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con la venia señoría

Prodigiosa madurez

"Siempre que experimentamos un recorrido interior, por todo aquello que definimos siempre, hacia ese crecimiento en lo personal como en lo individualmente creativo, nuevas e impulsivas herramientas, nos ayudan mejorando en todo tipo de situaciones". ¿No os parece?

Archivado en: Manu Salamanca, prodigiosa madurez

Manu Salamanca
26/6/2020 - 01:10

En mi opinión, esa sensatez aparente en edad adulta no evita de continuos sufrimientos, que sólo se podrían evitar aquellos que fuesen innecesarios, del todo irrelevantes.
Una altura de su excelencia es la capacidad de mostrar la madurez propia que la misma vida plantea en continuos condicionantes añadidos, como es en la amistad, en el amor, incluso en la familia, sobre todo en el presente y en todos y cada uno de los objetivos que planteamos en cada determinada circunstancia a destacar necesaria.
Condicionados por contrastes entre la teoría y la práctica de vivir, actuamos con cierta vehemencia y responsabilidad, respetamos sus valores éticos como principios esenciales de una postura que nos lleve, ante cualquier actuación concreta muy directa y hasta a veces desafiante.
El deber forma parte de la existencia y sería capaz de anteponerse en muchos momentos. Conforme vamos madurando nos enfrentamos a situaciones dolorosas que nos enseñan que la vida no es nada fácil y menos justa. La lealtad de su significado y la lectura de su mejor argumento nos conducen e invitan a su aleatoria trascendencia interna, siempre tan necesaria y aconsejable.
No somos libres de las consecuencias que conllevan ciertas actitudes, porque implacablemente ese juez llamado tiempo, algún día, nos llamará a declarar.
Es muy simple. Es seguro que en muchas ocasiones quien hace daño no se siente responsable de sus actos. Siempre carecerá de trascendente cercanía emocional prefiriendo hacer uso de la culpa para reafirmarse víctima de su incuestionable y patética situación. Ser responsables no significa sólo asumir la culpa de nuestras acciones, es sencillamente entender que tenemos la obligada capacidad de respuesta hacia el resto de personas, y de todo tipo de cuestiones relacionadas con la sensatez. Pensad que la madurez empieza por hacernos sensiblemente consecuentes con todas y cada una de nuestras palabras y desde luego con nuestro acompasado comportamiento, que se prolonga a un primordial estado y, que se alcanza cuando el desarrollo físico y sexual se completa, a diferencia de aquella otra madurez que se refiere a la adaptación social, la empatía y la templanza, junto con todas aquellas comprensiones que generamos con el fin de podernos propiciar nuestro bienestar emocional. Feliz fin de semana.

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