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Gente en León

De vez en cuando

En democracia el debate enriquece

Que a Esther Muñoz, la flamante delegada territorial de la Junta en la provincia, le es tabú hablar de la, por ahora, hipotética autonomía que exigen miles y miles de leoneses, no es noticiable. Llegó al cargo para cumplir escrupulosamente el mandato de Alfonso Fernández Mañueco en cuanto a esta cuestión y, para no contrariar a su ‘amo', se sale por la tangente si se le plantea el asunto.

Archivado en: Julio Cayón, COVID, Ester Muñoz, Alfonso Fernández Mañueco, Mario Amilivia, Autonomía de León

Julio Cayón
23/12/2021 - 01:10

Cosa diferente y desalentadora -incluso para su propia imagen-, es que se acoja a una verbalización postiza y carente de sentido común, al escurrirse por vericuetos con frases tan desafortunadas como "no voy a entrar en debates sobre la autonomía (de León), creo que no benefician a los leoneses". Lo dijo Blas (Esther Muñoz), punto redondo.
La delegada, en el ejercicio de su cargo institucional, debería ser más contenida en sus apreciaciones públicas -en este caso radiofónicas, hace unas fechas-, para no asaltar con el trabuco oxidado del sabelotodo la inteligencia y la sensibilidad de quienes defienden la segregación leonesa de Castilla. ¿A quién no beneficia un debate sobre el actual mapa autonómico? ¿A quién? ¿A Valladolid, quizás? Bien sabe Esther Muñoz que esa es la causa y el amén Jesús: el centralismo imperante de Pucela. Y se olvida de que España es un país libre, a pesar de los pelanas que nos gobiernan allá y acullá. Y, al margen de la opinión de cada uno y siempre respetable, los debates serios igualan en democracia a las personas. Y este cumple los requisitos en todos sus términos. Una realidad de Perogrullo.
En la misma mañana en que la ‘embajadora' de Mañueco pontificaba sobre el sentir de los leoneses, Mario Amilivia, presidente del Consejo de Cuentas de Castilla y León y exalcalde la ciudad, aseguraba en el trascurso de una conferencia que impartía en la Facultad de Derecho de la ULE, que, al amparo de la Constitución, "cabe la posibilidad" de una autonomía regional. Y lo argumentaba citando textos legales, como corresponde a alguien con pedigrí y un intelecto incuestionable. Brillantísimo. Y recuérdese que si los responsables de su partido -la historia repetida- no hubieran cercenado de manera canallesca su carrera parlamentaria, Amilivia habría sido el político más destacado que haya dado León en los últimos años.
Es la marcada diferencia, la frontera rectilínea, en fin, entre quien sabe lo que se trae entre manos y lo acredita, y quien, cual florero, habita en la orilla de los torpes y también lo fundamenta. En León, y la prueba resulta irrebatible, supone la herencia recibida.

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