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Gente en León

con la venia señoría

¿Dónde poner límites?

Transforma el “no puedo” por “sí quiero” y lograrás todo aquello que te propongas. Ayudar a los hijos como a nuestros seres más queridos no deja de ser una cualidad de un carácter limpio y del todo sincera.Incluso en ocasiones nuestras inmejorables intenciones se colapsan y se vuelven inútiles y del todo disfuncionales.

Archivado en: Manu Salamanca, ¿dónde poner límites?

Manu Salamanca
10/7/2020 - 03:30

Con una potente relación de confianza y proximidad, nuestros jóvenes pueden sustentar con sus padres o tutores la coherencia entre lo que ven, lo que oyen y, sobre todo, lo qu experimentan en casa con sus comportamientos afines que bien definidos aumentarían su autocontrol tan significativo, como todo aquello que intercambie enseñanzas y actitudes que refuerzan sin duda sus voluntariosas y firmes decisiones.
Una moderada disciplina aplicada que se ejerza, es una muy seria responsabilidad y está ligada a nuestro procedimiento claro, que evalúa actitudes y el resto de diversas actuaciones y creencias que gestionamos día a día.
Nuestros propios recursos son una imprescindible ayuda que entendemos efectiva, pero teniendo la certeza de que tal aportación promueve de continuo el crecimiento psíquico positivo de ese otro alguien y, como nó, contamos con su desmesurada fuerza potencial y concluyente.
Con nuestro apoyo desmedido estamos desarrollando valores a nuestros adolescentes y a sobrevalorar ciertas inquietudes en su personal identidad con sus diferentes capacidades, pero, en ocasiones con muy reducidos logros, ésta idea se podría aplicar a los numerosos padres que magnifican su sobreprotección, al igual que tratan de evitar cualquier fracaso en sus incondicionales hijos, buena parte de esa frustración, seria muy útil para crecer de la forma más efectiva posible.
Todos somos genios, pero si juzgamos a un pez por trepar un árbol, vivirá toda su vida creyendo que es estúpido, debemos ser más optimistas al admitir cuando alguien muy allegado a nosotros tiene problemas y desafíos muy concretos que requieren de una ayuda profesional y competente.
Nuestros propios criterios radican en base a que ya nadie nos enseña cuál sería el equilibrio perfecto para poder llegar a relacionarnos, pero sin invadirnos los unos a los otros, mantenemos esa cierta distancia que la máxima certeza nos garantiza. Con esa obligación a ganar simultáneamente en confianza y respeto mutuos, aumentamos por ello la esperada capacidad de un autoconocimiento suficiente que se hace tan necesario como indispensablemente solidario, auxiliado como cabe esperar por toda su lógica coherencia. Pasadlo bien.

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