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Gente en León

un amigo de león

Alza el alma León

Más de doscientos pendones, a tenor de lo publicado, desfilaron por las principales calles de León ante miles de ciudadanos proclamando los valores que este viejo Reino de León mantiene recordando otros tiempos en los que, cada ayuntamiento o localidad, aportaban a parte de sus vecinos a combatir al moro o sarraceno exhibiendo las banderas (pendones) como distintivo del lugar de procedencia.

Archivado en: Maximino Cañón, Fiestas de San Froilán, carros engalanados, pendones, Romería de La Virgen del Camino

Maximino Cañón
04/10/2018 - 02:20

Daba gusto ver nuestra ciudad llena de gente. La mayor incidencia se ha notado en la hostelería, en las tiendas de alimentación y de recuerdos, como máxima expresión del contento y la alegría que inunda las calles, todo ello aderezado por una climatología cómplice, aunque la procesión fuera por dentro. Es estimulante ver tantos ‘pendones' identificando a cada localidad de la provincia dando a entender que, a pesar de la despoblación y la falta de ocupación, sigue habiendo vida e ilusión por mantener la esperanza en estos lugares en los que una gran parte de los asistentes nacieron.
Como el día acompañaba y la luminosidad estaba presente en toda la comitiva, el recorrido resultó ser de lo más atractivo y sentido, viendo pasar a los pendones, primero, y a los carros después, simbolizando lo que en otro tiempo era la vida en los pueblos de la provincia y que hoy, prácticamente, sólo se ven personificados en las celebraciones festivas.
Mientras como espectador, y como la mayoría de presentes descendiente de ‘pueblo', y, "a mucha honra", ves pasar los pendones y los carros tirados por animales, con escasez de bueyes y vacas, llamando la atención de la gente joven, por lo poco frecuente que resulta su presencia en la ciudad. La celebración de San Froilán da lugar a comentarios sobre como se vivía por entonces en las pequeñas localidades de la provincia donde, a pesar de todo, había, maestro, médico, cura y guardia civil para dar servicio (y algún guantazo que otro) a los sufridos habitantes y con una prole que solía ser generosa, debido a la alta tasa de natalidad.
Con todo y con eso, muchos de aquellos descendientes, de los pocos vecinos que hoy resisten a la despoblación, se han abierto camino en la vida mientras que otros andan a la busca y captura de lo que salga pero sin pensar en volver al pueblo salvo en verano o en las fiestas. Todos a La Virgen, en la Romería de San Froilán del 5 de octubre y lo que sobre para León.

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