sábado, 20 de abril de 2024 07:21 www.gentedigital.es facebook twitter

Gente en La Rioja

Logotipo diario gente
Kiosko. Portadas de periódicos
De cerca

Los Hermanos Fossores llevan más de 50 años acompañando a los familiares

Solo Logroño y Guadix albergan a esta congregación que “reza y da esperanza” a los que han perdido a un ser querido

aumentar texto reducir texto imprimir enviar noticia comentar

V. Ducrós · GENTE en Logroño
31/10/2019 - 05:00

Solo quedan tres Hermanos Fossores en el cementerio logroñés, Fray Alberto, Fray José y Fray Juan. Atrás quedaron los años donde esta congregación, que llegó a albergar en la capital riojana a nueve Hermanos legos, velaba por las almas de los difuntos en los camposantos de España. Ahora solo se encuentran en la casa madre, Guadix (Granada), y en Logroño, donde llevan más de 5 décadas.


    Caminando por las calles del cementerio, bajo la atenta mirada de 800 cipreses -algunos, los más antiguos, ya han cumplido los 200 años-, reconfortan a los familiares y amigos que han perdido a un ser querido, pero también acompañan con sus rezos a los que ahí reposan. Asisten a las inhumaciones y cremaciones, unas cinco al día. “Cada vez hay menos entierros. Con las incineraciones se pierde un poco lo que es el arropamiento familiar. Cuando se hacían las sepulturas en tierra, era más ‘hogareño’, la gente venía, cuidaba de su terruño”, admite Fray Juan, de Dos Hermanas (Sevilla), que llegó a Logroño en 1979.


Fray Juan se detiene todos los días a rezar junto a la tumba que las Agustinas tienen en el cementerio de Logroño · V. Ducrós/GENTE    “Nuestras tareas se han visto reducidas. Antes hacíamos lo que actualmente hacen los funcionarios, es decir, nos ocupábamos de la limpieza, el riego. Abríamos con pico y pala el suelo para dar sepultura, quitábamos las hierbas con la hoz, etc. Ahora acompañamos a las familias”, reconoce. No obstante, los Hermanos Fossores mantienen su labor principal, “rezar y dar esperanza”.


    La ilusión, admite, sigue intacta. “Todas las mañanas, al amanecer, doy una vuelta por el cementerio, me paro en la fosa común y rezo. Me quedo meditando en el lugar donde reposan los restos de aquellos cuyas familias se han desentendido o no tenían los recursos suficientes como para comprarse un nicho”.


    Y en la soledad que acompaña a sus paseos, reflexiona. Piensa en el día de Todos los Santos, cuando los familiares acuden con sus flores a cuidar de las sepulturas, porque “uno merece ocuparse de lo que es el recuerdo de nuestros seres queridos”. Y se acuerda de los Hermanos que le han acompañado en su día a día y que ya no están. “Siempre hay algo que te recuerda que hay vida, que no estás solo del todo”. En su caso, Jesucristo, “él no te falla ni como amigo ni como compañero de camino”.


RESPETAR LOS SÍMBOLOS
Los padres y las madres son los que más acuden al cementerio. “También hay jóvenes que se pasan largas horas sentados junto a la tumba de un buen amigo”, resalta, sin poder ocultar la satisfacción de ver cómo las nuevas generaciones albergan el respeto a la tradición y símbolos de la Iglesia. “Un hombre sin pasado es un hombre sin futuro. Hay que agarrarnos a las raíces siempre”.


    Porque Fray Juan prefiere huir de “esas modas que te atrapan” -en referencia a esparcir cenizas en un sitio que no está consagrado-. “Es bueno que te caigas de vez en cuando para ver que no es la velocidad lo importante, sino el llegar”, concluye metafóricamente.

Gente Digital en Facebook

Grupo de información GENTE · el líder nacional en prensa semanal gratuita según PGD-OJD
Desarrollado por Tres Tristes Tigres