viernes, 19 de abril de 2024 02:03 www.gentedigital.es facebook twitter

Gente en La Rioja

Logotipo diario gente
Kiosko. Portadas de periódicos
De cerca

"El amor no duele y si duele, no es sano"

Una víctima de malos tratos relata su calvario, que se agravó cuando se quedó embarazada: "Ahí pasé realmente miedo"

aumentar texto reducir texto imprimir enviar noticia comentar
Una anciana escenifica una situación de malos tratos · V.D. (GENTE)

Una anciana escenifica una situación de malos tratos · V.D. (GENTE)

Mensaje a otras mujeres: "no te quedes en una relación tormentosa porque eso no mejorará, irá a peor; no pienses que vas a cambiarle, si él no lo hace por sí mismo, tú no lo lograrás jamás"

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear 

Virginia Ducrós · GENTE en Logroño
22/11/2019 - 05:00

Pongamos que se llama Rosa. También podría ser Clara, María, Ana o Candela. Un nombre más que ha sido silenciado, un rostro más que debe permanecer oculto, por seguridad. Pero no así sus palabras. Porque esas no las ha conseguido silenciar.

¿Cómo era él cuando le conoció?
Se podría decir que tenía todo lo que una mujer busca en un hombre, un amigo, un confidente, un amante, un compañero de viaje.


¿Cuándo percibió que su actitud empezaba a cambiar hacia usted?
Quizás no es que viera que su actitud empezara a cambiar hacia mí, sino que tenía pequeños detalles que me hacían dudar, pero él siempre me lo quitaba de la cabeza. Su actitud hacia mí cambió radicalmente el día que nos enteramos de que estaba embarazada. Ahí empezó mi verdadero calvario. Antes de eso, sí me decía que no hablara con ningún chico o me preguntaba que por qué me paraba a hablar tanto con la gente en la calle, también me decía que por qué estaba conectada todo el rato en el whatsapp o en Facebook, o me preguntaba quién era el nuevo amigo que tenía en la red social. Le molestaba si salía a tomar algo con mis amigas, me decía que si no, no pasábamos tiempo juntos. Pero en el momento en el que me quedé embarazada su ira aumentó. Ahí ya pasé a realmente tenerle miedo. Él veía el miedo en mis ojos y creo, sinceramente, que eso le empoderaba más. Los mayores episodios de maltrato físico se produjeron durante y después del embarazo.


El maltrato, ¿fue primero psicológico o solo hubo malos tratos físicos?
Al principio el maltrato fue psicológico, luego continuó con el físico y cuando nació nuestra hija fue maltrato psicológico, físico y económico. El maltrato físico mayoritariamente eran empujones, amenazas de que me iba a dar un guantazo. Recuerdo que en el tercer mes de embarazo me empujó tan fuerte que me tiró contra el suelo y pensé que había perdido al bebé.


¿Qué pasó tras el primer golpe?
Lloras de rabia, de impotencia, de dolor, no entiendes cómo la persona que quieres, que amas puede hacerte esto. Y, claro, él te pide perdón, y a la vez que te está prometiendo que no lo volverá a hacer te está diciendo que esto ha pasado porque tú le has provocado, que tu actitud hace que él se ponga agresivo y que si cambias tu forma de ser, él no volverá a hacerlo. Y le perdoné, porque ingenuamente piensas que no volverá a suceder, pero eso no es así.


¿Cuánto tardó en pedir ayuda?
Mucho. Ya había nacido nuestra hija, tenía casi 6 meses, pero aunque la pedí, seguí a su lado, confiando en que cambiaría.


¿Por qué en ese momento y no antes?
Cuando pedí ayuda fue ya de la peor manera que se puede llegar a hacer. Llegó un momento en el que ya no pude más y me tomé una caja de pastillas. Sin embargo, aun así, después de hacerlo, continué con él. Jamás aceptó el hecho de que si yo llegué a ese límite era por lo que estaba viviendo. Siempre me culpaba a mí, me decía que yo echaba la culpa a los demás de mis actos, de mis problemas y que tenía que aceptar que la única culpable de todo era yo misma.


¿Y su entorno? ¿Sabían de los malos tratos?
De mis amigos nadie sabía nada, no es un tema que saques con tu gente. Quien sí lo sabía era mi madre, que llorando me pedía que le dejara porque temía que cada vez que sonaba el teléfono fuera para decirle que yo estaba en el hospital o algo peor. Ella no entendía por qué seguía con él si realmente no me aportaba nada, solo dolor y más dolor.


Dio el paso de pedir ayuda, ¿dónde acudió?

Fui al Centro Asesor de la Mujer por otro motivo ajeno a esto. Cuando hablé con una de las trabajadoras se dio cuenta rápido por lo que estaba pasando, me ofreció hablar con la psicóloga y acepté. Estoy totalmente agradecida por ello. No obstante, cuando empecé a acudir a la psicóloga, estaba con él y yo no llegaba a ser totalmente sincera con ella, maquillaba la situación, hasta que llegó el día en que tomé la decisión de acabar la relación y ese día, entre lágrimas, le conté todo lo que había vivido con él. Siempre me sentí a gusto, te hacen sentirte así, y aunque ellas ayudan mucho la decisión es tuya. Entre sus sesiones y la muerte de una persona a la que yo tenía mucho aprecio di el paso y dije no quiero esta vida ni para mí ni mucho menos para mi hija.


¿Qué pautas le dieron en el Centro Asesor de la Mujer?

Nunca quise denunciar, simplemente quería que saliera de mi vida. Por temas laborales, él no vivía en Logroño y ellos me dijeron los pasos que debía seguir si él decidía venir a ver a la hija que teníamos en común: no dejarle nunca entrar en casa para estar a solas, siempre estar acompañada y en caso de que se pusiera agresivo llamar al 112.


¿Ha hablado de su situación con algún familiar o con alguien cercano a su entorno?
Solo mi madre supo del maltrato con el tiempo y me ha apoyado en todo momento. Ella siempre me pedía que le dejara, me decía no estás sola, puedes contar con nosotros. Ahora que ha pasado el tiempo sí se lo he terminado contando a mi familia más cercana (hermano). De mi entorno, solo lo sabe una amiga, no es algo de lo que me guste hablar y mucho menos recordar. Cuando se lo conté, me confesó que ella algo se imaginaba porque había visto detalles que no le gustaban. En más de una ocasión ella ya me había preguntado, pero yo siempre se lo negaba. ¿Qué le iba a decir? ¿La verdad? Sabía que intentaría convencerme de algo que ni yo misma estaba preparada para hacer. Cuando lo han sabido, me han repetido lo que se dice siempre, ¿por qué aguantaste?, ¿por qué no me lo contaste?, ¿por qué no me pediste ayuda?


¿Cómo se encuentra ahora?
A día de hoy soy totalmente otra persona. Encontré un trabajo en el que estoy contenta y a gusto, trabajando en lo que me gusta -auxiliar en una residencia- y vivo  tranquila, relajada. Conocí a una persona maravillosa que me ha demostrado que no todos los hombres son iguales, y aunque me costó mucho comenzar la relación, él decidió quedarse y apostar por mí. Nos cuida, nos mima, nos hace felices… soy feliz.


¿Qué le diría a aquellas mujeres que están pasando por una situación como la suya y que aún no han dado el paso de pedir ayuda o de denunciar? 
Muchas mujeres tardamos en denunciar o actuar por el qué dirán. Vivimos en una sociedad donde a la gente, por naturaleza, le gusta mucho meterse en la vida de los demás, y ese miedo al qué dirán o el estar en boca de todos nos echa para atrás. También el hecho de pensar que estamos solas o que nadie nos va a creer, o que él nos haga pensar que sin ellos no somos nada, que no podemos salir adelante… A esas mujeres les digo que no es así, que hagas lo que hagas hablarán, que no estamos solas, que tu familia siempre va a estar para ayudarte y que hay centros con grandes profesionales que te van a orientar y ayudar. Yo siempre digo que el amor no duele y si duele, no es sano. No te quedes en una relación tormentosa porque eso no mejorará, irá a peor. No pienses que vas a conseguir cambiarle, porque si no lo ha hecho por sí mismo, tú no lo conseguirás jamás.

 

Más información: La Rioja registra más de 40 nuevos casos al mes de violencia de género

 

 

Gente Digital en Facebook

Grupo de información GENTE · el líder nacional en prensa semanal gratuita según PGD-OJD
Desarrollado por Tres Tristes Tigres