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Gente en La Rioja

PRIMER PLANO

La Rioja registra más de 40 nuevos casos al mes de violencia de género

El perfil de las víctimas de esta lacra social corresponde al de una mujer española que tiene entre 25 y 39 años. La Oficina de Atención a las Víctimas del Delito observa una tendencia al alza en el número de casos y alerta del brote de comportamientos machistas en los jóvenes.

“A veces es muy difícil ir a la Guardia Civil a denunciar sin saber qué va a pasar con tus hijos o con tu vida; por eso lo primero que hay que hacer es pedir ayuda”

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Virginia Ducrós · GENTE en Logroño
22/11/2019 - 05:01

Mujer de nacionalidad española, con una edad comprendida entre los 25 y los 39 años. Este es el perfil de la víctima de violencia de género que acude a la Oficina de Asistencia a las Víctimas del Delito. No es un patrón cerrado, porque en esta problemática no puede hablarse de un tipo concreto. En este servicio atienden a mujeres con edades comprendidas desde los 15 a más de 80 años, de diferentes clases sociales, de nacionalidad española e inmigrantes, con preparación universitaria y sin estudios, con trabajo y sin él. Esta lacra no discrimina.

A fecha de 31 de octubre de 2019, en lo que va de año se han abierto 418 casos nuevos, en sus tres oficinas: Logroño (252), Calahorra (130) y Haro (36), es decir, más de 40 al mes. Por ello son necesarias fechas como la de este lunes 25, cuando se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Porque desde 2003, más de un millar de mujeres han muerto en España a manos de sus parejas o exparejas -el teléfono de atención a víctimas de violencia de género es el 016, que no deja rastro en la factura del móvil-.

En La Rioja, según Bárbara Romo, responsable de la Oficina de Atención a las Víctimas del Delito, “la tendencia en los dos últimos años es que se ha incrementado el número de mujeres atendidas por violencia de género”. Reconoce que hay más concienciación, más apoyo social, claves para que se atrevan a dar este paso. Pero alerta de que se está viendo “un brote de comportamientos machistas en gente joven, sobre todo a nivel de control y celos”, lo que conlleva relaciones tóxicas y, por consiguiente, “un aumento también en violencia de género”. ¿El motivo? Se normalizan determinadas conductas que a las adolescentes “les cuesta identificar como indicadores del maltrato”.

Bárbara Romo, responsable de la Oficina de Atención a las Víctimas del Delito · V. Ducrós (GENTE) Una manera de proceder que ellas, sobre todo las más jóvenes, identifican como “una prueba de amor”. Pero de lo que en realidad “hablamos es de control: con quién hablas, mándame tu localización, con quién estás, no quiero que te pongas esta ropa, no quiero que sigas con estos amigos, y de celos, no quiero que hables con este, ni con el otro”. Comportamientos que se normalizan y que cuando llega el primer “incidente”, el agresor siempre pide perdón. “Entraríamos entonces en una etapa de calma, de luna de miel que se llama, donde parece que todo vuelve otra la normalidad”.

No es así. Luego siguen los indicadores psicológicos, los insultos, el chantaje emocional, las humillaciones hasta pasar, en muchos casos, al plano físico. “Ese es el círculo que siempre se da”. Para Romo, “la violencia de género es la máxima expresión de la desigualdad. Sigue habiendo mucha desigualdad, sigue habiendo mucho machismo en la sociedad, y eso potencia este tipo de situaciones”.

Hasta el 31 de octubre de 2019 se han registrado 210 nuevos casos con expedientes de intervención integral. En este servicio se trabaja a nivel interdisciplinar, donde interviene la trabajadora social, la jurista y luego pasa al plano psicológico. “La intervención es flexible. Nos adaptamos a las necesidades de la víctima”. En las tres oficinas trabajan 16 profesionales: 4 juristas, 4 psicólogos, 4 trabajadores sociales, 3 administrativos y un técnico de inserción laboral.

DENUNCIAS RETIRADAS
Para la responsable de esta oficina, “desde las instituciones y desde los medios de comunicación se está enviando un mensaje erróneo de denuncia. Debería ser de pide ayuda”. Porque ella considera que es “muy difícil”, por ejemplo, para una mujer que vive una situación de violencia de género en el ámbito rural, acudir al cuartel de la Guardia Civil a interponer una denuncia, “sin saber qué va a pasar después ni con sus hijos ni con su vida”. Por eso insiste en que “el mensaje correcto tiene que ser pide ayuda. La denuncia ya vendrá después, si tiene que venir”.

En este sentido explica que una mujer que acude a alguno de los centros, tiene que saber que “puede acceder a recursos, a servicios, donde de manera confidencial y respetuosa, se le va a informar sobre las opciones que tiene, sobre lo que ocurre cuando se pone una denuncia, pero también recibir la información de cómo va a estar protegida, porque existe la creencia errónea de que no van a recibir ayuda a no ser que denuncien”.

Romo considera clave que la víctima esté preparada para ello. “Muchas veces a la mujer se le lanza cuando no está lista y eso conlleva muchas veces que retire la denuncia, que el procedimiento se archive e, incluso, que retome la relación con el agresor”. Quizá esa preparación previa esté detrás de las cifras tan bajas que manejan desde la oficina en cuanto a retirada de denuncias, un 2,9%. “Las últimas cifras que manejan desde el Consejo General del Poder Judicial están en un 13,16%”.

Desde su servicio trabajan con la base de datos de VioGén -Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género-. Es a través de él donde se contabilizan los casos graves. “Suele haber entre 8 y 12 casos de gravedad”. En La Rioja, la oficina trabaja con dispositivos GPS “para los casos más graves” con geolocalización de víctima, aparte de conectarla a la central del 112, y son “exclusivos de esta comunidad”.

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