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Gente en La Rioja

EN CLAVE PERSONAL

POR NOSOTRAS

TRIBUNA ESPECIAL DE CONCHA ANDREU CON MOTIVO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES, EN SU PRIMER 8 DE MARZO AL FRENTE DE LA COMUNIDAD DE LA RIOJA

Concha Andreu, presidenta del Gobierno de La Rioja

CONCHA ANDREU, enóloga y presidenta del Gobierno de La Rioja
06/3/2020 - 05:00

”Buenos días, señorita. ¿Puede bajar el enólogo de la bodega, por favor?”. “Pero si la enóloga soy yo”. Siempre que hablamos de igualdad entre hombres y mujeres, de techos de cristal, me acuerdo de este momento. Una anécdota en la que unos clientes de la bodega en la que trabajaba no podían imaginar siquiera que la enóloga de la bodega fuera yo. Una mujer y no un hombre en un mundo que tradicionalmente ha sido (aunque cada vez mucho menos) de hombres.

La lucha por la igualdad y por los derechos de la mujer no es una moda. Es una necesidad. Es una revolución que tiene que jugarse ahora, en este siglo, no más tarde, no después. Porque nuestros hijos e hijas merecen vivir en una sociedad más libre, más fuerte, más igualitaria. Y esa tarea es responsabilidad de todas. Y de todos.

Hace unos días firmábamos en el Palacio de Gobierno de La Rioja un manifiesto europeo para dar visibilidad a la mujer en los actos públicos. Esos espacios a los que acudo normalmente como presidenta y me encuentro, en más ocasiones de las que me gustaría, que soy la única mujer entre decenas de hombres. Lo mismo que nos ocurre cuando visitamos empresas, grandes o pequeñas compañías en las que nos reciben cinco, seis, nueve personas y apenas una o dos son mujeres.

¿Dónde están ellas? ¿Dónde están las expertas que llenan las universidades, los laboratorios, los centros de investigación, las centros de trabajo de medio mundo? Como presidenta de La Rioja, primera mujer en ocupar este cargo, y como mujer, no busco una respuesta acertada, ni siquiera una explicación; busco y trabajo por un cambio. Un cambio que solo puede darse actuando, dando diferentes pasos para que la mujer esté presente, la mujer sea libre, la mujer ocupe el lugar que merece en una sociedad en la que representa, ni más ni menos, que la mitad de la población.

Esos pasos se centran en que confiemos y demos voz a referentes femeninos, no restemos importancia a comentarios machistas y pongamos la lupa en las desigualdades y en el trato desfavorable de la mujer en muchas situaciones. Ahora es momento de vivir y luchar por este cambio.

Porque yo quiero que mi hija tenga referentes femeninos a los que admirar. Quiero que crezca sin pensar que, por ser mujer, va a tener que vencer ciertos obstáculos, soportar ciertas miradas, aguantar algunos comentarios fuera de lugar. El caso de mi hija y el resto de hijas, hermanas, sobrinas, amigas y nietas de La Rioja, de España o del mundo.

Hoy tenemos el poder y el deber de cambiar la situación. Por nosotras, por las que se han ido y por las que vendrán. Porque somos mujeres y nos lo debemos. Y tanto nosotras como los hombres merecemos vivir en una sociedad libre, fuerte y, sobre todo, igualitaria en la que las enólogas, las ingenieras, las futbolistas o las mecánicas no sean la excepción, sino la norma.

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