La disconformidad de muchos padres con la formación reglada deja cada vez más espacio a la educación en casa y a las escuelas libres.
gentedigital.es/Patricia Costa
05/9/2014 - 11:28
Son las 8:30 de un domingo cualquiera. Clara, de 5 años, se ha despertado con ganas de escribir, siempre bajo la atenta mirada de su madre y también maestra. En su día a día no existen atascos para llegar a la escuela, ni exámenes, ni tampoco un horario fijado. Marta educa a su hija en casa. "Me baso en la metodología Montessori. Busco que cuando trabaje lo haga con materiales autocorrectivos, que no dependa de un adulto que le diga qué es correcto y qué no. Siempre pendientes de sus necesidades y preferencias. Mi papel es estar ahí a la espera de lo que ella necesite", explica. Como otros padres que apoyan la libre educación, Marta rechaza "que mi hija permanezca sentada y aprenda únicamente a memorizar para un examen. Algo tiene que cambiar en el sistema educativo, no podemos tener los mismos resultados en el informe Pisa", añade.
Los últimos datos del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA), publicados en diciembre de 2013, revelaron que los alumnos españoles se situaban por debajo de la media de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que agrupa a 34 países miembros) en Matemáticas, Ciencias y Comprensión Lectora. Consciente también de esta realidad, Ignacio, profesor de Secundaria y padre de Ciro (7 años) y Erik (4), decidió el pasado año desescolarizar a sus hijos y optar por una escuela libre formada por una asociación de padres y docentes unidos bajo un mismo lema: todo el conocimiento parte de la motivación del niño. No existen clases, separación por edades ni profesores, sólo la figura del acompañante. "El principal problema en el sistema educativo es la falta de formación del profesorado. Además, las notas, los deberes y los libros de texto tienen un peso excesivo", opina.
Eso sí, tampoco se muestra a favor de la educación en casa. A su juicio, presenta dos inconvenientes: "por un lado la falta de socialización. Se genera un círculo muy pequeño y eso, alargado en el tiempo, establece roles. Por otro lado, para los padres implica un alto nivel de exigencia que, en nuestro caso, no estábamos dispuestos a dar", puntualiza.
Pero recuerda, también, que "no escolarizar a un niño es ilegal en España. Si alguien te denuncia, un juez te puede obligar a hacerlo". Por este y otros motivos, Ciro y Erik esperan, ya nerviosos, su vuelta a las aulas la próxima semana. "Tiene que producirse un cambio de legislación. De momento nos agarramos al artículo 27 de la Constitución, pero la sociedad está cambiando y en algún momento debe cubrirse ese vacío legal", concluye Marta.
Temor al castigo
A diferencia de otras niñas de su misma edad, Clara "se relaciona igual con un adulto que con un niño, y no tiene esa mirada que se puede observar en los menores que estudian en el sistema educativo normal. Siempre con inseguridad y con ese miedo a decir o no la respuesta correcta, con temor a ser castigados", explica Marta sobre las ventajas de la educación en casa. En la cara mala, otro temor, el de los padres y madres que eligen esta opción para sus hijos. "No queremos darla a conocer, tenemos miedo, y por eso existe una desinformación generalizada, pero sí es cierto que se ve un movimiento", advierte.
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