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Gente en León

un amigo de león

El voto en sus manos y ¡ojo! que vienen reclamando

Quién les iba a decir a las ‘sufragistas’, que fueron apaleadas, encarceladas y vejadas, reivindicando el derecho a votar cuando ellas, que eran las que sufrieron y paliaron las muchas desgracias en los núcleos familiares, se atrevieron, costándoles su vida en muchas ocasiones, a mantener su lucha, que hoy serían capaces de sacar millones de personas a la calle reivindicando y apoyando sin complejos su sitio en la sociedad en igualdad de condiciones que los hombres. Ni más ni menos.

Archivado en: Maximino Cañón, pensiones, jubilados, pensionistas

Maximino Cañón
06/4/2018 - 01:10

Casi al mismo tiempo, pero con más años, siembran las calles los/las pensionistas españoles clamando por la pérdida de poder adquisitivo que han venido sufriendo, sin distinción de colores partidistas. Todos, ellos y ellas, suman cerca de nueve millones de personas de las cuales, cerca del cien por cien, tienen derecho a voto. Como decía un jubilado al oír estas cifras emulando el titulo de una películ “temblad, malditos, temblad”. Mientras esto sucedía, seguro que los partidos se reunían y pensaban: como estos se pongan de acuerdo nos mandan a galeras, porque, con lo que cobramos la mayoría de los que nos dedicamos a la política, amén de otros privilegios inherentes al cargo. ¿A ver quién tiene arrestos para ponerse en frente de estos colectivos justificando las razones de los recortes en las pensiones y derechos de los más débiles?
Ya sé que una cosa es predicar (por ejemplo antes de las elecciones) y otra es dar trigo, después de haber ganado. Pero sí es cierto que existe una táctica aplicable a muchas situaciones que consiste en ir soltando comentarios que generen miedo para, de esta forma, las exigencias vayan perdiendo fuerza y lo que al principio se reivindicaba como un derecho adquirido para después, acobardados por los mensajes de quienes detentan los poderes o cargos importantes, el listón reivindicativo baje de nivel.
Y termino con aquello de: ¡ojo!, que son muchos, y muchas, y vienen cabreados. Ah, a los que tienen en sus manos el bienestar de los demás, y sin distinción de ideologías, antes de prometer cerciorarse bien de los posibles, porque, como decía una persona que conocí: “Vale más un por si acaso que cien penseques” .
Y si no se ponen de acuerdo en el Pacto de Toledo para el tema de la pensión, que se vengan a León que aquí somos un montón.

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