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Gente en León

un amigo de león

Loca de amor

No sé si fue una historia real o una entrañable canción fenomenalmente inspirada por el grupo musical mexicano ‘Maná' o transmitida oralmente. Resumiendo, la historia tiene lugar en el ‘muelle de San Blas' en una localidad del estado mexicano de Mayoril. Dicen que Rebeca se ganaba la vida barriendo las calles y pidiendo a los turistas (otros que vendiendo golosinas) a los que les decía "mañana va ha llegar mi novio al muelle y nos vamos casar".

Archivado en: Maximino Cañón, Loca de San Blas

Maximino Cañón
21/7/2017 - 03:30

Por lo que se dice había un chico muy popular (Laus) en San Blas con el cual vivía nuestra protagonista Rebeca, a quien el llamaba cariñosamente ‘la chica del humo' y que, según la historia o leyenda, no estaba bien de la cabeza, tanto es así que, frecuentemente se vestía con el traje de novia paseando por la plaza diciendo "Ahora sí, ya me dijo Laus que lo esperara en la iglesia con mi traje de novia porque ahora sí nos vamos a casar". Hay varias versiones, pero se dice que Laus murió atropellado por un automóvil falleciendo a los pocos días y dejando sola a Rebeca. De esta forma recuerdan a Rebeca como 'La loca de San Blas'.
Corría el año 1971 y Manuel, así se llamaba su amado en esta otra versión, era pescador (63 años) y, cuatro días antes de la boda, salió de pesca y nunca más volvió. Durante años, la mujer permaneció sentada en el muelle de puerto de San Blas, vestida de novia y esperando a su querido Manuel. El grupo mexicano ‘Maná' inmortalizó esta entrañable historia en su disco ‘Sueños líquidos'. Mucha gente no entendía algunas de las frases que Rebeca continuó diciendo hasta el final de sus días: "Voy a esperar a mi amado, cumpliendo la promesa que le hice junto al mar, me pongo este vestido para que me reconozca y aquí estaré siempre sola con mi espíritu en el Muelle de San Blas"Algunas personas de San Blas, comentan que con posterioridad vieron a Rebeca en Guadalajara, de donde procedía. Los que conocieron a Manuel fechan el año de su muerte en el 2010 y que sus cenizas fueron esparcidas en el mar. En cualquier caso, sea real la historia, o imaginada, lo que si es cierto es que hay amores que matan, que hieren, y otros que, como a Rebeca, perduran durante toda la vida esperando que su Manuel o Manuela aparezca llenando con alegría el vacío de las ausencias incomprendidas que el destino originó.

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