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Eco amargura

Se está celebrando estos días en Madrid la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP25, que debería haberse realizado en Chile. Lejos quedaron ya aquellas desbaratadas y estúpidas declaraciones del sr. Rajoy y su "famoso primo" negando los cambios en el clima, hace tan solo 12 años (2007). Increíble el avance tan terrorífico que muestran las imágenes del deshielo polar, el aumento del nivel del mar, las olas de calor, tormentas asesinas, sequías, extinción de especies, aparición de nuevas enfermedades, destrucción de enteros ecosistemas, etc, etc. Todo ello debidamente contrastado y comprobado.

Archivado en: Ana Ferrereas, Conferencia sobre el Cambio Climático COP25, eco amargura, Greta Thumberg, Isaac Cordal

Ana Isabel Ferreras
13/12/2019 - 01:10

La comunidad científica intenta alzar la voz en medio de esta marabunta, donde muchos muestran verdadera preocupación, pero por desgracia la inmensa mayoría sigue mirando para otro lado, en la egoísta confianza de saber que a ellos no les va a tocar, y los que vienen detrás....!que se fastidien!. La pequeña Greta Thunberg, objetivo de multitud de críticas, está dando una buena lección despertando conciencias.
Vemos además el gran negocio del clima, como así lo están empezando a llamar. Confundiendo necesidad con tendencias, han puesto de moda eso de la sostenibilidad. Las grandes empresas eléctricas, bancarias, energéticas, de alimentación, transporte, etc. lavan su imagen con estudiadas y elevadas campañas de publicidad, donde se autoerigen como las principales, mejores y casi únicas defensoras del medio ambiente. Cuando en realidad, dedican una ínfima cantidad de recursos y de voluntades, en modificar seriamente sus procesos de producción/elaboración/distribución. Poderoso caballero es don dinero y ese interés es mucho más grande que cualquier otro.
Y llegamos a los políticos, esos que se supone deben dictar las normas que todos deben seguir. Parece que esta cumbre acabará como las demás, un poco más sensibilizados eso sí, y con más información que hace unos años, pero sin grandes avances en modificaciones legislativas de forma imperiosa.
Quizás, hasta que no se vean con el agua al cuello de manera literal, como la intervención escultórica de Isaac Cordal instalada en Berlín, no van a mover ficha, aunque seguro que en ese punto, el tiempo ya se nos habrá agotado. Nadie dice que sea fácil, pero seguro que no es imposible, sino queremos ser los responsables de la catástrofe que se avecina. ¿O sí?

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