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Gente en León

Ciento volando

León con disfraz

Hemos subido a la montaña, hemos andado el valle, estamos, pues, bien equipados para la vida rural en una ciudad como esta…pero de lo que no me acabo de ‘empanar’ es por qué razón lo tengo que hacer con un traje de época o con tocados del Medievo.

Jaime Torcida
28/7/2017 - 10:10

¿Realmente no hay nada más provocativo para el cazurro que “vestirse de romano”? La pregunta tiene la enjundia que proporciona la observación de los hábitos, nunca tan bien puestos, de los leoneses en los últimos tiempos.
Resulta que el ‘finde’ que no celebramos los cuernos de Don Suero de Quiñones en el Puente sobre el rio Kwai, celebramos la coronación del Emperador Fulano..., y si no… celebramos el vacío que ha dejado en el copón de la baraja, léase Grial, de la última cena de los conversos del siglo primero, y en una última vuelta de tuerca somos capaces de celebrar la irresistible ascensión al trono del quinto ‘mangante’, léase magnate, de los Alfonsos leoneses. Pero siempre con traje de época.
Todo esto sin pestañeos ni sonrojos, simplemente por el bien de la patria ‘chica’ y vestidos de romanos, de visigodos, de ostrogodos etc., pero eso si…vestidos, con disfraz y a ser posible el disfraz ‘galoneado’, porque al cazurro con disfraz lo que le mola es ser centurión romano, patricio del Medievo o ‘casi general’ acompañando a la procesión. Laica o religiosa pero eso sí… siempre con trasfondo de iglesia.
Ahora también, sin pestañeos ni enrojecimientos, reflexiono acerca de la profusión de disfraces de época que los leoneses tenemos en nuestro fondo de armario. Somos pobres desde siempre, pero eso no nos impide ir arregladitos a cualquier evento por medieval que fuere. Y si no hay traje se alquila y punto. Pero a la romería se va…
Supongo, quizá sea mucho suponer, que estos disfraces, que aparentemente se repiten en perchas distintas celebración tras celebración, son alquilados por empresas locales y que estas celebraciones supongan beneficios a quienes el resto del año se dedican a actividades tan ‘lucrativas’ como el alquiler de… uniformes, trajes de época, armaduras y otros enseres destinados a la figuración. Y también suponemos que una parte de la subvención generosamente destinada por nuestras instituciones para las pertinentes celebraciones va a parar directamente al negocio de quienes alquilan o ceden la indumentaria a los figurantes en las celebraciones.
Lo cierto es que el negocio del alquiler de indumentarias genera, al paso que lleva, la curiosidad por lo extraño de la actividad mercantil en una ciudad como ésta, en la que un Grial lo pone todo patas arriba. Una parte del empresariado leonés tiene visión de futuro, qué duda cabe, y a buen seguro estará interesado en participar de este pingüe beneficio que al día de hoy está solamente en manos de dos o tres avezados empresarios en la cuestión del traje de época.
A este ritmo ya tenemos un nuevo yacimiento de empleo en la ciudad, la conmemoración de sucedidos más o menos reales y el alquiler de elementos para la representación del sucedido.
Este año León está de moda y además es original en la indumentaria.

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