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cañón contra cañon

¿Tenía más nivel la política de la transición?

Maximino Cañón y Luis Cañón debaten esta semana sobre el nivel de la política surgida de la transición hasta la actual marcada por casos de corrupción que desde hace año lastran la gestión política y que esta semana se ha llevado a la cárcel a Jaime Mata, Ricardo Costa, Urdangarín, Correa, El Bigotes, Urdangarín... y también al ministro más breve de la democracia, Maxim Huerta, que tuvo que dimitir a los seis días de ser nombrado por defraudar a Hacienda con mala fe hace 10 años. La 'broma' le costó al ya ex minstro 366.000 euros entonces y la dimisión ahora...

Archivado en: Maximino Cañón, política, corrupción, democracia,

gentedigital.es
15/6/2018 - 02:20

MAXIMINO CAÑÓN

SÍ Con la instauración de la democracia en nuestro país, supimos lo que era depositar el voto libremente para elegir a quienes creíamos que nos representarían mejor en el devenir inmediato. Como si de setas se tratara, aparecieron partidos y caras desconocidas, optando a un escaño que hasta entonces había sido vetado. Había de todo, desde extrema izquierda hasta la extrema derecha, pasando por el centro y por demócratas cristianos. Esto creó seria dudas entre los que habían vivido una guerra en tiempos atrás, viendo cierta incertidumbre ante lo que se avecinaba. La verdad es que, sin entrar en profundidades, la cosa no salió mal. No había experiencia ni sabíamos lo que era una moción de censura (con el tiempo supe en mis carnes lo que era) ni las dedicaciones exclusivas por el desempeño de los cargos. La mayoría tenía una profesión que, en muchos casos, tuvieron que abandonar, aun perdiendo dinero para desempeñar cargos, y sin que en ningún momento se pensara en la política como un medio de vida, si no como un medio de servir a la sociedad en libertad y en paz. Yo, con sinceridad, creo que los políticos de antaño, sin entrar en ideologías, tenían mayor nivel que los actuales y menos interés monetario. El nuevo plantel presentado por Pedro Sánchez, hombre con poca fortuna en las urnas, en principio parece una plantilla de estrellas parecidas a las de un equipo de fútbol de élite. Ahora sólo faltan los goles para ganar el partido.

LUIS CAÑÓN

NO Querido Maxi: Soy de los que piensan que profesionales de la política los ha habido siempre, lo que ocurre es que nos vamos haciendo mayores y aquella nostalgia de que "cualquier tiempo pasado fue mejor se hace presente".
Ni todos los de aquella época venían sólo a servir ni todos los de ahora, vienen a llevárselo calentito.
Pero no te engañes, la historia, o mejor dicho el sueño, se repite una y otra vez y comienza siempre de la misma manera. En la cafetería de la Facultad echando una partida de mus, donde el aspirante más espabilado suele hacerse notar para ganarse al personal y asegurarse su sitio en alguno de los partidos políticos.
No importa si va en una lista de número quince o de dieciséis, porque antes o después llegará su momento, ése en el que le ofrecerán una concejalía de esas tranquilas, ésas que no suelen dar problemas. Tomará como máxima aquella que en petit comité repetía un político leonesista amigo de los discotequeros que rezaba: "dar a los funcionarios y a los clubes todo lo que os pidan, no quiero líos...".
Con el tiempo, no será difícil que triunfe en su partido y con un poco de suerte, algún cadáver político y buenos amigos, alcanzará el auténtico sueño dorado: El Congreso de los Diputados. Pasará los años entre restaurantes de estrellas Michelín, noches en el Wellington y palcos de campos de fútbol.
Ya a los cincuenta y como premio, le enviarán a la senda de los elefantes (no al pub del Cid), sino al de verdad, a Europa, donde ahora mismo ostentan un escaño, mi querido Maxi, los políticos que tú con ilusión votaste hace cuarenta años.

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