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con la venia señoría

Discapacidad intelectual e incultura de sociedad

El objeto de desarrollar una sorprendente educación podría tener que ver con formar personas hacia la idea de intentar crear posibilidades de auto enseñanza, descartaríamos pues, ser dirigidos por quien pudiera tener potestad de hacerlo, pero no soplan esos vientos de idilio reformados, propios de utopías e idealismos férreos que llegaran a estimular por ello nuestra capacidad social y humana.

Archivado en: Manu Salamanca, discapacidad intelectual e incultura de sociedad

Manu Salamanca
28/1/2022 - 02:20

Un conocimiento considerado universal, reclama otro tipo de reajuste emocional en el convencimiento propio de una supuesta erradicación del analfabetismo más generalizado, divagaría entre señuelos autorizados y en medio de una cortesía apabullante, pero muy determinante en su egocéntrica naturaleza. A lo largo de los años se ha convertido con vulgares rudimentos, como en su raquítica formación y atropellada ideología se sigue manifestando, quizá cómo en la fatal comprensión que alcanza nuestra muy pobre permisividad social y, ante la necesidad de elaborar una tosca misiva, que realce aún mucho más su trayectoria.
Toda trascendencia conceptual en mantener un dialogo de mono-capuchino, nos convierte en una extraña sociedad avanzada pero aún inmadura, sin menospreciar a nadie, la falta de adoctrinamiento avanza y a su vez, acelera una pobre formación adecuada a diversas pautas y dictados, deambula inexacta ante su ciencia y su tecnología contemporánea, se mueve en esa soberanía populista que utiliza con fuerza de tornado, cualquier proyecto de esfuerzo colectivo que no acaba de aparecer por ningún sitio.
Como digna epopeya de su naturaleza, busca infructuosamente la tradición de una determinada cultura, ansía un desafío basado en la voluntad común que advierte en su sustancial secuela, reconvertida en propia evolución, sustenta sobre el talento y previo conocimiento como bien universal, su insaciable generalidad primaria.
"La discapacidad intelectual" que vislumbramos según que tipo de concordancias, basadas en conceptos como la ética, la moral, incluso la ley en derecho y su justicia, se regodea en el ejercicio de una libertad que supuestamente ampara legitimidad, ultima actualidad en el condicionamiento que su vulnerable presión responsabiliza y ejerce, cumpliendo así con ciertas obligaciones que aún le siguen siendo propicias. No atajar los problemas de raíz, nos hace creer que no existe una mínima posibilidad de prosperar y terminará por postergarnos, obligará a su etología humana a limitar su libertad de dominio, como advierte de una clara y pronta desclasificación humana y ante su devastadora "Incultura de sociedad".

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