Las familias que se ofrecen para adoptar se reducen notablemente desde 2011
Este descenso es más ajustado al número de menores que son susceptibles de ser adoptados en la comunidad. A fecha de 31 de diciembre de 2018 había en la comunidad 19 menores en guarda con fines de adopción; "las cifras cambian de un día para otro", advierten desde Servicios Sociales.
"Casi todos los menores susceptibles de ser adoptados se encuentran, o en la fase de selección de familia, o conviviendo con la familia seleccionada en situación de delegación de guarda con fines de adopción"
Virginia Ducrós · GENTE en Logroño
13/12/2019 - 05:00
Decenas de familias en La Rioja aguardan la llamada más importante de sus vidas. Aquella en la que les comunicarán que hay un niño esperándoles. Serán los idóneos para ese menor y, tras años de espera, por fin verán cumplido su sueño de ser padres y de ampliar la familia. Hasta ese momento, la espera para los futuros adoptantes se eterniza. Es tal su deseo y anhelo que el tiempo parece ralentizarse. Por eso muchos abandonan en el camino, bien porque al final desisten de continuar con el proceso o bien por haber conseguido ser padres por otros procedimientos. Nadie dijo que la adopción fuese algo sencillo.
En los últimos años, según explican desde la Consejería de Servicios Sociales del Gobierno de La Rioja, se aprecia, en cuanto a la nacional, un descenso considerable del número de familias que se ofrecen para la adopción. Un descenso que, desde este departamento apuntan, es más ajustado al número de menores susceptibles de ser adoptados.
En el año 2010 un total de 45 familias se ofrecieron para adoptar, siete menos que al año siguiente. En 2012, sin embargo, se produjeron la mitad de propuestas con respecto al ejercicio anterior (26). Y desde entonces las cifras han ido en disminución. En 2018 solo hubo 10. Desde la Consejería afirman que “si bien no se puede determinar las causas del descenso del número de ofrecimientos, en lo que respecta a la adopción nacional, se está produciendo un equilibrio de forma natural”.
Porque según los datos facilitados a GENTE, en este momento “casi todos los menores susceptibles de ser adoptados se encuentran o bien en la fase de selección de familia, o bien conviviendo con la familia seleccionada en situación de delegación de guarda con fines de adopción”.
Y añaden que aquellos niños que no se encuentran en esta situación es “porque ni en La Rioja ni en otras comunidades se ha encontrado una familia que se adecue a las características de ese menor -niños con circunstancias, características o necesidades especiales-”.
GUARDAS DE MENORES
En 2010 fueron ocho los menores adoptados en la región. En 2011, cuatro. Los doce de 2012 y los trece de 2018 marcaron el tope, mientras que en 2016 solo hubo 1. Y aquí entra otra de las distinciones a la hora de elaborar las estadísticas que llevan a cabo desde la Consejería de Servicios Sociales: las guardas con fines de adopción y los menores adoptados. Las primeras “son niños que ya están conviviendo con una familia como paso previo a su adopción”. Porque explican que la ley establece un periodo de entre tres meses y un año “para constatar la adecuada adaptación del menor a su nueva unidad familiar”.
Desde este departamento se encargan de hacer un seguimiento de esa situación, que concluye con una propuesta o no de adopción que se promueve en el juzgado. “Mientras se instruye el proceso judicial, el niño permanece en esta coyuntura hasta que recaiga el auto firme de adopción”.
A fecha de 31 de diciembre de 2018 había 19 menores en esta fase. A fecha de publicación de este reportaje eran 21. Como advierten desde Servicios Sociales, “los datos cambian de un día para otro”.
La adopción es una medida de protección constituida en interés del menor que, a diferencia del resto de medidas -como pueden ser el acogimiento familiar o residencial, etc.-, supone un cambio en su situación jurídica. “Implica, por tanto, el cambio de filiación del niño o la niña y su integración absoluta en una nueva familia”. Esta medida no es reversible, por lo que los padres adoptivos y los hijos adquieren una relación paterno-filial con las mismas connotaciones y consecuencias que las inherentes a la relación paterno-filial biológica.
No obstante, desde este departamento recuerdan que “no todo menor susceptible de ayuda y protección es un niño adoptable”. Señalan que el ordenamiento jurídico en esta materia restringe este proceso a aquellos casos en los que la adopción se considera la medida más adecuada, una vez que se ha comprobado “la inviabilidad de la permanencia o reintegración en su familia de origen”, y guiándose siempre “por el interés del menor y la adecuación de esta decisión a sus necesidades”.
Y señalan que en muchos casos “concurren abandonos, graves desatenciones, maltrato físico o psicológico, abusos sexuales, explotación, abandono encubierto o cambios constantes de cuidadores a lo largo de sus pocos meses o años de vida”.
CIERRE EN ALGUNOS PAÍSES
También en la adopción internacional se ha producido un descenso considerable tanto de las familias que se ofrecen como de los menores adoptados procedentes de otros países. Esta bajada obedece a diferentes circunstancias, entre ellas, el cierre por parte de las autoridades centrales españolas de la tramitación en determinados países por no ofrecer las debidas garantías de regularidad de los procesos.
No obstante, detrás de esta caída se encuentran otras causas como el cierre por parte de los propios países de origen por las mismas razones esgrimidas anteriormente, en tanto que adecuan sus normativas al Convenio de la Haya. También las catástrofes naturales que impiden la continuidad de estos procesos en determinados lugares, el desarrollo de políticas de protección en los países de origen que priman la permanencia de los menores en su entorno mediante la adopción por sus propios ciudadanos u otras medidas de protección y, por último, la limitación en algunos países de la adopción internacional solo para menores con características o necesidades especiales (enfermedad, discapacidad, etc.).
En 2009 fueron 31 las familias que se ofrecieron; en 2010, 38; y en 2011, 47. A partir de ese año el número se redujo considerablemente, de las diecinueve y quince de 2012 y 2013, a las seis de 2017 y las nueve del ejercicio pasado. Un descenso que también se observa en el número de menores adoptados. Si en 2009 y 2010 fueron 25 y 20, respectivamente, el pasado año solo hubo tres, cinco menos que en 2017.
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