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Gente en León

un amigo de león

Como coja la zapatilla...

Hay dichos que, con el tiempo, desaparecen o dejan de tener actualidad. Digo esto porque el otro día al pasar por un parque dedicado a los juegos y esparcimiento infantil, y donde las madres, padres o abuelos vigilaban en la distancia las andanzas de la descendencia, observé como los niños y niñas se divertían, deslizándose por los toboganes, y demás juegos infantiles que de una manera gratuita estaban al servicio de los usuarios mas pequeños

Archivado en: Maximino Cañón, columbios, juegos infantiles, coger la zapatilla

Maximino Cañón
28/5/2021 - 01:10

Simultáneamente a la contemplación de tan divertida estampa, irradiando esa alegría que cuando uno es un niño percibe, ajeno a los demás problemas mundanos, me vinieron a la memoria aquellos años, en los que uno tenía sus mismas edades y donde no se podía disfrutar de los modernos juegos con los que hoy los niños pueden disfrutar en los ratos de asueto sin coste alguno a la salida del colegio o en los días de fiesta.
Otra cosa que me llamó, y me llama, la atención es la responsabilidad, que aun siendo de tan cortas edades, y casi sin rechistar, soportan con entereza el uso de las mascarillas con una responsabilidad digna de resaltar y de la que algunos mayores tendríamos que tomar ejemplo. En nuestra época las diversiones solían salir de la imaginación. Los parques infantiles y los entretenimientos gratuitos brillaban por su ausencia. Eran otros tiempos en donde a falta (por suerte) de poner mascarillas para combatir virus, sí nos gustaba jugar, tapándonos, parte de la cara con pañuelos emulando a los ‘Gichos' o a los malos de las películas del oeste para evitar ser reconocidos después de cometer alguna fechoría.
Bueno, después de este breve repaso por los recuerdos de la niñez, quiero comentar algo que me hizo reír, sobre todo en lo referente a los dichos que se sigue conservando. Estaban dos jóvenes madres hablando, mientras los niños y niñas se divertían. Una de ellas con bocadillo en la mano llamaba a su hijo: "Jesús, ven a por el bocadillo que es hora de merendar", mientras que Jesús se encontraba en compañía de otros niños tirandose por el tobogán y descolgándose por unas redes sin hacer caso a su madre. La madre aguantando con el bocadillo en la mano, y al ver que Jesús no hacia en menor caso, se levantó, y con una gran voz de mando sentenció: "¡Jesús!, por última vez, como no vengas cojo la zapatilla y te pongo el culo que no te puedes sentar en una semana". El niño vino enseguida y entonces comprendí que hay cosas que, a pesar del tiempo, siguen teniendo vigencia.

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