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Apuntes de una alcaldesa

El baile de los átomos

A estas alturas de la película, todo el mundo sabe que estamos inmersos en una crisis internacional "importante". No sé si estaremos o no al borde del precipicio, en proceso de caída libre, o ya completamente desnucados.

Hoy en día, no hay barra de bar que se precie, ni programa de radio y/o televisión, que no acoja una o varias tertulias donde este vocablo sea el protagonista. Análisis de prestigiosos economistas, políticos de altura, observadores internacionales, etc. todos buscando una receta mágica en este caos que nos envuelve. Análisis también del pueblo llano que asiste asombrado a esta sucesión constante de anuncios, promesas, paquetes de medidas, ajustes y reajustes, etc. recibiendo, eso sí, palmaditas de esperanza con una inestimable paciencia.

Cierto es también que vivíamos por encima de nuestras posibilidades, obteniendo créditos con las mayores facilidades, gastando sin excesivo control y acomodándonos en la buena vida. Ahora el ciudadano de a pie, es la víctima de todo ello y el que sufre los latigazos de esos excesos.

Pero esa paciencia tiene un límite y el pueblo está harto de ver cómo los dirigentes intentan navegar sin rumbo fijo, dando bandazos de un lado a otro y sin una idea clara de cómo afrontar y reflotar las economías de la zona euro. Dicen que Grecia está a punto de ahogarse y que si cae uno, caeremos los demás, pero en mi humilde opinión, cada uno parece mirar más a su propio ombligo que a todo lo que le rodea. También dicen que la deuda externa de Grecia afectaría en menor medida a España que a Francia y que si fuera Italia la que estuviera en esa situación, los españoles sí estaríamos más afectados. Y a todo esto Alemania que parece que quiere y no puede o que puede y no quiere....


No lo sé. Lo que sí está claro es que hace no demasiados años, los pueblos estaban llenos de gente que cultivaba la tierra y criaba ganado y que como esto siga así, los que ahora presumen de agricultura y ganadería ecológica, compartirán sus faenas con muchos más. Que la necesidad y no las ganas, forzarán ese reencuentro con la madre tierra, que por otra parte seguro nos aportaría más beneficios que perjuicios.

Da la sensación de que estamos todos bailando cual miles y millones de átomos con la imposibilidad de conocer con exactitud la posición y velocidad de las demás partículas en juego, en un cálculo de probabilidades, cual teoría de física cuántica incapaz de afectar a un resultado positivo de grupo.

Moraleja: Esperemos que cuando todo esto acabe, seamos capaces de aprender TODOS de nuestros errores.

 

 

Archivado en: Ana Isabel Ferreras, Diario de una alcaldesa, Gradefes, crisis

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Ana Isabel Ferreras / alcaldesa de Gradefes
16/9/2011 - 01:01


A estas alturas de la película, todo el mundo sabe que estamos inmersos en una crisis internacional "importante". No sé si estaremos o no al borde del precipicio, en proceso de caída libre, o ya completamente desnucados.

Hoy en día, no hay barra de bar que se precie, ni programa de radio y/o televisión, que no acoja una o varias tertulias donde este vocablo sea el protagonista. Análisis de prestigiosos economistas, políticos de altura, observadores internacionales, etc. todos buscando una receta mágica en este caos que nos envuelve. Análisis también del pueblo llano que asiste asombrado a esta sucesión constante de anuncios, promesas, paquetes de medidas, ajustes y reajustes, etc. recibiendo, eso sí, palmaditas de esperanza con una inestimable paciencia.

Cierto es también que vivíamos por encima de nuestras posibilidades, obteniendo créditos con las mayores facilidades, gastando sin excesivo control y acomodándonos en la buena vida. Ahora el ciudadano de a pie, es la víctima de todo ello y el que sufre los latigazos de esos excesos.

Pero esa paciencia tiene un límite y el pueblo está harto de ver cómo los dirigentes intentan navegar sin rumbo fijo, dando bandazos de un lado a otro y sin una idea clara de cómo afrontar y reflotar las economías de la zona euro. Dicen que Grecia está a punto de ahogarse y que si cae uno, caeremos los demás, pero en mi humilde opinión, cada uno parece mirar más a su propio ombligo que a todo lo que le rodea. También dicen que la deuda externa de Grecia afectaría en menor medida a España que a Francia y que si fuera Italia la que estuviera en esa situación, los españoles sí estaríamos más afectados. Y a todo esto Alemania que parece que quiere y no puede o que puede y no quiere....


No lo sé. Lo que sí está claro es que hace no demasiados años, los pueblos estaban llenos de gente que cultivaba la tierra y criaba ganado y que como esto siga así, los que ahora presumen de agricultura y ganadería ecológica, compartirán sus faenas con muchos más. Que la necesidad y no las ganas, forzarán ese reencuentro con la madre tierra, que por otra parte seguro nos aportaría más beneficios que perjuicios.

Da la sensación de que estamos todos bailando cual miles y millones de átomos con la imposibilidad de conocer con exactitud la posición y velocidad de las demás partículas en juego, en un cálculo de probabilidades, cual teoría de física cuántica incapaz de afectar a un resultado positivo de grupo.

Moraleja: Esperemos que cuando todo esto acabe, seamos capaces de aprender TODOS de nuestros errores.

 

 

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