Esta urgencia por conocer cosas no es nueva. Hay datos biológicos y geológicos que los científicos se ocupan de recopilar y ordenar, y datos históricos derivados de la actividad humana que podemos rastrear si es que alguien en algún momento se tomó la molestia anotarlos en algún soporte (papiros, pieles o papel).
Sin embargo, nunca como ahora se pueden obtener información de cada cosa que hacemos como individuos, ya que casi todo el mundo en los países desarrollados lleva un móvil en la mano y usa una tarjeta de crédito, lo cual permite que las empresas almacenadoras y vendedoras de datos, sepan qué compras en el supermercado o qué páginas consultas a diario en internet. Incluso ya hay empresas que implantan microchips en los empleados para saber si entran o salen.
La información es poder y ha venido a sumarse a la palabra, la escritura y la imagen, para montar complejos argumentos con los que engañarnos mejor los unos a los otros. Eso sí, guárdense muy mucho de aquellos que digan que lo que les están proponiendo o aplicando está basado en datos, porque como en los repartos, quien parte y reparte se lleva la mejor parte. Y en esto de los datos, el que los tiene también los manipula para vendernos lo que le interesa.

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