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Gente en León

con la venia señoría

Rutina, cotidianidad, fascinación

Siempre caemos irremediablemente en una "rutina" que trata de acometernos. Nos invisibiliza, nos desestabiliza y desacredita, notamos un cambio sustancial en la percepción de todo lo que nos rodea. Puede ser la herramienta que muy necesaria necesitemos de verdad y por lo que empezaríamos a valorar todo lo que hasta en ese momento se nos presenta ante lo desconocido e inusual.

Archivado en: Manu Salamanca, Rutina, cotidianidad, fascinación

Manu Salamanca
28/5/2021 - 02:20

Todos somos personas de repetitivas costumbres, aunque sea de moderado acceso a una monotonía que nos sirve sobre todo para desenvolvernos en el confabulado mundo real con el único objetivo de creernos en la sensación de comodidad por propia seguridad, ya que tratamos de arroparnos siempre con su sello hermético tan deseable. Sin querer acabamos metiéndonos en una espiral de hábitos con esa pura inercia de la que nos parece imposible salir. Su hermana mayor "cotidianidad" nos asalta en el deseo como tentativa de llevar una vida más emocionante y diversa, sin duda nos gusta la aventura, ya que tenemos alma de descubridores y de valientes exploradores, pero conservamos una tendencia formidable a prevalecer nuestro sentido mas entusiasta a la hora de depender de nuestra querida personalidad tan arraigada a su célebre expectativa. Aunque de vez en cuando hemos de preguntarnos ¿Cuánto tiempo hace, que no vivimos un episodio trascendente en nuestra vida? En mi opinión, nos permitiría dar un cambio de 180 grados en todo lo que a posteriori hagamos, vivimos una clara tendencia por la edad, que nos alerta y ordena a perder la capacidad de asombrarnos por las cosas que familiarmente siempre nos han atraído. Sabemos de sobra que todo lo que percibimos desde su inicio es más claro. Todo resulta nuevo y diferente, tan ampliamente sugerente y emocionante. Pero si conservamos el sentido práctico del entusiasmo atrevido propio de inmejorables sensaciones, estaremos apoyando con nuestro aire limpio y extrovertido a relanzar el positivismo que debemos custodiar, abanderando su natural y fantástica proclama con lances de presencial frescura, manteniendo por ello la capacidad de ilusionarnos todos y cada uno de los días que vivimos, pero sin dejar de asombrarnos por lo más mundano y superficial. Son muchos los beneficios que trae consigo experimentar ese intuitivo desconcierto de vez en cuando, tanto como por nuestra salud física como por la psicológica. Nuestra pariente mas cercana, la "fascinación", es de esas emociones benefactoras que radiantes experimentamos ya muy pocas veces. Con ella nos convertimos en seres más sociables al considerar agradable una inmejorable actitud más generosa y cooperativa con los demás. Si incorporamos más alegría por las cosas que nos rodean, disfrutamos a tope y gozamos de un excelente estado de ánimo, nuestra magia esta presente siempre, en cada rincón y en cada cosa que hacemos, simplemente con cocinar un buen plato, o bailar con pasión nuestra canción más rítmica y pegadiza (aunque este pasada de moda) ¡Que más da! Será suficiente motivo como para darle la vuelta a un día que parecía igual que todos los demás.

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